64 "El bosque incierto"

53 10 0
                                    

Daniel
Salgo del cuarto a paso rápido y me topo con Chava. Nos subimos a las camionetas y veo que aún me quedan 35 minutos. Por suerte, Chava preparó todo; me pregunta:

-Daniel, ¿qué plan hacemos?

-El plan C porque es una zona más sola pero con árboles. -Digo recordando el lugar donde citaron a Vicenta.

Ay amor perdoname, pero no puedo dejar que te maten.

-Ya estuvo, cuñado. ¡Muchachos! Nos toca el plan C ¡Repito! ¡Plan C! -Dice Chava gritando en alta voz, y veo como los guaruras asienten con la cabeza.

-¿Copiado?-Pregunta Salvador.

-Copiado.-Replican los guaruras al unísono , para enpezar a meterse en las camionetas.

Vicenta
Él se va y me deja con un dolor en mi pecho y un miedo que no me deja pensar con claridad. ¿Y si lo matan? ¿Y si matan a Danielito al ver que yo no fui? ¿Y si esta discusión que tuvimos fue la última vez que lo vi y que escuché su voz? ¿Y si pierdo a mi familia? Doy vueltas como loca por mi cuarto con demasiadas dudas en la cabeza cuando escucho la puerta abrirse. Miro hacia allí y veo que es Frida, me dice algo tímida:

-Hola, Vicenta, me pidieron que viniera porque quizás necesites compañía. Vi que fueron a rescatar a Dani y pues tenemos que ser positivas.

-Sí, mija, pero es que tengo mucho miedo.-Le digo dandole un abrazo necesitado, me aferro unos segundos de más a ella, intentando quotarme el miedo que envuelve mi cuerpo.

-No atraigamos lo malo, vamos a ser positivas. -Dice sosteniendo mis manos y regalandome una pequeña sonrisa.

Pasamos la espera hablando y yo llorando por el miedo que tengo de perder a mi hijo y al amor de mi vida pero nunca le dije de mi pelea con Daniel. Los problemas que tenemos los dos son sólo de los dos y nadie más debe meterse ni para dar un consejo; solo espero que nuestros problemas se puedan solucionar.

Daniel
Llegamos al lugar y paramos a dos kilometros de las coordenadas exactas de la cita. Revisamos el perímetro y no hay señales del cartel aún. Es un bosque con árboles frondosos y altos, el suelo es silencioso con hojas alrededor, pero no crujen y se ven huellas frescas en el suelo, lo cual nos dice que están cerca, le hago señas al equipo para que empiecen a estar alerta con todo lo que se mueva. Los localizamos y terminamos con sus dos anillos de seguridad. Lo hacemos discretamente ya que nuestras Armas tienen silenciadores y las de ellos, también, pero la mayoría no tuvo opción ni de defenderse, nuestra llegada silenciosa los sorprendió.Parece que querían emboscarnos y se les volteó la tortilla. Estoy camuflado y uso mis binoculares para mirar más detenidamente y buscar; creo que los encontré. Veo a dos camionetas paradas en el medio del bosque con guaruras alrededor.Mando a un grupo para que se ubique silenciosamente detrás de ellos. Ocultándome entre los arbustos, el sonido de los animales me dan algo de calma, como si estuviera solo y capaz de lograr mi objetivo, sin ataduras, cuando ellos se ubican hago una seña de alerta ante cualquier movimiento. Me voy acercando hasta que logro divisar a mi Dani en una camioneta azul. Está encapuchado y con sus manitas amarradas. Siento una rabia en mi pecho pero tengo que pensar con la cabeza fría, como dice Vicenta. ¡Ay, mi Chenta! Nunca sale de mis pensamientos.

-No sé cómo perdonar lo que me hiciste, vida mía-Digo en voz baja y el sin sabor en mi boca se hace presente, pero mi mente regresa a la realidad cuando me llaman.

Siento que me llaman por la radio. Es el equipo situado detrás de las camionetas; me dicen:

-Gringo, a tu señal, ejecutamos.-Dicen en voz baja.

-Ejecutamos en 3...2...1 ¡Ya!-Digo lo más claro en el micrófono de la radio.

Entonces el equipo lanza una bomba lacrimógena a los que están protegiendo al Teca, quien se encuentra afuera de las camionetas. Dani sigue dentro del carro, lo cual hace que no le llegue el efecto de la bomba, los vidrios estan altos. Empezamos a disparar y terminamos con el último anillo, alcanzo a ver como mi hijo se agacha para evitar cualquier disparo. Ahora el Teca tiene sólo cuatro hombres y a Danielito, mi mayor tesoro. Luego lanzamos gas pimienta. Mi pequeño no puede abrir los ojos por el gas, abrieron las ventanas del vehículo a propósito para que el también se desoriente.

Cabrones..

Veo que un guarura entra al carro en dónde está Dani y decido salir con mi máscara anti gases puesta, no dejaré que le hagn daño.

-¡Alto ahí, cabrón! ¡No te atrevas! -Le grito apuntandolo con el arma en la cabeza.

-Sí me atrevo.-Dice con una sonrisa.

Veo que le saca el seguro al vehículo y le grito aún más fuerte:

-¡ALTO!-Repito con rabia.

-¿Qué pasa, gringuete? ¿Te dio miedo que a la Vicenta le guste papi Teca? -Dice con una sonrisa y agarrando su pistola.

Maldito loco desquiciado. Detrás mío tengo a un grupo de diez hombres pero el Teca está sin pistola y sus guaruras están malheridos

-¡Tráeme al chamaco! -Grita el Teca.

Veo que lo baja del auto y le grito con todas mis fuerzas:

-¡DANI, TÁPATE LOS OJOS!

Él cubre su carita con sus manos y alcanzó a ver el miedo en su rostro. Está haciendo un puchero, aunque no puede abrir bien los ojos por el gas.

-Papi, ¿eres tú?-Dice con la voz rota, y mi corazón cae en un hueco profundo.

-Si, mi vida.-Digo suave como si él no fuera real, como si aún me lo imagino.

-¿Viniste a salvarme?-Dice algo desorientado

-Sí, mi amor.-Digo viendolo tan cerca y a la vez tan lejos y perdido.

-¡Qué bonita escena pero como que se va a acabar!-dice el Teca burlándose de nosotros.

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Where stories live. Discover now