7 "¿Elijes la condena?"

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Vicenta
—  Hola, mami, soy yo, tú hombre y te vine a buscar porque te estás demorando demasiado en venir hasta mí—me dice con la falsa sonrisa que siempre posee,y que recién ahora me doy cuenta.

—¿CÓMO CONSEGUISTE MI UBICACIÓN?—le grito molesta

Eres bruta Vicenta Acero,te expusiste a que te capturaran,sabiendo que tienes responsabilidades con tu hijo,debiste ser mas cuidados pero,¡CUANDO APRENDERAS!

—¡Fácil! Antes de que Frida saliera de la carcel, intervine su celular y sabía que en algún momento iba a llamarte porque su hijo seguro iba a querer ver a su madrastra, después de todo, lo cuidaste por un año y digamos que me auto invité a la reunioncita querida mía.— veo como me lanza un beso desde el otro lado de la pantalla,me estremezco,aora Romero solo me da repudio.

—¡ERES UN DESGRACIADO! ¡LOCO! ¡ENFERMO! ¡SUPÉRAME! ¡BUSCA A OTRA VIEJA QUE TE QUIERA PORQUE YO NUNCA LO VOY A HACER! ¿ENTENDISTE? ¡NUNCA!—le grito señalando la pantalla,pero se que será en vano,él está sonriendo a pesar de que estoy furiosa

—No te creo, te vas a enamorar de mí y te vas a venir conmigo,además te ves muy bonita cuando estas bravita cosita.

—¡NO! ¡ANTES MUERTA! Y así me reencuentro con Daniel

—¡JA! ¡Como si yo quisiera eso! Te quiero pa mí y vendrás conmigo mami.

—¡NOO!

Me agarran fuerte entre dos tipos,intentó poner resistencia pero no logró nada,entonces agarran a Frida y le ponen un arma en la cabeza y Romero me dice:

—No quería hacer esto... tú decides: Te quedas y Diego se queda sin papá y ahora también sin mamá o te vienes conmigo y dejo ir a Frida. Piensa en ese niño, Vicenta, por tu culpa se quedó sin padre y ¿ahora también sin madre? Mal, Vicenta, muy mal ¿qué es eso de andar dejando niños huérfanos?—Lo veo reirse y eso me llena de impotencia ¿Por qué le sale todo bien? Porque lo ayudaste en eso,Vicenta.

No me quiero ir pero Diego va a quedarse solo y no quiero que eso pase,amo demasiado a ese niño como para permitir que sufra más.Pero¿y mi Danielito?mi bebé,ahora ¿qué hará sin mí?. Lágrimas ruedan por mis ojos y Romero me empieza a hablar

—Mami, tienes diez segundos.
nueve
ocho
siete
seis
cinco
cuatro

No sé qué hacer,están Diego y mi bebé de por medio pero al menos, mi bebé tiene a sus tíos que lo cuiden y Diego no.

Tres
dos

—¡Me voy! Déjala ir... me voy contigo pero esto no cambia el hecho de que te odio con todo mi ser—Le digo rendida.

¡Ay Daniel! cuanta falta me haces ahora... y siempre, siempre me haces falta.

Veo que la sueltan y ella me mira preocupada.

—Vete, Frida, vete y cuida a Diego. Dile que lo amo mucho,y que siga mirando las estrellas cada vez que extrañé a su papito—una lágrima rueda amargamente por mi mejilla,quiero escapar pero ahora ya no se puede,ya no puedo hacerlo.

Esta es mi realidad.

La realidad que escogí.

—Te quedo eternamente agradecida.

Ella se va,me tapan con una capucha y me meten en una troka,así pasa el tiempo,como siempre y yo no puedo evitarlo,pasan los minutos... quizás las horas...pero pasa y no se detiene y me lleva con él...

—¡Ay Daniel! ¿Por qué no te hice caso? ¿Por qué fui tan necia?

¿Por qué? Perdóname, mi amor. Perdóname por todo. Pase lo que pase yo te amo. Cierro los ojos y lo veo,sé que es solo mi imaginación pero lo escucho decirme:

—Shhh baby, todo va a estar bien. Primero me muero yo antes de que te pase algo. Ya sabes que contigo, hasta la muerte—me dice sonriendo y sosteniendo mi mano,veo que besa mi mano y luego en un pestañeo,se va como siempre.

—¡Y vaya que lo cumpliste, Daniel!—susurro para mi.

Me bajan del carro,me sacan la capucha y veo a Romero,en ese instante nace en mí un instinto asesino... ¡lo quiero matar a golpes y patadas! Pero no puedo por los dos guaruras que me sostienen.

—Hola, mami—me sonríe cínicamente,se acerca y me besa la frente,yo no puedo defenderme,me tienen sostenida .

—¡Te odio, Romero!

—En cambio yo te amo

—Estás enfermo ¡tú no sabes lo que es amar! Amar es querer ver feliz al otro, aún cuando eso derrumbe tu propia felicidad—le digo recordando lo que me dijo Chayo una vez cuando recién empezaba a salir con mi gringuito.

—Pues de hecho tú no sabes mucho tampoco ¿no? Porque yo recuerdo que le hacías al gringo desabrido agarrar unos corajes bien horribles—me dice riendo—¿Te acuerdas del beso Vicenta?pff claro que lo haces si te peleaste con tu amorcito,¡Hasta le pegaste el carro!,y el desabrido te aguanto,él te quería pero tú no,ahora estaras con alguien que te enseñará a amar de verdad.

Esas palabras me pegan fuerte... sé que son verdad y me arrepiento,no hay un solo día que no me arrepienta de haber tirado el número de este en cuanto mi gringo me dijo que no confiaba en él. ¡Es que hasta Chava me lo dijo!.Y yo como siempre necia.

Yo sé que cometí un error y ¡qué caro lo estoy pagando! ¿Por qué, Dios mío? ¿No basta con despertar cada día y ver mi cama vacía; con ver a mi hijo y saber que por mi culpa nunca va a poder decirle a nadie "papá"; con sufrir la ausencia de mi Daniel y saber que yo me lo busqué? ¿También me tiene que pasar esto?

—¿No vas a decir nada? Eso es porque sabes que es verdad mamasita

—No sabes cuánto me arrepiento de no haber tirado tu número en cuanto me lo dijo mi marido.

—Si no lo hiciste, fue por algo ¿no? Creo que en el fondo te gusto— se acerca a mi y toma mis manos.

—¡Ja! Mira, no digas pendejadas pues—le grito mientras a la fuerza suelto mis manos de las de él.

—¿Ah no? Entonces ¿por qué?—me mira riéndose de mi.

—Por pendeja—le digo y bajo la cabeza,por pendeja como siempre Vicenta.

—Confías en mí—me dice seguro.

Eso me molesta y me hace dar ganas de golpearlo.

—No, mijo, yo no voy a cometer el mismo error dos veces. Ese error me costó la vida de quien más amo y no sabes cuánto me odio por eso.

—Eso es justamente lo que no me cuadra: si el gringo era tu vida ¿por qué no te moriste con él?—me mira fingiendo tristeza —O quizás porque el destino tiene a un hombre mejor para ti en el futuro—me besa el cachete y hago un gesto de asco.

—¡No seas baboso! Me quedé viva por mi familia; mi carnal no se merece llorar otra muerte—le digo en alerta.

Él no puede enterarse de la existencia de Danielito.

—¿Ah si? No me parece que solo por tu hermano. Yo creo qué hay algo más. Cuando te amenacé de muerte por un momento dudaste y... ¡espera!.

Se dirige a la troka y saca mi cartera ¡no! ¿Qué hace? ¿Por qué la revisa? ¿Qué quiere? Encuentra mi monedero y lo abre...

[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]Where stories live. Discover now