[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]

10 "Consuelo inalcanzable"

Vicenta:

—A mí no me gusta de ninguna manera ni contigo ni con nadie,solo me gusta con Daniel pero lo mataste porque no supiste perder—le digo y le escupo en la cara

—Ah ¿eso es lo que te molesta?-me dice haciendo una mueca-Te dejé sin tus momentos de pasión con él pero mamasita, puedes tenerlos conmigo—y lanza una risa burlona lo cuál me molesta.

—¡CÁLLATE PERRO! No solo me alejaste de él sino que también dejaste a dos niños sin su papá ¿SABES LO QUE ES PARA UN NIÑO NO TENER PADRE? Porque yo sí lo sé y me quema saber que mi hijo va a sufrir esa ausencia—le digo mientras le pego y lágrimas brotan por mis ojos.

—Yo tampoco tuve uno y no me morí por eso—me dice descomplicado.

—No compares ¡NI TE ATREVAS A COMPARAR A TU PINCHE PADRE CON MI GRINGO!.-empiezo a darle golpes en el pecho,dolida por la comparación.

—Vicenta ¡ya deja de chillar y suéltame! Pa que veas lo rico que nos la pasamos y la sonrisota que te dibujo en esa carita bella que tienes—me dice sonriendo Enfermo

—¿Ah si? ¡NI MADRES! Tú vas a sufrir... vas a ser polvo—le sonrío encantadoramente,mientras me agacho y recojo tierra en mis manos que posteriormente le lanzó en la cara.

Romero no se ha dado cuenta pero está amarrado a una silla de metal sujeta al suelo y está rodeado por un círculo de piedras,entonces agarro un galón de gasolina y él me pregunta confundido:

—Vicenta ¿qué haces? No juegues con fuego—me dice asustado y empezando a forcejear la silla.

—Ese es tu problema: nunca entendiste que conmigo no se juega. Daniel murió en una explosión pero tú te vas a morir ardiendo como el demonio que eres y te juro que no en el infierno vas a tener paz— le digo acercándome a su rostro y le sonrio.

Le vació el galón de gasolina encima con la ayuda de Jackson y luego prendo un fósforo,se lo aviento puedo escuchar sus gritos por un rato hasta que finalmente se calla y esta vez para siempre...

Ahora Romero es polvo,y se supone que con esto debería sentirme mejor pero no,esto no arreglo nada,no enmendo mi error,me arrodillo y le pegó a la tierra,Jack se agacha conmigo y me acaricia la espalda...

—Chenta ¿qué pasa?—me dice,su voz suena asuatada.

—Se supone que esto debía aliviar un poco mi dolor pero no; sigo sintiéndome igual-rompo en llanto-me siento vacía, muerta, sigo sintiendo como si cargara al mundo entero en mi espalda—empiezo a llorar más y más.

Porque de alguna forma pensé que matando a Romero,la muerte de Daniel iba a doler menos,pero no es así,de hecho me siento inútil,ya que ni por mas que lo maté,la vida no me devolvió a Daniel

—Pero mira el lado bueno, tu Danielito va a estar a salvo—Me sice Jack apartandome el cabello de la cara.

—Si, porque por él sigo viva—alzo mi rostro y veo a Jack muy cerca de mí y me obligó a desviar la mirada.

—Jack me abraza y yo lo dejo-Tranquila... ya verás que todo va a mejorar, siempre mejora—esta sobando mi espalda para tranquilizarme,y lo hace hasta cierto punto.

—En mi caso siempre empeora—le digo soltando un suspiro

—No seas tan dura contigo; solo cometiste un error—me responde calmado.

—Un error que me costó la vida de quien más amamos mi hijito y yo—le digo,desviando mi mirada hacia donde estaba Romero.

Lo maté,pero eso no remienda nada

—Cálmate y respira, necesitas estar bien para tu hijito—me dice sosteniendo mi rostro entre sus manos y mirándome fijamente.

—Gracias por apoyarme tanto... lo que no entiendo es ¿por qué lo haces?—le pregunto confundida por nuestra cercanía.

Destino ¡que traerás para mi ahora!

Ahora mismo me atreví a hacerle Jackson la pregunta que llevaba días divagando por mi mente: "¿por qué le preocupo tanto?"

—Desde que te conocí, me conmovió mucho mucho ese amor tan incondicional que le tienes a tu difunto esposo—me responde desviando la mirada

—Si, claro ¿y también te conmovió lo mal que te trate el día que me entregaste sus cenizas?—le digo irónica,ya no puedo confiar en nadie.

—Estabas fuera de ti. A demás, hay algo que aún no te he dicho— me dice empezando a tocar sus manos,noto incomodidad en su rostro,y lo miro precavida.

Sé detectar las emociones en el rostro de las personas,porque Daniel me enseñó,sí, y aún así no pude notar la falsedad de Romero.

¡GRANDE VICENTA ACERO GRANDE!

—¿Qué pasa?—le digo seriamente,mirándolo a los ojos.

—Daniel y yo fuimos amigos en la secundaria pero luego yo me fui al Army y perdimos contacto. Siento que estar cerca de ti y de su hijo me ayuda a estar más cerca de mi viejo amigo—me dice bajando la cabeza.

—¡Ah caray! Esa no me la sabía y ya que eras su amigo ¿me puedes decir cómo era él en la secundaria?—le digo relajandome inmediatamente.

—Mmm no quieres saberlo pero Mendiola me dijo que cuando te conoció, cambió por completo. Sacaste lo mejor de él—me dice con una amplia sonrisa en su boca.

—Y él sacó lo mejor de mí—le digo sonriendo.

—Quisiera que algún día una mujer me amara así—me dice sonriendo y alzando los hombros.

—Ya llegará la indicada, Jack—le digo pasando mi mano por su hombro y dándole palmaditas en la espalda

5  años después

Mi pequeño le dice "tío" a Jack,algunas cosas han cambiado,unas para bien,otras para no tanto,pero seguimos siendo las mismas personas que aman y que lloran,solo que evolucionadas en una mejor persona.

Ya amaneció pero mi Danielito sigue dormido ¡qué raro!.A él le gusta despertarse temprano para jugar con sus primos Belinda y Miguelito

Voy hasta su camita para despertarlo,me acerco a su cabecita él está acurrucadito en su manta ¡qué bello se ve! .Pasó su cabello rubio como el de su papá por detrás de su orejita,besó su tierna mejilla.:

—Mi amor, buenos días, pequeño ¿cómo amaneció el Solecito de mamá?—le digo sonriendo

—Mami, me duele la cabeza—me dice haciendo puchero y bajando la cabeza.

—¿Ah si? Déjame ver—le digo levantandole su cabecita frunciendo el ceño.

Toco su frente y noto que está ardiendo en fiebre ¡mi bebé!

Tengo miedo,sé que puede ser solo una gripe pero también sé que puede ser algo más... intento calmarme,contengo mi respiración

—Espérame aquí, mi vida, voy por el termómetro ¿si? No me tardo—le digo sonriendole nerviosamente.

El miedo siempre estará presente en la vida de los Acero...