[1] Cenizas de un lazo de Acero [Señora Acero: la Coyote]

48 "Nuevos miembros"

Vicenta
Pasamos un rato inolvidable en la ducha y luego salimos de allí. Por primera vez, desde que reapareció el Teca, veo sonreír a mi Chenta. Nos vestimos y vamos a ver a Danielito, quien aún sigue dormido. Ya son las 10:05 AM. Decidimos consentirlo hoy para compensar lo que vivió ayer, tenemos miedo a que lempueda causar un trauma permanente, por eso queremos que se sienta protegidos con nosotros. Ella entra primero al cuarto y se queda parada mirando a nuestro hermoso hijo. Yo la abrazo por detrás y apoyo mi mentón en su hombro. Ella gira su cabeza, pega sus labios a mi mejilla y aferra sus brazos fuerte a los míos. Le digo:

—¿Cuáles son los planes de hoy, mi capitana?-Le digo en voz baja mientras miro a mi Danielito

—Darle a nuestro pequeño tesorito el día más ocupado y divertido de su vida. -Dice con una adorable voz, se nota que lo ama demasiado, y eso me da demasiada tranquilidad.

—Y ¿qué piensas hacer?-Le digo calmado.

—Lo que él quiera: ver películas, jugar en el trampolín, en los columpios, jugar con la pelota o videojuegos.-Dice emocionada ¡ay mi Vicenta!

—Jugar football con su hermano.-La interrumpo acordandome de Diego.

—¡CIERTO! Diego tenía que venir hoy.-Dice algo alerta y se separa de mi para darse la vuelta-Mi amor, se te hace tarde.-Me dice mientras mira su reloj.

Ella, como siempre, está preocupada por Diego. Estoy orgulloso de ella porque siempre que él viene, lo trata como si fuera su hijo.

—Baby, tengo que recogerlo en la escuela y no sale hasta las 2:20-Le digo mientras beso su coronilla.

—Me preocupa que el Teca quiera llegar a nosotros a través de él.- Me dice cruzandose de brazos y con la cara triste.

—¡Nah! Frida no le ha hecho nada, es más, ni lo conoce.-Le digo calmado y levantando su menton

—Ese señor no tiene madre, es capaz de amenazar niños. Si amenazó a Danielito que solo tiene seis, también es capaz de amenazar a Dieguito.-Me dice molesta y veo como frunce sus cejas

—¿Qué sugieres?-Le pregunto poniendo una mano en cadera.

—Que pongamos tanto a Diego como a Frida en un lugar seguro.- Dice muy decidida.

—¿Qué lugar es seguro en estos momentos?-La contradigo, porque todo el tiempo estamos en riesgo.Vicenta me mira y no puedo descifrar que tiene en mente.

—Está casa.-Dice con voz firme y kirandome fijamente

—Vicenta, no.-Digo sorprendido por su ideaes decir sería raro. Quiero decir, mi mujer y mi ex viviendo bajo el mismo techo?-Le digo y hago una mueca, pero ella no se inmuta sigue cruzada de brazos y firme en su idea.

—A mí no me molesta, a demás, no vamos a estar bajo el mismo techo como tal. Ella puede quedarse en la otra casa. A los Quintanilla le sobran como tres cuartos. Mira, piénsalo de esta manera: vas a poder ver a Diego cada vez que quieras, vas a estar cerca de tus dos hijos y ellos van a pasar más tiempo juntos.-Dice tranquila mjentras se revisa las puntas de su cabello.

—Tienes razón pero, ¿no te vas a sentir celosa? -Le pregunto levantando su mentón y viendola fijamente.

—No me molesta, te te lo dije. A demás, últimamente la he visto mirándote con otros ojos. Se me hace que ya le llegó el indicado.- Me dice con un pequeño guiño en el ojo.

—A ver, ¿desde cuándo somos tan amigas de Frida?-Le pregunto sorprendido y poniendo mis manos con jarras en la cintura

—Desde que nuestros hijos son hermanos y—hace un gesto de comillas—"perdieron" a su padre.

—Pero ¿cómo sabes que ella está enamorada?-Le pregunto curioso, sinceramente pensé que no me iba a superar, porque soy increíble ¿cierto?

—Daniel, las mujeres sabemos esas cosas. ¿Crees que no supiera si una vieja me quiere robar a mi hombre? ¡Claro que me doy cuenta!- Dice viendome a los ojos y me da dos golpes en la cabeza- Frida ya no te mira con ojos de mujer enamorada, sino como a un amigo y el padre de su hijo.-Dice muy calmada-Así que tráelos para acá, no hay bronca. Yo confío en ti; te amo y sé que tú me amas con la misma intensidad. Estoy segura de que nunca me traicionarías.

—Bueno... está bien.-Le digo levantando las manos como si ella fuera la policía en la relación y no yo.

Luego de un rato, nuestro niño se despierta. Él decide ver películas, así que nos ponemos a ver Coco por enésima vez con él. Le gusta mucho la canción porque dice que le recuerda a mí. Es increíble como la distancia y el tiempo, mas el amor y la nostalgia pueden convertir una canción triste de despedida en un hermoso recuerdo familiar, si lo he pensado mucho, los Phillips Acero no son nada convencionales, pero así esta bien. Luego de un largo maratón de películas, llega la hora de recoger a Diego. Danielito se queda jugando en los columpios con su mamá. Me dirijo hasta la escuela de Diego y lo recojo. Mi hijo se da cuenta de que no vamos en dirección a la casa de su hermano.

—Papá, este es el camino de la casa de mi mamá.-Me pregunta.

—Sí, mijo, es que tengo que hablar con ella.

—¿Algo malo?-Me dice y de repente empieza a mirar por la ventanilla a ver si alguién nos sigue.

—En parte, pero también es bueno.-Le digo y me extiendo para coger su mano logrando que regrese a verme.

—¿Me puedes decir?-Me pregunta directo y noto cierta dureza en su voz.

—Primero déjame hablar con ella.-Le digo con una mueca, no quierl asustarlo.

Llegamos a la casa de Frida. Diego abre con sus llaves y va hasta donde su mamá. Ella se sorprende al vernos y me dice:

—Daniel, se supone que este fin de semana te llevarías a Diego.-Me pregunta mientras ordena rápidamente algunos papeles en su escritorio.

—Frida, pasó algo y necesito que hablemos.-Le digo lo más calmado que puedo.

—¿Pasó algo con tu hijito? Dime si necesitas ayuda. Tú y Vicenta saben qué pueden contar siempre conmigo.-Dice dejando de ver los papeles y mirandome.

—No, no. Danielito esta bien, es solo que reapareció un viejo enemigo de los Acero y amenazó a Dani-Veo cono su expresión cambia y su bocase pone en una fina curva-Vicenta y yo tememos que pueda atacarlos a ti o a Diego.

—¿Qué? Y ¿qué hago? Daniel, si le pasa algo a mi hijo, yo me muero.-Dice muy asustada y acercandose a mi.