80. Final

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Liam dejó al pequeño Dylan junto a su hermano mayor, dentro del pequeño corral. Ambos comenzaron a gatear y ponerse de pie, batallando para obtener al peluche de conejo que su padre compró el día anterior. A pesar de tener uno para cada pequeño, ambos siempre batallaban entre balbuceos y pequeños jalones antes de caer sentados y empezar a reír. Sus sonrisas lograban alegrar el día del castaño por completo, alejando todo el estrés y el cansancio.

Observando de cerca a los pequeños, el mayor se dispuso a realizar parte de su trabajo y adelantarlo para la junta que tendría el día siguiente con los socios de la última empresa que había adquirido. Sus balances financieros y la descripción de sus transacciones y negocios figuraban en documentos alrededor de la mesa de trabajo. Liam leía y escribía observaciones e ideas para innovar las formas de venta, al mismo tiempo que vigilaba a los pequeños.

Aquella mañana, su pareja había tenido una reunión importante con unos clientes extranjeros, por lo que tuvo que retirarse temprano, dejando al mayor a cargo de los pequeños. Liam había entendido su problema y, por esa razón, llamó a su secretaria para advertirle de que se quedaría en casa y no iría al trabajo aquel día. Felizmente todo estaba en orden, por lo que no debía asistir diariamente a la oficina.

El sonido de su móvil hizo que despegara la vista del monitor y lo tomara entre sus dedos. El nombre de su esposo hizo que sonriera inevitablemente y sin dudar, contestó:

— Hola, cariño — dijo en cuanto la comunicación inició.

— Hola — respondió con una pequeña risita — ¿cómo va todo en casa? ¿sobreviviste a cuidarlos?

— Inexplicablemente han estado muy tranquilos esta mañana. Supongo que me dieron una pequeña tregua por el día de hoy, debido a que soy el único cuidándolos.

— Deben extrañarme mucho.

— De hecho, no — bromeó — están encantados conmigo.

Zayn empezó a reír al otro lado de la línea. El sonido de su risa tranquilizó al castaño y le hizo sonreír por igual.

— ¿Cuándo volverás?

— En una hora estaré en casa — respondió después de unos segundos.

— ¿Cómo estuvo la reunión? ¿Lograron hacer un contrato?

— Felizmente conseguimos un contrato con los empresarios estadounidenses. La sucursal de su negocio debía ser una obra de arte para ellos, por lo que pudimos persuadirlos de trabajar con nosotros y no con la constructora de la competencia. Ellos vieron nuestros diseños y quedaron encantados.

— Es imposible que no queden encantados con los planos que Niall y tú hacen, son estupendos.

— Agradezco su comentario, guapo inversionista.

— Solo digo la verdad, arquitecto Payne.

Zayn sonrió al escuchar aquello y no dudó en acariciar su anillo de matrimonio, al mismo tiempo que se reclinaba en el asiento.

— En cuanto termine con otro asunto iré a casa — dijo cuándo el silencio se extendió — nos vemos, amor.

— Te esperaremos.

Dicho esto, el castaño terminó la llamada y se dispuso a dejar el móvil sobre la mesa de su improvisada oficina. El mayor lanzó un suspiro y acarició su nuca para relajarse un poco y dejar el trabajo por un momento. Pequeños balbuceos llamaron su atención, por lo que se puso de pie y sonrió cuando los vio jugando con un pequeño tren.

— Muy bien, pequeños, ustedes se quedarán aquí mientras papá hace el almuerzo, ¿de acuerdo? — les dijo mientras acariciaba sus cabecitas. Los bebés simplemente rieron en su dirección y siguieron jugando —. Que pequeños tan obedientes.

Love Is Not Over (ZIAM)Where stories live. Discover now