28

1.9K 175 32
                                    

Mientras el día transcurría con total calma y serenidad, Josh se mantenía revisando los documentos que su hermano le había mandado una hora atrás.

Los registros de ganancias iban incrementando en cada nuevo proyecto, tanto que no sería difícil pagar el préstamo otorgado por el banco. Era un gran apoyo el que su pequeño hermano hubiese tomado responsabilidad sobre la empresa mientras el cuidaba a su padre.

Una silenciosa oficina y el constante sonido del teclado hicieron que su mañana no fuera como esperaba. Tomó un sorbo de café y observó el calendario a un lado suyo, una sonrisa nostálgica se extendió por sus labios mientras giraba su silla y perdía su vista en el jardín.

— Apenas unos días para que empiece septiembre, — su visión navegó desde el pasto verde al pequeño huerto que su padre mantenía vivo y coloreado — un mes tan lleno de dolorosos y amargos recuerdos.

Dejó de lado el trabajo por un momento y decidió internarse en aquellos días, donde su felicidad no había sido más que un navío sin equilibrio, a punto de volcarse hacia el dolor y la separación. Habían pasado ya más de siete años desde lo ocurrido, pero el dolor seguía latente en su corazón, llegando como un terrible recordatorio de los años más felices y tristes de su vida.

— ¿Me amas?

— Me has preguntado eso tantas veces que empiezo a dudar de si me lo estás cuestionando a mí o a ti mismo.

Lágrimas amargas cayeron en su rostro aquella noche, cuando todo terminó de manera desastrosa y dejó más arrepentimientos que buenos recuerdos. Cuando decidió terminar aquel amor enfermizo y dañino, creyó que estaría mejor, pero los constantes reproches de su mente no le permitieron continuar, hasta que conoció a su actual pareja.

Ella lo había sacado de aquel pozo sin fondo donde se había sumergido, de aquel incesante anhelo de regresar a lo mismo y luchar por algo que había estado perdido desde el principio. Si no hubiese seguido con ella, tal vez su destino hubiese sido otro.

El sonido de su móvil llamó su atención y se dirigió directamente hacia él. El nombre de su esposa se veía reflejado allí y una sonrisa surcó sus labios.

— ¿Cariño? ¿Cómo estás?

La risa de Ailee se escuchó al otro lado de la línea, calmándolo un poco. La conversación entre ambos fue larga, se mantuvieron conversando sobre lo ocurrido en su viaje y el avance de su padre. Tenían la esperanza de que ella llegara antes de su cumpleaños, para poder celebrarlo en familia, como había ocurrido los últimos seis años desde que estuvieron casados.

Un par de gritos se escucharon en la primera planta, sorprendiéndolo considerablemente al reconocer las voces de Niall y su padre. Se despidió de su pareja y no dudó en bajar rápidamente hacia el primer piso, donde Niall se mantenía con el ceño fruncido y las manos hechas puños, además de tener el rostro sumamente enojado.

— ¿Pasa algo? — Preguntó interesado mientras observaba al menor.

— Parece que Niall tiene problemas de pareja. — Respondió su padre mientras trataba de calmar el enojo del pelirubio.

— ¡Es un tonto! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio!  — balbuceó, los Malik aguantaban su sonrisa al ver lo tierno que se veía haciendo un berrinche.

— ¿Qué sucedió exactamente, Ni?

— Fui a visitar a Shawn al trabajo hoy, — comenzó con su explicación — quería pasar el día con él, ya que en casa me sentía totalmente aburrido estando solo. Cuando llegué, la secretaria me recibió y me dijo que mi esposo no estaba disponible para mí. Por supuesto, le pedí insistentemente que le dijera que era yo quien lo estaba buscando, pero se negó rotundamente. Esa maldita mujer está detrás de mi esposo, estoy casi seguro de ello.

Love Is Not Over (ZIAM)Where stories live. Discover now