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Zedd mantenía la deprimente sonrisa en sus labios, mientras observaba la ventana del departamento y bebía una taza de café. Aquel día había sido el más doloroso en toda su vida y, por esa razón, no podía dejar de pensar en el pasado y en la oportunidad que había perdido al dejar ir a la persona que amaba.

— Zedd... — Liam se mantuvo tras él, colocando sus manos en los hombros del mayor, tratando de consolarlo en aquella dura etapa.

— Es un bonito día, ¿cierto? — preguntó con una pequeña sonrisa — hoy es tu gran día.

— Lo sería si tú...

— No te deprimas por mi culpa, Li — su cuerpo giró hasta encontrarse frente a frente con el castaño, quien seguía teniendo el rostro preocupado y casi triste — te prometo que haré una pequeña visita el día de hoy y volveré a casa. Estaré más animado cuando regreses, lo prometo.

— No tienes que parecer fuerte frente a mí, lo sabes.

— Lo sé, Li. No estoy tratando de fingir ser fuerte, es solo que... ya me he cansado de llorar por lo mismo por más de ocho años, a mi pequeño no le hubiese gustado eso.

Zedd volvió a sonreír, tratando de mandar lejos el pequeño dolor que se instaló en su pecho al recordar aquel episodio de su vida. Mirar a Liam le daba aquella fuerza perdida, porque él estuvo a su lado cuando los problemas habían empañado su felicidad y sabía que nunca iba a dejarlo solo, a menos que él mismo se lo pidiera.

— Él lo sabe, Z.

La mirada confundida del mayor fue lo único que recibió.

Liam tomó aire para reunir el valor, no sabía cómo iba a reaccionar Zedd cuando se enterara de la situación.

— Sabe sobre el altar que hiciste en honor a su hijo.

— ¿C-Cómo...?

— El señor Malik se lo dijo. — Confesó, lanzando un pequeño suspiro al aire. — Lo llevó a ese lugar.

Zedd sintió miedo en ese momento. Josh nunca había sabido sobre la existencia del altar, él pensaba que todo había terminado en la isla, donde ambos se habían mantenido viviendo después de la pérdida espontánea de su hijo. Nunca le había comentado sobre ello, pues, pensaba que no debía hacerlo. Que él supiera sobre ese lugar, solo aumentaba la probabilidad de un encuentro entre ambos y era algo que no deseaba. No, ese día.

— Pensé que no le interesaba quebrar el matrimonio de su hijo, — comentó, alejándose del mayor — el señor Yaser me prometió que no le diría nada, a cambio de que no volviera a reaparecer en la vida de su hijo. No debió decirle sobre eso.

— Apareciste en su vida de nuevo, Zedd. Seguro pensó que el trato se había roto.

— ¡No fue culpa mía volver! Yo...

— Era también su hijo, merece tener un lugar a donde visitarlo, Zedd, — trató de persuadirlo — a pesar de lo que ocurrió entre ustedes, él merecía saberlo.

— Quería que él olvidara todo lo relacionado a nosotros. — Cubrió su rostro con ambas manos, tratando de no sollozar en ese instante. Liam fue directamente hacia él y lo envolvió en sus brazos. — Quiero que sea feliz con su esposa, en verdad lo deseo. Pero, si me encuentro con él una vez más... todo será un desastre como el día de tu boda, Li.

Liam trató de decir algo más, pero el sonido del timbre los interrumpió. Ambos se observaron un momento, confundidos por la repentina visita y se separaron poco a poco.

Zedd se limpió las pequeñas lágrimas que habían descendido por sus mejillas y se adelantó para abrir la puerta. Una pequeña sonrisa y una cabellera oscura lo recibieron, sorprendiéndolo de inmediato.

Love Is Not Over (ZIAM)Where stories live. Discover now