Capítulo Cuarenta y Nueve.

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"No se que hacer"

Era de tarde en París, la familia Agreste bajaba del tren que los había traído de Londres, el viaje fue extremadamente corto, pero cansador, por un error en el sistema de expedición de pasajes, Gabriel y Mike viajaron juntos, siendo Nathalie la que ocupó el lugar del Agreste, el diseñador para evitar que la pareja regresará junta se guardo para el la verdad sobre el asiento vacío al lado de su asistente, el cual tranquilamente podría haber sido ocupado por alguno de los dos, los celos del hombre casa vez se mostraban más, y eso no era una buena señal.

─Bueno amor, creo que aquí termina nuestro fin de semana juntos─ comento el hombre saliendo de la estación abrazado a su novia

─Asi es─ contesto ella en un susurro

─¿Te veré mañana?─ pregunto con pudor, ambos se paran y este la suelta

─Mike. . .sabes que no, el desfile está sobre nuestros pies y debo trabajar en los últimos detalles─ suspira ─Aunque te cueste deberás esperar al fin de semana

─Por ti esperaría cien años─ la besa ─Te veo luego pastelito─ alza su mano y para un taxi

─Hasta pronto pudín─ replicó sintiendose una tonta por decir eso

El hombre abandono el lugar en el automóvil y la mujer espero a que su jefe y los demás llegarán hasta ella; tras unos minutos de espera estos se hicieron presentes, el diseñador cargaba las maletas mientras que el guardaespaldas charlaba con los niños de una manera amigable, hasta incluso reían.

─¿Qué pasó?─ pregunto la dama asombrada

─Ni lo preguntes─ bufo el platinado

─Ire por el auto─ comento el robusto y desapareció del lugar

─Recuerdame no volver a jugar con mi hijo y la señorita Dupain-Cheng─ se quejó el hombre dejando las maletas en el suelo y sacudiendo su saco

─Lo haré señor─ contesto tratando de aguantar la risa

─¿Señor?─ cuestionó el modelo ─¿De verdad se van a tratar con formalidad?

─Lo que pasó en Londres se queda en Londres─ musita la mujer con una sonrisa

─Eso no es justo─ dice Adrien mirando a su novia

─Claro que si gatito─ replicó risueña ─No olvides que por más que tengas ganas de que todo salga como quieres, ellos aún tienen asuntos que resolver

─Odio la vida de adultos, son complicados─ trino molesto

─Adrien estás por cumplir dieciocho, no estás tan lejos de la vida de adulto─ acotó la ejecutiva mirándolo fijamente

─Asi es hijo, la aventura londinense término, es momento de volver a nuestras vidas─ se pone firmé, Nathalie lo mira

─¿Aventura?─ cuestionó ─Yo que usted pienso mejor sus palabras señor Agreste─ alza una seja

─Lo siento─ ríe apenado

Gorilla llega con el auto, todos abordan en el y este arranca a toda prisa hacia la mansión, el trayecto fue rápido gracias a que no había tránsito, una vez de regreso en casa, todos se fueron a sus habitantes, necesitaban procesar todo lo que sucedió en los últimos dias.

Lo primero que hizo la azabache fue tomar una larga ducha, eso la relajaba y los últimos días no pudo hacerlo, luego de su momento de relajación, se puso el pijama y se recostó en la cama a leer las noticias, lo primero que vio fue algo que la espanto, un enorme títular en el diario más famoso de la ciudad, los nombraba a Mike y a ella como la pareja del momento y los próximos en pisar el altar, la mujer enfureció y casi tira su tableta al suelo, de la ira que la invadió tras leer aquello, ni siquiera había aceptado la propuesta y ya prácticamente la habían nombrado la señora Burgeois, incluso el diario tenía una nota con Audrey la cual les otorgaba su visto bueno.

─Maldito seas Mike─ bufo y tras decir eso alguien llamo a su puerta, la mujer se levanta a la velocidad del rayo y abré, descubriendo a su jefe del otro lado con un semblante bastante serio

─Me acaban de llamar del periódico, quieren una entrevista conmigo para que hable sobre ti y Mike, ¿qué se supone que pasa?

─No lo sé, creo que Mike exagero y aviso a la prensa─ se gira y va hacia la cama para sentarse en ella ─Ya soy la señora Burgeois y  lo peor es que ni siquiera acepte─ suspira, Gabriel entra y cierra la puerta detrás de él

─No quiero sonar grosero, ni posesivo, ni celoso, pero tienes que hacer algo, debes decirle─ sugirió mirándola fijamente

─No puedo ir, golpear su puerta y decirle que no me voy a casar con el, porque te amo a ti y ahora si podemos estar juntos porque gracias a él y su estúpido viaje te diste cuenta de que también me amas─ grito fuera de sí

─Suena bien para mi─ se acerca más ─Buscaremos una solución, juntos─ se sienta ─Hare las llamadas que tenga que hacer para que la prensa se calle─ suspira ─Pero no puedo hacer nada con Mike, aunque me muera de ganas de intervenir

─Lo se. . .pero no sé qué hacer con el, no quiero lastimarlo, no como el a mi─ Gabriel toma una de sus manos

─Te entiendo, y por eso tomate el tiempo que necesites, yo esperaré por ti lo que sea necesario─ besa el dorso de su mano ─Ahora que se lo que siento, no planeo dejarte ir nunca─ la mira

─¿Lo prometes?─ el asiente, ella se balanza sobre su pecho ─Te amo

─Me encanta escucharte decirlo─ la abraza ─Yo te amo mas─ besa su cabeza

Los dos se quedan así durante un rato largo hasta que Gabriel se percata que Nathalie cerró sus ojos y ahora dormía sobre el, con mucho cuidado se levanto, y aún abrazados de una maniobra bastante extraña, llevo a la mujer hasta la parte superior de la cama, la recostó, la tapo y finalmente beso su frente, para luego abandonar el lugar en completo silencio, dejando a su amada descansar, se lo merecía, después de todo lo que le tocó pasar.

Miraculous: Peligro Where stories live. Discover now