Capitulo Veintiocho.

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"Charla"

El auto de la familia partió a toda velocidad con el guardaespaldas y la tia malvada en el, Adrien vio feliz por la ventana de su habitación como aquella nefasta mujer dejaba el lugar; por otra lado ahora le tocaba la parte más difícil, enfrentar a su asistente y luego a su padre, tomando un poco de coraje, salió al pasillo, miro la puerta que daba a la recámara de su futura madrastra y fue hasta allí, toco dos veces y aguardo, del otro lado escucho un sollozo y unos repentinos movimientos.

─Voy.

Musitó la mujer en tono bajo, el chico suspira y continuó esperando, tras unos largos minutos la puerta se abrió mostrando a la ejecutiva con un semblante verdaderamente triste.

─Quiero que hablemos por favor─ dijo con pudor, ella tomo aire y se corrió para que el entre, una vez lo hizo cerro la puerta detrás de él

─Toma asiento─ dijo señalando un sillón que había frente a la cama, el hizo caso y ella camino hasta la cama sentándose en la punta de esta ─¿Que sucede?─ pregunto sin aguantar el silencio que se formó

─Primero quiero decirte algo lindo─ hace una pausa ─Marinette y yo somos novios─ soltó completamente sonrojado

─Te felicito Adrien─ respondió forzando una sonrisa ─Me alegra eso

─Eres la primera─ sonríe, ella se asombra

─Me honra mucho─ comento con calidez

─Decidí que fueras la primera en saberlo porque te considero como una madre, después de que la mía se fue, tu has sido ella desde ese momento─ hace una pausa ─Por eso te lo cuento antes que a nadie

─Eres tan bueno─ replicó con una sonrisa sincera ─Gracias

─Bueno, con esto dicho, Marinette no puede reemplazarte.

─Esa niña─ bufo ─Sabia que iría corriendo a contarte

─Planeabas dejarme y no querías que me lo diga─ se cruza de brazos ─¿Por que?

─Ya estas lo suficientemente grande como para saberlo─ suspira ─Y ahora que tienes a tu novia será más sencillo. . .cuando quieres a alguien pretendes estar con esa persona, pero cuando no es correspondido todo lo que sientes es dolor, por eso no puedo seguir aqui, no mientras─ se queda callada para no revelar lo de Amelie

─Mientras el este con la tia─ ella se asombra, ese chico estaba veinte pasos adelante que ella y lucia muy tranquilo ─No te preocupes─ baja el tono de su voz ─Hice que Gorilla la meta en un tren de regreso a Londres

─Adrien─ lo reto ─¿Por que hiciste eso?, tu padre se merece ser feliz

─Tu también─ bufo desviando su mirada ─Además no la quiere, tu lo dijiste, solo esta aferrado al recuerdo de mama

─Por más que sea cierto lo que dije, la eligió como su futuro, y ni tu ni yo somos alguien para decidir por el─ hace una pausa ─No puedes forzar el amor Adrien, yo estuve veinticinco años al lado de tu padre, y los últimos veinte fui su leal asistente, nada de lo que hice fue suficiente para lograr que me note, y nada lo hara─ baja su mirada

─Eso porque no tienes fe en ti misma; papa te notará solo tienes que dejar de pensar como una mera asistente─ se levanta ─Tienes que ser tu, olvídate de ese traje, olvídate de las formalidades, vive la vida, se atrevida, contestale, deja de ser leal a el y veras como cae a tus pies

─Que ocurrencias─ ríe nerviosamente

─Inténtalo y veras─ hace una pausa ─Salgamos─ ella no comprende ─Te invito a. . .tomar un helado, como madre e hijo─ ella rie ─Deja el papel de asistente atrás, vístete con lo mejor que tengas, suelta tu cabello, maquillate y pisa el mundo con tus pies

─Me encantaría hacerlo; pero perdí todo─ suspira ─Solo tengo mis trajes y un pijama

─Bueno, olvidé decirte algo─ ríe nerviosamente ─Hace unos días enviaron una caja con algunas de tus ropas, las encontraron entre los escombros─ mintio para no exponerse

─Ahora me lo dices─ bufo ─Estuve lavando este traje durante las noches en vano─ se quejo

─Bueno, te la traigo, y vete preparando, porque nadie nos detendrá, luego podemos pasar a ver a Mari y comprar macarons─ guiña un ojo y va hacia la puerta

─¿Nada hará que cambies de parecer cierto?

─No─ la mira ─Olvidaba algo─ ella lo mira confusa ─Olvida eso de irte, no te dejare, te quedarás, Amelie no es una molestia, ya no hay motivo de que te vayas, y si quieres irte tendrás que llevarme contigo─ sentenció y abandono el lugar

─Que intenso─ comento una vocesita bastante chillona

─Pero es un gran chico─ replicó la adulta

─Lo es, amo la manera en la que piensa en ti, puedo sentirlo, tanto orgullo, tanta felicidad─ hace una pausa ─Y tanto miedo de perderte, no miente cuando la llama madre

─No se si es correcto que me llame así, pero en el fondo me gusta─ sonríe

─Lo se señorita Nathalie, puedo sentirla─ ríe

La criatura azul se escondió nuevamente y la ejecutiva soltó su cabello tal y como el chico se lo pidio, tras unos minutos de espera, este volvió con dos cajas muy pesadas, con mucho esfuerzo las deposito en el suelo y luego miro a su asistente, lucia preciosa.

─Sabía que te verías bellísima con el cabello suelto─ alago, ella se sonrojo ─Bien te dejo para que te alistes, vendré en un rato─ se gira

El chico sale y la mujer se levanta, abre una caja y empieza a buscar, misteriosamente la mayoría de su ropa estaba estaba ahí, y en perfectas condiciones, parecía un milagro, Nathalie con alegría empezó a revolver las prendas hasta que encontró lo que tanto buscaba, un vestido azul pálido, que le encantaba usar, con su vestimenta elegida decidió entrar al baño, tomar una ducha y luego cambiarse para salir. Hoy tal vez todo cambiaría para todos.

Miraculous: Peligro Where stories live. Discover now