Capitulo Tres.

615 66 34
                                    

"Gabriel"

Nathalie Sancoeur es la asistente de la familia Agreste, trabaja en la mansión desde hace mucho tiempo, muchos dicen que incluso antes de que el señor Agreste se case, y es así, Nathalie era compañera de Gabriel en el liceo donde este estudio corte y confección, en ese instituto había varias carreras, entre ellas administración, los jóvenes se conocieron una vez en el patio cuando chocaron sus cuerpos ya que ambos iban muy distraídos pensando en los exámenes finales; con el tiempo se volvieron amigos, y finalmente cuando el se lanzó al estrellato, la busco para que ella fuera su mano derecha, recién graduada, Nathalie se convirtió en su asistente ejecutiva y, pieza clave del gran éxito que hoy es la marca Agreste.

Lo que Gabriel nunca supo fue que esa chica de rizos azabache con aquel mechón rebelde teñido de rojo, se enamoró perdidamente de el, al verlo la primera vez quedo tan anonada con su belleza que nunca lo pudo sacar de su cabeza. La vida lamentablemente no jugó a su favor, jamás se atrevió a decirle lo que sentía, y cargo con eso toda su vida, teniendo que verlo enamorarse, casarse y posteriormente formar una familia.

Hoy el hombre que tanto ama se encontraba postrado en una cama, el golpe dado por Chat Noir, no sólo lo noqueó sino que lo estampó contra una columna dejándolo inconsciente hasta el día de hoy.

La ejecutiva se levantó muy temprano en la mañana, ingreso en la habitación del diseñador y abrió las cortinas, luego camino hasta la cama y lo movió rogando que este abra sus ojos y se levante para comenzar un nuevo día, las cosas no fueron así, la mujer resignada salio del lugar y bajo para irse hasta el estudio de su jefe y hacerse cargo de la empresa ella misma, la marca Agreste no podía verse afectada por este giro desafortunado de los acontecimientos.

─Nathalie─ llamo una voz, esta elevó la mirada encontrándose con unos hermosos ojos verdes viéndola de cerca, eso le trajo recuerdos, antes, solía ver muy seguido esos ojos, más con la partida de Emilie

─¿Que sucede Adrien?─ pregunto tratando de no sonar molesta por haber sido interrumpida

─¿Podré quedarme hoy en casa?─ dijo casi en un tono de súplica

─Claro─ respondió con tranquilidad, cuando el hablaba con tanta dulzura ella no podía hacer nada, además sin su jefe por ahí que le recordará que no debía hacerle tanto caso a Adrien, esta estaba a merced del rubio

─Gracias Nathalie─ musitó y se retiró, la mujer suspiro y  enfocó su vista en un punto fijo del lugar

─Por favor Gabriel─ hablo sola en un susurro para llenar el silencio que se formaba en aquel lugar ─No podré seguir si me dejas─ agrego y cerró sus ojos

Mientras todo esto sucedía Amelia y Marinette charlaban amigablemente en la habitación de esta, la de coletas había convencido a sus padres de que la rubia venía de intercambio y tuvo problemas con el hotel por lo que ahora no tenía donde vivir, los adultos al ver la cara de la chica no se pudieron negar y ahora estas eran compañeras de cuarto.

─¿Puedo preguntarte algo?─ hablo la de ojos azules con mucha seriedad ─Se que no debería, pero. . .¿eres pariente mio?─ soltó sin rodeos, la contraria abrio sus ojos ampliamente ─Digo─ ríe ─Me recuerdas mucho a Adrien. . .y creo que tienes el color de mis ojos, además ese lindo mechón azulado que tenes ahí, me hace dudar─ la joven ríe

─Bunnix no me advirtió nada─ musitó mordiendo una galleta ─Pero naturalmente se que muchas cosas no debo decir─ hace una pausa ─Para tranquilizarte no soy pariente tuya, si tengo algo que ver con el─ concluyó bebiendo algo de té

─¿Eres su hija?─ soltó con tristeza, la contraria río, luego molestaría a su Marinette con esto, iba a ser muy gracioso, ahora gracias a esto tendría una buena anécdota para la cena

─No─ respondió únicamente, la de coletas empezó a pensar ─Soy su hermana─ agrego para evitar otro cuestionamiento, la contraria se sorprendió mucho

─Me alegro mucho que el señor Agreste haya podido seguir con su vida─ hace una pausa y piensa ─Me pregunto quien será tu madre─ piensa y guarda silencio ─Tiene que ser alguien muy peculiar─ suspira ─Y de pelo azul─ comento, la contraria no podía creer que de verdad estuviera haciendo eso

─No es azul, es azabache, y natural─ la interrumpió

─Hay tantas personas azabache en esta ciudad que dudo poder descubrirla─ se quejo

─Bueno, dudo que haya otra persona igual a mi madre, ella es increíble─ come otra galleta ─La más inteligente en toda la ciudad, y no hay otra igual, te lo aseguro

─¡¡Espera!!─ grito emocionada ─Inteligente, azabache, no hay otra igual─ hace una pausa y la mira con ilusión ─Además tu peculiar mechón de otro color, como no lo pensé antes, tu madre es─ hace una pausa ─Imposible, ¿o si?

─Por estas cosas aun no te declaras─ bufo ─Si, mi mama es Nathalie─ se quejo muy molesta

─Pensé que era solo una asistente─ comento dudosa

─Si, ahora lo es─ ríe ─Pero un día no sera así, ellos se van a enamorar y luego vendré a sus vidas─ sonríe

─¿Y si ahí está la clave?─ pregunto ─Digo, si algo pasa con ellos; tu debes saber a la perfección como se enamoraron

─Tal vez tengas razón─ se levanta ─Se algunas cosas, no se fechas, pero si eventos que tal vez con tu ayuda podamos darle algo de temporalidad

─Bueno, por lo menos tenemos algo─ suspira ─¿Te importaría venir contigo?. . .le dije a mis padres que estas de intercambio en la escuela y bueno, creo que deberías fingir que vas─ ríe

─Cierto─ rie también ─Luego me transformó y patrullare para ver si algo esta fuera de lo normal

Las dos chicas sonrieron, y luego salieron para irse al instituto; por otro lado en la mansión Agreste el aclamado diseñador abría sus ojos, Nathalie estaba llena de dicha creyó que este no despertaría en mucho tiempo, sus plegariase fueron escuchadas y el estaba de regreso.

─Ladybug, Chat Noir; la próxima vez no tendrán tanta suerte─ bufo mirando fijamente a su asistente, esta estaba emocionada ─¿Cuanto tiempo estuve fuera?

─Casi veinticuatro horas─ respondió melancólica ─Señor esto fue muy arriesgado tal vez usted debería. . .

─Ya veremos eso─ replicó e intento pararse, pero no pudo lograrlo ya que recibió un mareo

─Como diga, pero vamos a tener más cuidado desde ahora─ se acerca a el ─Con mi prodigio arreglado no puedo permitir que algo te suceda

─Gracias Nathalie─ se acomoda ─Ahora déjame solo

─Como ordenes.

La mujer dejo el lugar sin ánimos, quería estar ahí para el, pero al mismo tiempo entendía que el platinado era muy solitario, más desde que su esposa lo abandono, quería ayudarlo a vencer esa soledad pero no encontraba palabras para hacerlo, temía, fuertemente que si decía o hacia algo podía ser rechazada, y abandonar ese lugar no estaba en sus planes, preferiria morir antes de tener que dejarlos.

Miraculous: Peligro Место, где живут истории. Откройте их для себя