Capítulo Cuarenta y Siete.

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"Salidas"

Era un nuevo día en todo Londres, todos se habían despertado muy temprano a excepción de Nathalie la cual aún dormía plácidamente, por lo que su novio no se animaba a despertarla, lucía tan hermosa que le era imposible.

─Bueno, tenía pensado salir con ella pero no quiero molestarla─ comento el pelinegro en la mesa mientras desayunaba con los Agreste ─Ire a la inauguración sin ella, ¿si despierta antes de que se vayan le avisan que me vea alli?

─Claro─ contesto Gabriel ─No te preocupes; yo le digo─ sonríe

─Eres un gran amigo, sigue así y serás nuestro padrino─ ríe ─Los veo luego─ termina su café y se retira

─Si como digas─ lo burlo Gabriel luciendo como todo un adolescente en celo

─Veo que todos los Agreste son igual de celosos─ comento la chica sin miedo, ambos clavaron su mirada en ella

No somos celosos─ dijeron al mismo tiempo los rubios, luego estos se miraron y resoplaron por lo bajo

─Como digan─ río ─Señor Gabriel, Edna envío un e-mail, dice que lo espera en su suite en media hora─ comento en tono serio tratando de lucir como una auténtica secretaria

─Gracias Marinette─ toma café

─Ve a despertarla, todos sabemos qué quieres hacerlo─ dijo Adrien haciendo que su padre se ahogue con el café 

─Adrien─ lo reto la de coletas ─No lo apresures o le puede dar vergüenza

─Bien, no olviden que el adulto aquí soy yo─ se levanta ─Gracias por su apoyo pero no lo voy a necesitar. . .por ahora─ va hacia los cuartos

─Es muy lento─ suspira

─Mira quién habla─ replicó

Mientras estos se lanzaban indirectas entre ellos, el diseñador camino a paso tranquilo por el pasillo hasta llegar a las habitaciones, una vez ahí entro al cuarto de Nathalie, cerró la puerta con sutileza y fue hasta la cama, se metió en ella y abrazo a la mujer por detrás, la cual se acomodó al sentir su presencia.

─Buenos dias─ susurro este en su oído para luego darle un cálido y rápido beso en su cuello ─Es hora de despertarse─ agrego y volvió a darle otro beso, este más cerca de su rostro, la azabache se estremece y abre lentamente sus ojos

─Dejame dormir un poco más Mike─ contesto molesta por haber sido despertada

─No soy Mike─ besa su oreja, está se gira rápidamente encontrándose con la mirada grisácea de Gabriel

─¿Qué haces aquí?, Mike puede entrar en cualquier momento, ¡estas loco!─ dice frenética sin moverse

─Mike se fue, llegaba tarde a su inauguración, no quiso despertarte─ sonríe ─Te dejo a mi cuidado─ mira sus labios

─¿Y usted si decidió despertarme?─ se quejó risueña

─¿No le gusto que la despertara?─ se pone serio

─Me encanto─ cierra sus ojos ─Pero no recuerdo que me diera el beso de buenos días─ se animó a decir pícara

─Perdon, mi culpa─ la besa y ambos se quedan así durante varios minutos hasta que ella rompe en risa

Miraculous: Peligro Where stories live. Discover now