Parte 23 -Hola extraña-

124 8 107
                                    

Lograron sacar a Boris de la prisión con la excusa de que necesitarían internarlo, dado el estado deplorable de su salud, y sin embargo la excusa era una realidad. Necesitó días para recuperarse, re hidratarse y nutrirse. Solo que no lo llevaron a un hospital público de Budapest, cómo creyó que lo harían el presidente del recinto, sino a una ubicación clasificada de la Cia.

—si no fuera por su adn alterado para resistir más que cualquier ser humano, ya sería hombre muerto— les informó el médico de guardia, luego de que Natasha y Melina le comentaran sobre la situación.

—genial, ahora pueden decirme para que trajimos a uno de los traficantes de armas más famosos del mundo a un refugio del gobierno? Si escapa de aquí Nat, es mi cabeza la que está en juego— le reclamo Clint una vez que el médico se hubo retirado. Tuvieron que sobornarlo por su silencio, después de todo Boris Turgenov estuvo por años entre los más buscandos por el FBI, la Interpol y una docena de oficinas de inteligencia y su cara era más que reconocida por cualquier agente, por más que pertenezca sólo al cuerpo médico de la agencia.

—primero que nada, él me ayudo a escapar y se lo debía— Clint le puso los ojos en blanco— además, si lo que dices es cierto, Boris se mueve como pez en el agua en el mercado negro. Conoce a mafiosos, terroristas, políticos, y si vamos a desmantelar una red de traficantes de armas lo menos que necesitamos es a alguien que conozca el circuito comercial, no te parece?—

—hablé con contactos, harán correr la voz de que Boris escapó por su cuenta— agregó Melina.

Clint inhaló profundo con exasperación, tenía que reconocer que las hermanas hacían un buen equipo. Se masajeó el cuello, inconscientemente tratando de aliviar su propia tensión. Natasha sintió pena, sabía que él se estaba jugando su carrera y que no era la primera vez que lo hacía, también sabía que era algo que él estaba dispuesto a hacer por ella y sé sintió egoísta.

—donde está Ivan? Deberías de volver a Washington y decirle a él que se encargue de todo esto con nosotras— Sugirió Natasha antes de advertir la alarma en los ojos de Barton. Claramente no deseaba hablar de Ivan pero no entendió el porqué.

—quién es Ivan?— preguntó Melina en tono seco mientras se trenzaba el cabello que llevaba demasiado voluminoso por la humedad en el lugar.

—nadie, un amigo pero esta indispuesto y no puede hacerse cargo— descartó rápidamente Clint.

—indispuesto?—inquirió Melina con más irritación que curiosidad.

—tuvo un problema de salud, un ataque al corazón pero se está recuperando—

—va a estar bien?!— Natasha le había llegado a tener un gran aprecio al hombre, desde que él y Clint la rescataron siete años atrás. El recuerdo del rescate en sí estaba un poco borroso aún, pero desde ese día, él había ido a verla al menos una vez al año, en navidad generalmente y hablaban sobre libros y películas que ambos disfrutaban. Era lo más cercano que ella conocía a un padre.

—sobrevivirá. Ahora quieren decirme cuál es el bendito plan?— Natasha notó el "cambio de tema" que hizo Barton y le siguió la corriente antes de que Melina lo percibiera. Hizo una nota mental de preguntar después sobre el asunto, no porque no confiara en su hermana sino por la confianza superior que tenía para con Clint.

—está bien, esperaremos a que Boris despierte para seguir con el plan—continuó Natasha en tono autoritario, dejando evidenciada totalmente su capacidad de liderazgo—si Necesitamos hablar con él para saber en donde estamos parados con respecto al mercado negro y los demás involucrados en el negocio de las armas químicas de Rusia, si es que quere...—

Se quedó en absoluto silencio con los ojos abiertos de par en par como platos, claramente escuchaba algo que ni Clint ni Melina podían identificar.

Black WidowWhere stories live. Discover now