Parte 1 - La Habitación Roja-

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Natasha Romanova despertó pero no abrió los ojos, hacía tiempo que no soñaba y esa mañana deseaba poder retener las sensaciones de las escenas que acababa de vivenciar en su subconsciente, sobre todo el rostro de su madre que conscientemente nunca lograba recordar, y el aroma del hogar que alguna vez tuvo, la sopa calentándose sobre la estufa, el humo de la pipa de su padre haciendo remolinos bajo los rayos de sol que se infiltraban por una humilde ventana.

Deseaba aferrarse a esa sensación de seguridad que ahora parecía una fantasía imposible, como esa idea lejana y casi ficticia de sentirse amada.

Podía mantener los párpados apretados sobre los ojos unos minutos más, aún faltaban 10' para las 5:00 am, pero no podría contener la respiración durante tanto tiempo, era una recluta altamente entrenada pero seguía siendo solo un ser humano: Aunque deseara congelar el sueño que lentamente escapaba de su mente, el olor del desinfectante mezclado con el polvo de las cortinas viejas que caracterizaba a las instalaciones de La Habitación Roja, era como un jarabe amargo contra ilusiones que, en madrugadas como aquella, inundaban su cabeza.

No pudo evitarlo, abrió los ojos y en la cama a su lado, su mejor amiga Melina Vostokovna yacía frente a ella como un espejo, en idéntica posición fetal pero en la dirección opuesta, con los ojos abiertos y lúcidos, se notaba que había despertado hacia unos minutos al igual que Natasha.

--Qué piensas— Melina nunca se guiaba por convenciones, por lo menos no entre ellas, cuando estaban solas. Los "Buenos días", "por favor", y otras formalidades estaban de sobra, se las guardaba para los maestros e instructores del programa Viudas Negras en el que participaban desde que tenían 7 años.

Natasha no podía decirle la verdad, no podía contarle sobre su sueño porque a pesar de ser su mejor amiga, Melina era su principal competencia, su rival y hablarle de su madre y del dolor que le causaba el hecho de ser una huérfana era admitir debilidad. Tampoco podía mencionarle los recuerdos que comenzó a tener en los últimos meses, desde que dejó de tomar las pastillas que les repartían a diario, porque la desobediencia era traición y Melina no entendería su curiosidad.

—Pensaba en tu cumpleaños, es tu egreso también, para fin de año ya vas a ser una agente operativa, vas a estar en misiones reales—

—No te preocupes que solo te falta un año más y vamos a poder ser compañeras en el campo—
Melina sonrió con un aire de superioridad, Natasha sabía que a veces debía hacerse un poco a menos para que su amiga no se sintiese amenazada, eso la ayudaba a relajarse y conservar la amistad.

Ella era más fuerte que Melina, más rápida, era la que tenía la mejor puntería y la que calificaba más alto en los juegos de estrategia, sin embargo nada le inflaba el ego más a Melina que el hecho de ser la primera de las dos en recibirse del programa Viuda Negra, y eso mantenía su rivalidad en equilibrio.

A pesar de recibirse, Melina seguiría residiendo en la mansión que llamaban Habitación Roja, a las afueras de Moscú y sabía que no sería lo mismo ser recluta que ser oficialmente una espía de la KGB y una de las exclusivas agentes producto del programa de 28 niñas huérfanas entrenadas como un arma secreta para luchar en la Guerra Fría contra el Occidente.

—y por qué pensabas en eso?— típico de su amiga, después de cada respuesta siempre seguía un "por qué?"

Natasha inhalo y frunció el ceño en un gesto exagerado de preocupación.

—porque vamos a tener que conseguir otro vodka de contrabando para festejar y no quiero deberle más favores a Niko Constantin— Melina rió con la despreocupación en el rostro de una chica normal de 17 años.

—mm Constantin no es el único contrabandista de la academia— le guiñó un ojo al mismo tiempo que la profesora Ophelia Sarkissian abría las puertas dobles de la habitación de reclutas del último año, extendiendo los brazos de par en par pero sosteniendo los picaportes, de modo que la luz que entraba a sus espaldas proyectaba su sombra como una flecha humana en el pequeño pasillo que se formaba entre las diez camas ubicadas en dos hileras contra las paredes. Ya eran las 5:00 am.

Black WidowWhere stories live. Discover now