Parte 3 -El Plan-

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Recorrieron el camino de vuelta a la Mansión en silencio, no porque no tuviesen nada para decir, sino por las cosas que necesitaban decirse primero a ellos mismos. Tenían que procesar lo que acababan de ver y oír antes de llegar con los demás.

Necesitaban parecer normales...solo un par de muy normales supersoldados, inocentemente manipulados en cuerpo y mente por una organización terrorista.

—no se lo podemos decir a nadie, Oleg no lo va a tomar bien— Alexei no sabía si la información que tenía en su cabeza era una carga o una responsabilidad.

Lo que acababa de decir ni siquiera era una afirmación, no estaba seguro de nada y tampoco era una pregunta, solo quería que Natasha le dijera que hacer. Deseaba que ella le dijese exactamente que debía pensar y como debía actuar. Quería recibir una orden. Era lo más fácil del mundo, tan solo oír y obedecer.

Para eso lo habían criado, para actuar.

Hacía más de un año que había empezado a darse cuenta de los engaños de sus superiores y pasó más de 365 días de su vida mintiéndose a sí mismo, tratando de convencerse de que habría una explicación, un motivo o algo que justifique las acciones de la Directora Sarkissian.

Era hora de aceptar que debía salir de ese lugar, escapar, solo que a diferencia de Natasha que hablaba de volver a buscar a sus padres, él sabía que rastrearlos era ponerles un blanco en la espalda ya que sería el primer lugar en donde los irían a buscar.

No quería decírselo a ella, pero era una chica inteligente, de seguro ya se daría cuenta.

Volvió a aparecer en su mente la imagen de Oleg y de cómo ese hombre de bigote pretencioso lograba dominarlo con un simple chasquido de dedos. Se dio cuenta que recibir órdenes, como lo anhelaba un instante atrás, era justamente lo contrario a lo que debía hacer.

Tanto él como Natasha, tenían que empezar a pensar por sí mismos, ahora realmente estaban solos.

Debían tomar las riendas de sus vidas, decidir qué querían ser, quienes querían ser. Tenían que empezar a tomar decisiones, necesitaban un plan.

Ya no era posible postergarlo más, ese plan debía sacarlos de la mansión cuanto antes. No sabían lo que iba a pasar, no podían predecir el futuro, pero podían inventarlo. Ser los arquitectos de sí mismos.

—Shostakov?— por fin Natasha recuperó el habla, pero su voz era apenas un hilo.

—si?—

—si no se lo decimos a nadie, como vamos a salvarlos— volteó a mirarla, ella caminaba con determinación con los ojos fijos en un punto lejano.

Por supuesto que ella querría salvarlos a todos, era el motivo por el cual no podía dejar de pensar en ella desde que tenía doce años. Era la persona más valiente, noble, responsable y terca que había conocido en su vida y también una líder natural.

Los supo desde el primer momento en que la vió, inclusive mucho antes de enamorarse de ella: Natasha Romanova, no había nacido para pasar desapercibida por la historia, nadie con ese apellido, ningún integrante de la familia real protagonista del misterio más extravagante de la historia de Rusia sería común.

Cualquier otra persona, él incluido, solo podía pensar en huir, pero ella no, nunca sería de las que se rinden, eso estaba más que claro.

—hay que desenmascarar a Sarkissian. Si tratamos de decirle la verdad a todos, nadie va a creernos así que primero debemos infiltrar el laboratorio para destruir las pastillas y el suero—  ella levantó una ceja, pareció sorprendida por la seguridad y claridad con la que Alexei enumeró los objetivos primarios de su declaración de independencia.

Black WidowWhere stories live. Discover now