Capítulo 76: No sirve de nada preguntarle

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El negocio no era tan bueno el día de la inauguración como habían imaginado. Pero había mucha gente entrando y saliendo. Y estaban cortos de personal, así que Qi Yueshi y otros tuvieron que entretener a los invitados, dejando a Rong Yi y a los demás solos.

A Rong Yi no le importaba en absoluto. Sólo vagaba por la tienda con Su Gu y los demás, y luego subió al segundo, tercero y cuarto piso. Aunque los pisos de arriba no se usaban, el paisaje de ahí fuera era bastante bueno, desde donde se podía disfrutar de todas esas vistas de las cuatro prósperas calles.

Y luego fueron a la caseta que vendía especialmente todo tipo de túnicas. Esas túnicas que Qi Yueshi y otros hacían tenían estilos atractivos y estaban todas exquisitamente bordadas. Una vez que Rong Yi y Yin Tao se presentaron ante el mostrador, inmediatamente atrajeron la atención de esas mujeres cultivadoras. Al ver esas hermosas túnicas que llevaban puestas, inmediatamente hicieron pedidos.

No fue hasta el mediodía que Rong Yi, Yin Tao y los demás salieron a recoger a los niños que iban a su mansión para pasar el rato con Yin Tao. Pero para su sorpresa, las palabras de la runa encantadora ya se habían difundido.

Después de que los tres cultivadores que pegaron las runas encantadas en sus armas mágicas en el lugar regresaron, inmediatamente las sacaron para lucirse frente a la multitud. Y el que gastó 300 piedras espirituales de nivel medio en la runa encantada también aprendió la maravilla de la misma. Así que también hizo eco para probar que lo que los otros tres dijeron era genuinamente cierto. Así que todos los que estaban en el lugar se lo creyeron. Y después de que esas personas se fueron a casa, esto se convirtió en un tema de su conversación durante la cena. Así, de uno a diez, de diez a cien, y de cien a mil, sólo medio día, la mayoría de la gente de la ciudad Haishan sabía sobre la cosa de la runa encantada.

Todos tenían el espíritu de curiosidad. Lo más importante era que todos estaban ansiosos por tomar un atajo de su cultivo. Así que, sea cierto o no, decidieron comprobarlo primero.

A la mañana siguiente, una vez abierta su tienda de ropa, una multitud de personas entró en tropel. Sorprendentemente, ¡había incluso más clientes que el día de la apertura!

Como ayer, Qi Yueshi sacó una runa encantada y la vendió a un cultivador a un precio muy barato y dejó que la pegara en su arma mágica. Entonces todo el mundo en el lugar aprendió lo que podía hacer. El resto, cientos de runas encantadas se vendieron inmediatamente.

De hecho, al principio los cultivadores que compraron las runas encantadas quisieron ser engañados. De esta manera, primero lo tomarían como una lección a aprender, segundo, si realmente rompiera sus armas mágicas, podrían pedirle al dueño de la tienda que pagara. De todas formas, no perderían nada.

Pero después de unos días, las runas encantadas seguían grabadas en sus armas mágicas en una forma perfecta, y su poder no disminuyó ni un poco. Sólo trescientas piedras espirituales de nivel medio y sus armas mágicas habían mejorado uno o dos niveles, ¿cómo no iban a estar locos? Ahora todos en la ciudad de Haishan lo sabían, incluso el jefe de la Secta de los Nueve Vacíos y esos ancianos.

El jefe inmediatamente convocó a todos los discípulos con títulos a la sala para una reunión. Entonces sacó una runa encantada y se la mostró a todos, "He oído que la gente de la ciudad de Haishan está hablando de unas runas extrañas. Esto podría mejorar el nivel y el poder de las armas mágicas".

Todos los presentes asintieron con la cabeza mientras se miraban unos a otros.

Un anciano dijo: "Ahora todos los discípulos están hablando de ello. Es imposible no saberlo. Incluso yo quise comprar uno para ver que es realmente tan bueno como dijeron, pero ya estaba vendido cuando llegué allí. Uno tiene que pagar las piedras espirituales por adelantado para hacer la fila. Según un discípulo mío, ya hay decenas de miles de personas haciendo cola".

Me convertí en una esposa virtuosa y madre amorosa en otro mundo de cultivoWhere stories live. Discover now