Me convertí en una esposa virtuosa y madre amorosa en otro mundo de cultivo

Capítulo 42: Nacido para ser mimado

Al mediodía, numerosos carruajes estaban estacionados en la puerta de la Academia Haishan para recoger a los niños de la escuela.

Cuando terminó la clase, un grupo de niños salieron del aula como abejas. Todos iban vestidos de uniforme y no podían decir quiénes eran cada uno de ellos.

Rong Yi se paró en el asiento de puntillas, sujetando su vientre, y miró a la puerta de la escuela por temor a que accidentalmente se perdiera la salida de su hijo.

Con el paso del tiempo, más y más carruajes se fueron, pero cada vez menos niños salieron de la escuela, y Rong Yi aún no vio a Yin Tao.

El conductor dijo: "Joven maestro, el pequeño maestro puede haber sido retenido por su maestro".

"¿Mantenido por su profesor?" Al ver que ya nadie salía de la escuela, Rong Yi preguntó: "¿Podemos entrar a buscar a la pequeña Cereza?"

"Claro". El conductor caminó y silenciosamente deslizó a cada uno de los guardianes una piedra espiritual de grado medio.

Un guardia preguntó casualmente la razón por la que tenían que entrar en la escuela y asintió con la cabeza.

El conductor regresó y dijo: "Maestro, joven maestro, podemos entrar".

Yin Jinye fue el primero en salir del carruaje.

El conductor inmediatamente se inclinó y se arrodilló en el suelo, dejando que su señor le pisase la espalda.

Yin Jinye le pisó sin dudarlo.

Rong Yi chasqueó su lengua, "¡Qué niño mimado! ¿No puedes ni siquiera bajarte del carruaje sin pisar la espalda de alguien?"

Yin Jinye le miró y caminó hacia la escuela.

"Oye, papi, ¿no me ayudarás a bajar?" Rong Yi miró a la altura más de un metro, y luego a Yin Jinye, que cada vez se alejaba más, se sintió deprimido, y suspiró ante la protuberancia de su bebé, "Pequeño Sensen, eres tan patético. Tu padre ya tiene un hijo mayor, así que no le importas nada. Bueno, no importa. Sólo tienes que ser filial conmigo en el futuro. En cuanto a tu padre, puedes enviarlo al infierno mientras domina su destino predestinado".

El conductor se sintió avergonzado, "..."

El hombre es tan despiadado, pensó.

"...." Oyendo sus palabras, Yin Jinye, que ya había llegado lejos, movió la boca y regresó ofreciendo sus manos a Rong Yi.

Rong Yi sonrió alegremente y puso sus manos sobre las de Yin Jinye: "Gracias".

Yin Jin dijo en un tono claro: "Estás realmente mimado".

"Esto es un deber." Rong Yi levantó su vientre hinchado, "Si fueras como yo, estarías más mimado que yo, ¡eh!"

Yin Jinye, "...."

Rong Yi inclinó la cabeza y le dijo al bebé en su estómago: "Pequeño Sensen, por el bien de que tu padre haya vuelto para apoyarme, perdonémosle y démosle una oportunidad".

"¿Pequeño Sensen?". Yin Jinye preguntó: "¿El nombre del bebé?"

"Sí, decidí llamar a este niño Yin Sensen."

Yin Jinye, "...."

El conductor, "..."

"Yin Sensen, teléfono de casa con 阴森森, ¿no es fácil de recordar?" Rong Yi dijo con orgullo: "Mi padre...Ah-hem, bueno, mi padre me dio mi nombre Rong Yi, porque es fácil de recordar. Además, mi nombre es de gran importancia. Su pronunciación es similar a "fácil ". Es una esperanza que puedo pasar fácilmente por dificultades y luchar por la gloria para mí y mi familia. Al mismo tiempo, no puedo olvidarme de la moralidad, la rectitud y la bondad. ¿Qué opinas tú? ¿Es bueno mi nombre?"

Yin Jinye frunció un poco el ceño, "¿Cuál es el significado del nombre Yin Sensen?"

"Hará que la gente piense que es realmente algo, y que se sientan desconfiados frente a él, lo que equivale a ganar sin pelear".

Yin Jinye, "...."

"..." El conductor quiere guardar un momento de silencio por el futuro del segundo pequeño maestro.

Después de entrar en la escuela, el conductor guió el camino y pronto encontró el aula de Yin Tao.

Rong Yi y Yin Jinye se detuvieron frente a la ventana para mirar a los niños que estaban refinando armas mágicas y luego descubrieron que todos los niños estaban sentados lejos de Yin Tao.

Al principio, pensaron que Yin Tao había elegido ese asiento. Pero más tarde, descubrieron que la verdad no era lo que ellos habían pensado.