Vol 5 Capítulo 5 La confrontación final: medusa vs cenicienta

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Llevaba dos horas pensando ¿Qué haría si tsukimi tiene un amor en Kagoshima? ¿Qué haría el para olvidarla? No había otro remedio más que confrontarla, preguntarle frente a frente si ella tiene algo que ver con ese joven, el caballero de pelo negro y lentes, ese que parece otaku mal peinado, aunque era verdad que él no la había visto en ya un mes, no le gustaba la posibilidad de que ella lo hubiese olvidado.

Llego al aeropuerto y aunque no quisiera suspiraba cada 10 minutos, respiraba hondo y corrió lo más rápido que pudo a la casa del padre de tsukimi esperando encontrarla ahí, toco la puerta y el señor kurashita abrió la puerta, kuranosuke trago saliva.

–señor kurashita–se armaba de valor para poder hablar con el caballero, padre de su amada –señor kurashita, perdone si mi atrevimiento lo ofende, necesito saber ¿Dónde está su hija? Es de suma importancia, necesito arreglar las cosas entre los dos, usted señor..... ¿Sabe de la cuestión a la cual me refiero? –

–usted me sorprende señor kuranosuke, ¿se atreve a llegar a mi casa después de lo que le hizo a mi hija, esperando que le diga su ubicación para que vuelva a revivir la ofensa? – el señor estaba muy molesto

–señor Kurashita, le debo una disculpa y creo que antes de que me tache de patán, usted también debe de escucharme– kuranosuke tragaba de nuevo saliva

–ok, en eso tiene razón, no he escuchado la parte en la que se defiende, hasta un criminal tiene el derecho de defender su inocencia...... lo escucho, pero le pediré que después de eso que se marche, tsukimi ha estado tranquila estos días y no seré el culpable de que ella vuelva a llorar desconsolada cada vez que se acuerde de usted–

–Lo entiendo– kuranosuke le explicaba con lujo de detalle lo que había pasado en los meses que estuvo ausente de Amamizukan, no podría echarle la culpa a tsukimi, el admitió toda la culpa por no haber dicho que todo era para ganar dinero para poder pagarle a su padre, para comprar Amamizukan, para no descuidar Jellyfish y la última razón, para poder casarse con su hija.

– ¿es todo lo que tiene que decir a su favor? – el señor kurashita se debatía entre la felicidad de su hija y su cordura.

–por ahora si– kuranosuke se percató que clara ya hacia flotando en su pequeño kreisel en medio de la sala– ella está aquí y clara es la prueba, no me lo puede negar, dígame se lo ruego ¿Dónde está tsukimi? Le debo de explicar, por favor– el señor kurashita veía el muchacho muy inquieto por demostrar su inocencia y decidió darle una oportunidad.

–ella está en el acuario, debe de encontrarse dibujando..... Kuranosuke, la decisión que tsukimi tome, la apoyare hasta mi último respiro, es lo único que tengo– kuranosuke hacia un reverencia para despedirse del señor, corrió lo más que pudo siguiendo las indicaciones de google maps, llego jadeante al acuario y demasiado cansado como para poder hablar, decidió tomar un respiro afuera apoyado en un árbol esperando que saliera muy pronto aunque ya se ponía el sol.

Tsukimi salía por la puerta principal acompañada de varios estudiantes y una persona un poco mayor a ellos, ella apretaba junto a su pecho el cuadernillo de dibujos y un lápiz grueso mientras hablaba con los jóvenes, aun no notaba la presencia de kuranosuke, él se escondió detrás del árbol. Los estudiantes se despedían de los dos adultos.

Tsukimi noto en el aire un olor muy familiar, el chanel número cinco de kuranosuke, nadie en la sala olía así, ella no lo podía estar imaginando, sacudió su cabeza lo que la hizo marearse soltaba su cuadernillo de dibujos y el lápiz los cuales cayeron no muy lejos de ella, el hombre la tomaba de los hombros para que no cayera por completo. Kuranosuke que veía la escena se molestó dejando notar su presencia para enfrentar a los dos otakus.

– ¡tsukimi! –Le grito evitando que el joven de pelo negro alborotado la tocara de nuevo – ¡déjala cretino! – amenazaba al maestro 

– ¿Quién es usted? – El maestro se paraba enfrente de kuranosuke dejando notar la evidente diferencia de estaturas – ¿tsukimi tú lo conoces? Volteaba a ver a la chica que estaba congelada observando al delgado rubio a los ojos

–ku....kuranosuke..... ¿Qué haces aquí? – preguntaba la de trenzas

– ¿que no es obvio? Vine a reparar las cosas, pero.... Veo que ya no me esperabas..... Dime tsukimi.... ¿este tipo es algo tuyo? – preguntaba el rubio celoso

–vamos a hablar a otro lado, no quiero molestar al maestro Akiyama– sin querer dijo su nombre en vez del apellido

– ¿Akiyama? ¿Le conoces tan bien como para hablarle por su nombre de pila? –Kuranosuke pecaba de celoso– tsukimi yo venía a disculparme y me encuentro con esta escena ¿Qué quieres que piense? –

– ¿pensar? Sería la primera vez que lo haces, te atreves a venir aquí a vulnerar de nuevo mi paz para agredirme, ¿Qué clase de persona eres? No te basto con romperme el corazón ¡eres un idiota kuranosuke! !Un verdadero idiota! –era la primera vez que la escuchaba decir una grosería, la otaku empezó a llorar, el despeinado se acercaba a ella para poderla consolar

–Tú no te atrevas, ella es mi novia– el despeinado maestro se detenía al escuchar la palabra "novia", mientras kuranosuke le gritaba

–tú crees que después de lo que me hiciste ¿puedes decir que somos algo aun? No tienes ni derecho a acercarte a mí –lo gritaba tan fuerte que la palabras se quedaban retumbando en el pecho del rubio –tu y yo no somos nada kuranosuke, te odio –la otaku salía corriendo hacia su casa, kuranosuke se quedaba escuchando el eco de sus palabras, No había nada más que hacer ahí, con dignidad dio la vuelta para tomar el primer avión a Tokio.

Se podría decir que en su cuerpo ya no había gota alguna para convertirla en lágrimas, aunque por dentro lloraba a mares, llegaba a Amamizukan, había ruido esta vez, estaba seguro que las chicas se encontraban en casa, entro y se quitó los zapatos, se sentó en la sala, mayaya se dio cuenta de la presencia del director comercial de Jellyfish.

–¡un fantasma, bamba, Chieko, traigan los pergaminos encantados! – mayaya veía con asombro que la figura deteriorada de la quien alguna vez fue la maestra del engaño en Amamizukan y el hoy supermodelo, kuranosuke no se inmutaba por los altos gritos de la otaku

–Mayaya, trae a las chicas, necesito hablar con ellas– la mujer hacia caso y reunía a todas las amars en la sala

–Kuranosuke, por tu cara debo pensar que no te fue bien con tsukimi –Chieko se dirigía a él pero el chico no respondía, no quería que lo vieran llorar desconsolado

–chicas..... pongan atención, quiero agradecerles por todos los momentos que me regalaron estando en esta casa, quiero que sepan que pase lo que pase después de hoy ustedes seguirán siendo mis princesas – suspiraba – gracias a todas, Chieko, Mayaya, Bamba, Nomu san, Meijiro, jiji..... Todos ustedes son mi familia..... Debo de pedirles un favor –sacaba de su chamarra un cheque con muchos ceros – Esto es suyo, con esto se acaba de pagar Amamizukan y les es suficiente para pagarles a las demás chicas por varios meses además de darle lo que le corresponde a Nisha..... deseo que todas ustedes luchen por seguir sus sueños no importa qué, pero que los realicen, por ahora no puedo estar con ustedes, debo de irme por un tiempo hasta que deje de sentirme triste y sane por completo, no deben de preocuparse por mi estaré bien, ahora solo debo de alejarme de todo esto, las quiero chicas– el rubio recibía el abrazo que jamás pensó en su vida haber recibido, las amars le daban todo su apoyo para poder sanar, salió de la casa con destino a Ámsterdam no sabía si algún día volvería.

El segundo beso ( Kuragehime)Where stories live. Discover now