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La semana se me pasa larga y agotadora. Deberes, trabajos y exámenes aumentan en mi lista de tareas. Intento ser un buen estudiante pero a veces soy un desastre y un desorganizado de cuidado.

Recojo mi libreta cuando suena el timbre del recreo y busco a Kenneth en el pasillo.

Hay días agotadores en los que necesito las estupideces de mi amigo para despejar mi mente.

—Tío, tengo grandes noticias —exclama tan alegre como siempre rodeándome con su brazo.

Después de años de amistad y todas las veces que le digo que odio que haga eso y sigue haciéndolo. Y que le saque unos cuantos centímetros hace la vista más ridícula ya que tiene que erguirse mucho para llegar a mi altura.

—Esta noche Marshall organiza una fiesta en su casa esta noche —dice con emoción—. Puede que la racha de sequía termine hoy nene.

Me río sentándome en una mesa vacía del fondo y abro mi bolsa de patatas fritas.

—¿Quién es Marshall? —pregunto masticando una patata.

—¿Acaso importa? —pregunta haciendo un gesto con su mano muy gracioso—. Lo importante es que habrá sexo, drogas y rock and roll.

—Esa frase esta muy vista.

Kenneth me mira con ojos cansados:—Es la que mejor resume lo que nos pasará esta noche.

—De todos modos no creo que pueda librarme del castigo —murmuro masticando más delicias saladas—. Mi madre estará en casa estos días.

—¡Venga ya! Tu madre siempre te deja hacer lo que quieres —se inclina sobre la mesa y me roba patatas—. Ojalá la mía fuera así —traga lo que esta masticando y me mira suplicante—. Si no vienes conmigo no conseguiré que mi madre me deje ir.

Presiono mi lengua contra mi mejilla. Todo el mundo parece revolucionado con la fiesta de esta noche.

—Por favor Aiden —junta sus manos delante de su cara y pone un intento de cara de cachorito suplicando.

Suspiro y finalmente accedo:—Vale.

Kenneth celebra y me abraza.

—Eres genial tío —me da un sonoro y baboso beso en la cabeza y se larga corriendo.

Llego a casa a la hora de siempre y mamá aún no llegó.

Entró en la cocina y sacó algo fácil de preparar para la comida. Echo la ensalada en el bol y la aliño a mi gusto. Dejo el arroz a remojo el tiempo necesario y frío unos filetes sin quemar nada aunque pringando la cocina de aceite.

Como en silencio revisando mi móvil donde Kenneth no deja de llenarme de mensajes para que no lo deje tirado y que vaya bien vestido a la fiesta. Que me diga que me vista mejor cuando casi siempre lleva chándal tiene cojones. Recojo los platos y me tumbo en mi cama. Si esta noche hay fiesta será mejor que duerma para no morirme de sueño.

Risas hacen que me despierte un poco desorientado. Miro por la ventana y ya es de noche, asustado miro el móvil pero aún hay tiempo hasta que tenga que ir a recoger a Kenneth a su casa.

Vuelvo a oír más risas por el pasillo, mi madre debe de estar hablando con alguien.

Me levanto de la cama y me meto en el baño para darme una ducha antes de elegir algo que ponerme. Los vaqueros negros con mis cadenas, camiseta negra y una cazadora blanca. Meto el móvil y cartera en mis bolsillos y salgo de la habitación cerrando la puerta.

El móvil vibra en mis pantalones y lo saco viendo la llamada entrante de Kenneth.

Me acerco a la cocina y las voces se hacen más claras. La otra voz también es de mujer, es clara, tranquila y algo aguda.

Atracción ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora