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Abro los ojos lentamente hasta que soy capaz de enfocar. La mesilla de noche blanca donde un reloj de aguja indica que ya es por la mañana. Por un momento frunzo el ceño porque esta no es mi habitación y me encuentro boca abajo en una cama con sábanas de lino rosa. Al ver las fotos por las estanterías y la ropa tirada por todo el suelo recuerdo en donde estoy.

Me giro despacio encontrando a Karla durmiendo plácidamente, su pelo rubio esparcido por toda la almohada, sus ojos verdes ocultos por sus parpados, y su cuerpo desnudo medio tapado por la fina sabana. Me levanto despacio sin hacer ruido y recojo mi ropa del suelo vistiéndome lo más rápido posible sin despertar a la chica que duerme tan tranquila. Estaba acostumbrado a irme mientras ella dormía, y aunque no le hacía gracia que hiciera eso siempre me perdonaba mientras me quitaba la ropa.

Busco mi móvil en mis bolsillos pero no lo encuentro. Rebusco en silencio por toda la habitación levantando la ropa interior de Karla sin éxito. Me agacho bajo la cama y encuentro todo tipo de cosas y junto a las cajas de condones encuentro mi móvil. Intento desbloquearlo pero la batería esta muerta.

Mi madre va a matarme.

Recojo mi mochila y salgo rápido de la habitación.

Oigo la televisión sonar en la cocina en la planta baja de la casa y siento el corazón acelerarse nervioso y creo que mis pelotas se han subido hasta mi garganta.

Bajo lentamente cada escalón que cruje bajo mi peso y maldigo hacia mis adentro por haberme quedado dormido. ¿Pero que podía esperar después de hacer tanto ejercicio como anoche?

Cuando llego finalmente a un metro de la puerta hago girar lentamente el pomo de la puerta y suspiro de alivio cuando estoy fuera. Corro hacia mi moto que esta aparcada en la esquina de la calle y salgo a toda velocidad de allí hacia mi casa. Me meto en el garaje y dejo la moto al lado del coche de mi madre que imaginaba que a estas horas aun seguiría en casa. Subo en el lento ascensor hasta el ultimo piso y atravieso el pequeño rellano hacia mi puerta. 

Introduzco despacio y silenciosamente la llave en la cerradura y abro con la esperanza de que mi madre siga durmiendo ya que es fin de semana, y así no se entere de que acabo de llegar, pero parece que el mundo esta en mi contra.

La diminuta figura de mi madre aparece a toda velocidad por el pasillo y empieza a caminar hacia mi como en una película de terror en que el fantasma se acerca a devorarte, en mi caso me gusta la idea de ser comido antes de recibir una de sus broncas.

—¡Aiden Danner, ¿donde demonios estabas?! —me grita llegando delante de mi.

Resulta muy graciosa la escena de una mujer tan menuda como es mi progenitora intentando parecer intimidante y gritándole a alguien que le saca mas de una cabeza. Intento mantenerme serio y no reírme si no quiero un castigo peor que el que seguro me caerá por no avisar de que no llegaría a casa.

—¿Crees que son horas de llegar a casa y ni enviarme un mensaje de que estas bien? —sigue gritando y me da miedo contestar o siquiera mover un pelo—. Te he llamado cientos de veces y no cogías el móvil. ¿Sabes lo preocupada que estaba?

—Lo siento —murmuro asustado pegado aun a la puerta—. Se me quedó el móvil sin batería cuando me quedé dormido en casa de Kenneth

Se cruza de brazos y alza la barbilla retándome con la mirada:—Juro que voy a matarte niño, me has quitado veinte años de encima.

Tomo valor y me despego de puerta acercándome a ella e inclinándome para rodear su pequeño cuerpo con mis brazos. Su respuesta es inmediata y me estruja con todas su fuerzas a pesar de que sus brazos son delgados y le cuesta rodear mi ancha espalda.

Atracción ✔️Where stories live. Discover now