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Entregué el último examen y salí del aula sintiendo un gran alivio liberarse de mis hombros. Las semanas habían sido eternas estudiando hasta tarde con la ayuda de Erin y un poco de mi madre cuando podía. Ambas estaban inmersas en su proyecto, tenía poco tiempo pero el suficiente para dedicármelo a mí. Sobre todo Erin que me dedicaba sus noches dejando que entre en su cama cuando me apetece, mi madre en cambio pasa bastante tiempo con Robert. 

Viene muchas noches a cenar para que nos conozcamos más. Seguirá sin caerme del todo bien porque nadie me parecerá suficiente para mi mami.

En el pasillo, al salir del examen ya me esperaban Kenneth y Miles que habían entregado el examen bastante antes que yo lo que me da la sensación de que significa algo malo. 

Nos subimos a mi coche y nos fuimos a comer una buena hamburguesa para celebrar que pronto acabaríamos el curso. Mañana por la noche sería el baile y los tres debíamos ir a comprar nuestros trajes. Me habría gustado ir con mi madre, o con Erin, la opinión de una mujer me parecía mejor que la de mis amigos, pero Kenneth insistió en ir los tres y no pude negarme.

La universidad seguramente iba a separarnos bastante ya que Kenneth iría a la universidad de las afueras quedándose con sus tíos, Miles se quedaría más cerca ya que tenía pensando hacer formación profesional en lugar de ir a la universidad. Los tres íbamos a estar muy ocupados en nuestros respectivos estudios y quería poder pasar tiempo con mis amigos este verano. Será nuestro último verano como adolescentes descerebrados antes de convertirnos en adultos responsable. O al menos yo pretendía serlo, en cambio ellos...

—¿Por qué no podíamos ir al McDonald's? —se queja Kenneth con la carta del bar en la mano—. Tienen unos nuevos muñecos de Mario Bross que aun no tengo.

—Madura de una vez —le gruñe Miles.

—Lo haré cuando tu empieces a vestirte como un adulto, pantaloncitos de niño —se burla Kenneth de vuelta.

—Supéralo de una vez —le espeta Miles furioso.

Dejó de ponerse los pantalones cortos para dejar de soportar las burlas constantes de Kenneth, que aun así no cesaron.

La tarde se me hizo eterna con estos idiotas. En cada tienda que entrabamos casi nos echaban por los gritos de sus peleas y las burlas contra el otro y de vez en cuando contra mí. Recorremos varias tiendas de trajes en busca de uno para cada uno. Cada uno que me pruebo me saco una foto frente al espejo que luego le envío a Erin pero no me contesta lo que significa que debe estar muy ocupada. 

Ya me había dicho ayer que tendría un día muy ocupado y que quizá no podamos vernos.

—Pecoso sal de una vez —me grita Kenneth. 

Pongo los ojos en blanco y abro la puerta del probador para salir y contentar al estúpido de mi mejor amigo.

—Her.mo.so —chasquea los dedos como un divo que en el fondo quiero.

—Creo que me quedo con este —menciona Miles saliendo del probador de al lado.

Eligió un traje gris oscuro con una camisa blanca y una corbata verde. Yo fui más clásico y elegí un smoking negro con chaleco y camisa también blanca aunque yo preferí pajarita.

—Que hermosos mis hombres —sonríe Kenneth.

Se me acerca para colocarme bien la pajarita y me pasa las manos por la tela empezando a sobetearme.

—Estate quieto —me lo quito de encima—. Y elije de una vez el tuyo para que podamos irnos.

Estamos esperando en los asientos Miles y yo mientras Kenneth se prueba todos los malditos trajes de la tienda y ninguno lo convence. Llevamos cuarenta y cinco minutos en las sillas frente a los probadores viendo a Kenneth salir con cada traje que se prueba haciendo un pase de modelos frente a nosotros alardeando delante de todos los espejos.

Atracción ✔️Where stories live. Discover now