Del ideal al interés: Tragedias, milagros, puntos de giro

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13 de diciembre de 2019. El descubrimiento de la vanidad de los ideales.

Mañana, todo será igual que hoy. Nada tiene por qué cambiar. Solo es cerrar los ojos por unas horas. Otro día. Y mañana será igual que hoy. Pocas cosas cambiarán. Y vuelves a cerrar los ojos. Una semana quizá. Sí, con el tiempo algunas cosas han cambiado. Pero nada muy lejos de lo que esperarías. A pesar de todo, puedes mantener una continuidad. Trazar una línea, no muy recta, pero que a pesar de todo puede conectar cada evento de tu vida. Hay expectativas. Hay cosas de las cuales no tienes ni idea qué esperar. Y tanto con lo que esperamos como con lo que no. El futuro existe, y lo das por sentado. E imaginas que todo será exactamente como es en este momento, y empiezas a hacer planes futuros en ellos. Y ya no cierras los ojos para dormir; ahora parpadeas. Un salto sobre el abismo. Todo ha cambiado.

Despiertas en una casa en cenizas. De la nada, tragedias, milagros, o simplemente puntos de giro nos sorprenden. Nos sacuden, como cualquier buena historia. Nos sacuden a quienes queríamos y creíamos que todo permanecería. Tragedia o milagro, solo se puede saber hasta que ya ha pasado. Pero ese futuro para el cual teníamos tantos planes... no está. Y ya no hay un lugar seguro. Un refugio al cual ir cuando se necesita. Duermes entre los restos de ceniza, buscando un cuarto, unos retratos quemados, unas huellas enterradas, unas paredes desmoronadas.

Pero si no hay hogar, tampoco hay techo. Podrás dormir bajo las estrellas. Y construyes cobijas con tus cenizas viejas. Nuevas plantas se alzan entre los escombros. Nuevos árboles crecen para la nueva madera de una nueva casa, aunque se encuentre en otro continente. Piedra a piedra. Y puedes volver a cerrar los ojos tranquilo, con una vida nueva. O con la misma vida, renovada. Una rutina. Sabes que te quedarán tus años de secundaria, o de la universidad, o de lo que sea que tienes en estos momentos. Visitarás de vez en cuando a tu colegio viejo, amado, a tus profesores queridos, a tus padres añorados. A la casa de los recuerdos de tu infancia, o bien, a los recuerdos de tu casa. Y aquella tragedia o milagro o punto de giro (ahora por fin sabrás), solo es parte de la historia, un recuerdo igual de empolvado. 


EsquirlasWhere stories live. Discover now