Me gustaría pensar que esto no nace de una incapacidad sino al contrario. Que nace de mis deseos vivos de crear.
Me gustaría pensar que todavía no es demasiado tarde para hacer lo que siempre quise hacer. Que aún puedo escoger hobbies y carreras como si tuviera toda la vida para desarrollarlos. Ser capaz de deshacer mis pasos hacia atrás y ver en qué momento fue que decidí ser una académica. En qué momento pude haber sido cantante y no lo fui, actriz y no lo fui, dibujante o pintora y no lo fui. Amo todo eso porque amo la vida, pero en estos momentos no me queda más que escribir. ¿En un momento habré pensado en cómo pude ser cineasta y no lo fui?
Pero, ¡cuánto daría por volver a la ingenuidad infantil! Esa en donde queremos crear, como niños. Donde puedo leer un libro porque quiero y no porque me volveré literata. Donde puedo inventarme una película sin pensar en consagrar mi vida al cine. Donde leo filosofía porque la necesito y no porque me vaya a volver filósofa. Donde pintamos un cuadro no con la pretensión de volvernos artistas, sino desde una óptica que quiere crear. Que crea porque ve la vida misma como arte. Donde podíamos filmar una película con una cámara barata, editar un video simplemente porque teníamos la idea... En fin, probar cosas sin necesitar de volver de ellas un ideal. Que no haya ideales sino fines, y que incluso los medios para ellos sean fines también. Así nunca puedes fallar. No te puedes equivocar.
Quizá esa pueda ser mi propuesta estética, la de vivir sin pretensiones. Que, por supuesto, va de la mano con una visión de la vida como obra de arte.
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Esquirlas
Щоденники та біографіїPedazos de esas otras que soy y no soy. Aceptaré mi condena a ser yo, a ser mi persona y no mis personajes. Porque escribir retoma su fundamento: la expresión más honesta del ser. Algún día había pensado en no volver a escribir diarios. He desistid...