Hogares fríos, celdas cálidas

29 6 8
                                    

Creía tan fuertemente en mis imaginaciones que no me di cuenta cuándo apareciste. 

Mi piel se alegra de recordar cuando tus yemas la han recorrido. Incluso recuerdos hacen galopar escalofríos sobre mí. 

Para qué tanto huir si te tenía al frente. Entre mis laberintos y los tuyos, nos encontramos. No me encontré nunca más con las parades blancas, frías, duras, de una celda. Sentí, en cambio, tu torso cálido, y supe que por fin había encontrado un lugar, el que ya había dado por inexistente. Quién diría que en el mayor encierro, en el centro de todos los laberintos, encontraría la mayor calidez. Que los brazos estrujando no solo ahorcan. Que si alguna vez las garras de rapiña se habían clavado sobre mí, ahora serían tus yemas ancladas a cada herida, a cada rasguño. Que hay hogares fríos y celdas cálidas.

Sí, atrapada de nuevo. En ti. Para qué mundos enteros si contigo me bastaría. En ningún otro ser, ni siquiera en mí, me cabrían tantas ansias. 

Me aferro como si no quedara más.

Porque no queda.

Primer laberinto del que no querré escapar.

Marzo 4. 2019.

***

Vuelvo a la regularidad. Prometo compensar las semanas de ausencia. c:


EsquirlasWhere stories live. Discover now