We didn't realize we were making memories, we just knew we were having fun.
A. A. Milne.
Y ahora congelo cada instante sabiendo de antemano que son los últimos.
Santi Balmes.
Soy un ser nostálgico por excelencia. Con la camiseta que me puse el último día de colegio, pienso en mi manía de aferrarme a mis recuerdos y volver siempre a mensajes que aún son capaces de sacarme sonrisas, a diarios viejos, a un pedazo de papel de aquel día luminoso. Vuelvo incluso a viejas lecturas como se vuelve a viejos lugares. Lugares donde se amó la vida. Más bien, donde aprendí a amarla. Tal vez es que disfruto vivir más de lo que admito, como diría D. Pero sí, sí reconozco cuán profundamente amo la vida, y cuán profundamente la sufro -y cómo sufrirla sólo me hace amarla con más intensidad.
Cuando apenas sucedía lo que ahora nos hace sentir nostálgicos, no pensábamos en cómo regresaríamos a esos momentos después. Simplemente los vivíamos, y es ahora cuando regresamos a ellos pensando en lo valiosos que fueron. Y encuentro en ello algo de inocencia y algo de belleza. Pero si algo el año pasado me mostró fue cómo las cosas que uno espera que cambien, siguen igual; y cómo las que uno espera que permanezcan, cambian.
Ahora no puedo no sentir nostalgia desde ahora, no puedo no querer formarla de a pocos. Dejo, estratégicamente, pistas para mí misma que luego encontraré y contemplaré casi por accidente. Riego recuerdos por el piso para luego tropezarme con ellos. Quiero vivir de una manera que merezca la pena ser recordada, recordada por mí. (Y por tanto escrita, y por tanto compartida, y por tanto revivida.) Algo sucede cuando no sabes hasta cuándo más las cosas van a estar como están. Si no se sabe cuándo es el fin (pero se siente siempre cerca), entonces cada momento lo es. Y te obligas a vivir al máximo. (Pero, ¿qué es eso de vivir al máximo? No sé qué es ni cómo hacerlo, pero de todas formas lo pienso intentar.)
Vivir siendo consciente de que estás construyendo recuerdos valiosos. Y aferrarte a ellos. Abrazarlos. Por eso estoy feliz de tener algo que me sienta nostálgica de recordar.
Pero vos, no me dejes estar nostálgica. Y te lo digo así porque no quiero pedirte que no te vayas, aunque sea exactamente eso lo que quiero decir. Que sienta nostalgia solamente del mismo presente. Una nostalgia prematura que sirva como el signo de estar vivo.
Lunes, 16 de marzo de 2020. Acaba de oscurecer. Encerrada, pienso en los fines de semana pasados como si fueran de hace tres años.
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Esquirlas
ספרות לא בדיוניתPedazos de esas otras que soy y no soy. Aceptaré mi condena a ser yo, a ser mi persona y no mis personajes. Porque escribir retoma su fundamento: la expresión más honesta del ser. Algún día había pensado en no volver a escribir diarios. He desistid...
