Capitulo veintitrés.

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-¿Estas nervioso?. –Preguntó con voz calma y yo negué con la cabeza. -¿No me ayudas a mí?. –Me dijo y yo abrí los ojos para mirarlo a los ojos.

Había poca luz pero aun así podía apreciar el color de sus ojos marrones, estaban un tanto oscuros y me imaginé que era por la situación del momento. Tenía los labios un tanto hinchados por los besos que nos habíamos estado dando y la peluca de su disfraz había bolado a quien sabe dónde. Entonces me reí.

-¿Sucede algo?. –Preguntó y yo tomé la sabana de mi cama para limpiarle el rostro.

-No quiero recordarte como “el guasón” mientras lo hacemos. –Le dije y luego me callé. ¿hasta dónde tenía pensado llegar?. Estaba por decirle que paráramos pero cuando lo vi llevar mis manos hasta su chaqueta para que se la quitara supe que ya no había vuelta atrás.

Quizá yo no quería dar vuelta atrás.

Con lentitud me deshice de toda la ropa de Liam y me dediqué a acariciar su torso y sus brazos con mis manos, se sentía bien, la verdad, no sentía como si estaba a punto de tener sexo con Liam Payne, si no que se sentía… diferente, era como un sentimiento nuevo que salía justo de mi pecho y que no hubiera podido explicar si el me preguntaba, lo único que sabía era que me gustaba.

Liam se acercó a besarme los labios y a darles leves mordidas, puso sus manos en mi cintura y yo solté un leve gemido cuando se acerco demasiado a mi miembro.

-¿Esta vez si me dejarás oírte?. –Me preguntó sobre los labios y yo asentí como loco.

Apreté entre mis puños la sabana y me mordí el labio lo más fuerte que soporté, y es que Liam hacia un gran trabajo con su boca y y en ese momento era débil… quizá siempre lo había sido. Sentí como aceleraba los movimientos con su lengua y yo lo único que pude hacer fue decirle que no parara y susurrar su nombre hasta perder la cuenta, me sentía tan cerca que no pude avisarle que iba a venirme.

Suspiré y exhalé todas las veces que pude y me cubrí los ojos con mi antebrazo. Sentí los besos de Liam por todo mi torso y en mi pecho hasta llegar a mis labios. Me quitó el brazo de los ojos y cuando los abrí, dios, vi la sonrisa más hermosa del mundo.

-No sé por qué no querías que te escuchara. –Me dijo sobre mi oreja. –Eso estuvo…genial. –Negué con la cabeza.

-De seguro me escuchaba horrible. –Le dije. –Pero supongo que gracias. –Sonrió y yo me mordí el labio.

-¿Quieres que yo a ti…?. –Dejé la pregunta en el aire mientras señalaba a su miembro. Él negó.

-No es necesario. –Dijo y yo elevé una ceja.

-¿Crees que no pueda hacerlo bien?. –Pregunté y el dejo de besar mi cuello.

-¿Qué?, yo no he dicho eso, Niall, joder, de he visto comer helado, no lo harías mal. –Solté una carcajada.

Llevé mi mano derecha hasta el cabello de Liam y lo acaricie sin dejarlo de ver a los ojos, luego, baje mi mano por toda su espalda hasta dejarla allí. Me mordí el labio inferior y suspiré antes de hablar.

-¿Liam…?.

-¿uhhm?. –Dijo mientras acaricia mis caderas.

-Quiero que me hagas pensar en mi canción favorita. –Le dije y el frunció el ceño un poco. –quiero… yo…, uh, ¡dios!. –Me mordí el labio. –Eso, Liam.

Liam frunció un poco más el ceño pero luego lo relajó para después soltar un “oh..”. Nos miramos a los ojos un largo rato, y el nunca dejó de acariciar mis caderas y yo nunca quité mi mano de su espalda. Lo vi morderse el labio varias veces y apartar los ojos. Entonces yo caí en cuenta de que quizá yo no le gustaba de esa manera a Liam, y tuve autenticas ganas de ponerme a llorar por haber hecho el ridículo.

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