Capitulo uno.

9K 480 266
                                    

Entraba por los pasillos del instituto, en mi hombro derecho descansaba mi mochila mientras que me arreglaba el cabello con la mano derecha, juro que podía escuchar los suspiros de las chicas que pasaban al lado mío, y eso me encantaba. Me dirigí al casillero a “sacar unos libros” pero la verdad era que eso era lo que menos me importaba, mi primera clase era química, una de las materias que no se me daban y odiaba demasiado; mi casillero estaba al lado del de Rossy, una de las chicas más guapas y envidiadas del instituto, había escuchado rumores de que yo le gustaba, pero era demasiado tímida, ¿Por qué tan tímida? ¡yo no era la gran cosa!, solo era Niall Horan, sub capitán del equipo de futbol, El chico más popular, hijo de uno de los empresarios más importantes de Londres e inversor de la escuela… Bueno, si era la gran cosa.

Una de las cosas que me caracterizaba era mi egocentrismo, digo, tenía razón de actuar así, me merecía alagarme a mí mismo, me considero una persona atractiva –demasiado- y ni hablar de mi autoestima, que siempre decían que estaba por las nubes, solo que, no siempre había sido así de pequeño, pero esto era lo que vivía, y lo aprovecharía al máximo.

Popularidad, fiestas, chicas, sexo… ¿Qué más podía pedir a los diecisiete años?.

-Hola, Niall… -giré para ver de quien se trataba y en mi boca se formó una gran sonrisa.

-Hola, Rossy, ¿Qué tal tu día, bombón?. –Dije en forma de coqueteo y ella se sonrojó hasta las orejas, mmm era linda.

-Oh, bueno… bien. –sonrió nerviosa. –Muy bien, Niall…      

-Me alegro, preciosa.

Saqué el estúpido libro de química y cerré el casillero para luego recargarme en este con pose relajada, eso le encantaba a las chicas –y lo sabía porque Rossy soltó un suspiro al verme-.

-No sabía que tenías química…

-ummh, si bueno, la tengo unas cuantas veces a la semana.

-¿y eres bueno?.

-Bebe, soy jugador de futbol, no necesito saber todas esas estúpidas formulas y componentes… yo soy bueno en mi campo. –le quiñe un ojo y ella soltó una risita juguetona. -¿Tu sabes química?.

-No mucho, pero me encantaría aprender algo de futbol… -elevé una ceja. –tal vez tu quisieras… -Se acercó a mi cara y susurró sobre mis labios. –ya sabes, enseñarme.

Sonreí mostrando todos mis dientes y me acerqué a su cuello, deposite un sonoro beso en este y ella soltó un leve gemido de sorpresa, mas no me dijo nada.

-Cuando quieras, bombón.

La campana sonó y me despedí de Rossy quien me dio un beso en la mejilla para luego desaparecer por el pasillo, sonreí triunfante y me encaminé a mi clase; no podía llegar tarde a química porque si tenía más de tres faltas me expulsarían de clase, y si no tenía la asistencia el entrenador se enteraría y bueno, me tocaría quedarme en la banca toda la temporada.

En el instituto “West coast” eran muy estrictos en ese tipo de cosas, tenías que tener un promedio mayor que 7 para poder mantenerte en algún equipo deportivo, afortunadamente yo lo tenía –con 7.5 todos los periodos- y confiaba en que siguiera así sin necesidad de preocuparme.

Entré a la clase y el profesor Connor ya estaba allí, solo me miró mal pero decidí ignorarlo y sentarme en mi puesto, junto con Sandy, otra chica de las más guapas quien –descaradamente- se mordió el labio inferior y me giñó un ojo, tal vez tendría diversión este fin de semana…

-Muy bien, alumnos, repartiré las notas de su examen de final de periodo, recuerden que esta nota es crucial e influye en toda su boleta de calificaciones. –Dio el mismo discurso que siempre daba antes de entregar las notas, yo ya estaba aburrido de escucharlo así que decidí centrar mi atención en Sandy, que estaba de piernas cruzadas y –debido a la mini falda que llevaba- podía observar sus bronceadas piernas…

-¡Horan!. –El maestro Connor pegó con la regla sobre mi escritorio, reaccione y lo mire con cara de bobo. –Aquí esta su nota, y lo siento mucho, espero no le afecte demasiado. –dijo y yo fruncí el seño.

-¿Afectarme?, ¿afectarme qué?.

-Afectarle toda la temporada que pasará fuera de juego, lastima, era un gran jugador.

Abrí los ojos sorprendido y miré mi examen, 4.3 ¿Cómo era posible?, ¡siempre llegaba al seis, o al menos al 5.5, miré al señor Connor y él solo se encogió de hombros para luego seguir repartiendo las notas, escuche como todos soltaban un “uuhh” a mis espaldas y yo me enfadé, ¿pasar una temporada fuera?, ¡ni pensarlo!. Cuando el señor Connor terminó de repartir las notas se sentó en su escritorio, yo me levante de mi silla y fui hacia él.

-Señor Connor.

-mmmm. –dijo sin mirarme mientras miraba unos papeles.

-No puedo tener esta nota, debe haber un error.

Y como si lo hubiera ofendido o algo por el estilo, el Señor Connor me miró y tomó mi examen, comenzó a corregirlo frente a mí, literal por literal y me dio la nota final… 4.3 .

-Lo siento, Horan, pero me temo que esa es su nota final.

-No puede ser, ¡alguien cambió algo, se lo juro!. –El señor Connor soltó una risa que hizo hacerme sentir vergüenza de mi mismo.

-Eso es imposible, el único que revisa esos exámenes soy yo, y créame, jamás le haría algún truco para que usted no juegue en su tan preciado equipo, por muy mal alumno que sea.

-¿No puedo hacer nada para mejorar esto?. –pregunté ya resignado, la verdad, la idea se me hacia estúpida, ¿Niall Horan? ¿pidiendo para mejorar su nota? ¡que locura!.

-Me temo que no… aunque, -dijo luego de pensarlo. –un último examen de refuerzo no estaría descartado.

Sonreí como solía hacerlo cuando conseguía lo que quería, sabía que no iba a ser tan difícil.

-Genial, entonces cuando…

-Espere. –me interrumpió. –Tendrá derecho a un examen de refuerzo, siempre y cuando reciba asesoría de un tutor.

-¿Un tutor?, de acuerdo, le diré a papá que contrate a alguien y…

-No, joven Horan, me refiero a un tutor que yo le asigne, creo que le beneficiaría que el tutor fuera alguno de sus compañeros.

Fruncí el ceño, no quería un tutor, y menos si era algunos de mis compañeros, ¡eso era vergonzoso!, por un momento pensé y quise creer que tal vez podría ser Sandy, pero ella era igual o más retrasada que yo en la materia, claro, no se puede tener máxima belleza e inteligencia, supongo, así que sería alguien más con él o la que pasaría mis tardes, ¡oh, dios, de seguro sería uno de los ñoños!.

-No quiero un tutor de este salón, eso no. –dije seguro.

-Bueno, entonces supongo que no le interesa su nota… o su puesto en el equipo. –Miré al señor Connor y el tenía una sonrisa en sus labios, de alguna manera el sabía que había ganado.

-Está bien, -suspiré. –asígneme al maldito tutor… -El señor Connor negó con la cabeza pero de igual forma sonrió, se llevo la mano a la barbilla pensativo y luego chasqueó los dedos.

-Payne, ven aquí por favor.

Intenté no quejarme en voz alta al escuchar lo que dijo, ¿Payne?, ¿Era en serio?. El chico se levanto de su asiento y con paso torpe se dirigió hacia nosotros, se iba acomodando su suéter y miraba hacia el piso.

-¿Si…Señor Connor?. –dijo torpemente, yo giré los ojos.

-Liam, ¿Quisieras algunos puntos extras para el examen final?. –al castaño se le iluminaron los ojos y asintió sonrientemente. –Bien, el es Niall Horan, supongo que ya lo conoces, y necesito que lo asesores para que pueda hacer su examen de reposición.

Miré a Payne y sin ganas le hice un saludo con la mano, el frunció el ceño y luego hizo una mueca.

-Sí, lo conozco.

-Entonces, ¿Qué dices?.

-No quiero trabajar con él.

¡Y encima no le caía bien al ñoño del salón!, ese día no podía ser más raro.

Vota y deja un comentario. (:

ALL WE ARE │NIAM│☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora