Capitulo diez.

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Cuando éramos niños Liam y yo éramos mejores amigos, recuerdo que iba a jugar a su casa todas las tardes, siempre jugábamos a los piratas porque ese juego me encantaba. Su madre nos servía jugo y galletas y a veces nos ponía películas animadas para que pasáramos el rato. Recuerdo que me gustaba mucho ir a casa de Liam, mi mamá y la mamá de Liam eran amigas y siempre que se reunían Liam y yo aprovechábamos y jugábamos hasta cansarnos y quedarnos solo viendo televisión.

La verdad es que Liam era un buen amigo, aunque ambos éramos solo unos críos y no sabíamos muy bien que significaba la verdadera amistad. Cuando juagábamos en el patio y yo tropezaba y me caía Liam siempre me ayudaba, recuerdo que una vez me raspé la rodilla mientras jugábamos al futbol, Liam había corrido hasta mí para ayudarme pero no sabíamos que hacer porque la sangra no dejaba de salir de mi pequeño raspón así que nos pusimos a llorar, ¡Teníamos cinco años, dios santo!, en fin, mi madre y la de Liam habían llegado a atender el “grave problema” luego mi mamá le había dicho a Liam que si eso volvía a pasar que la llamáramos pero Liam se negó diciendo que él cuidaría de mí así que mi mamá le explicó que hacer si eso volvía a pasar. Sin duda, Liam Payne era un niño muy dulce.

Bajamos de mi auto y nos dirigimos a la puerta de la casa, no había cambiado nada, era el mismo color, el mismo estilo, hasta estaban las flores que Karen siempre cuidaba con mucho entusiasmo, era una hermosa casa. Liam se acercó a la puerta y tocó el timbre, yo lo miré confuso.

-¿Por qué tocas?, es tu casa.

-Se llama respeto.

-Ah…

-Siempre se toca, no puedes entrar así por así. –bostecé.

-Perdona, ¿Decías?.

-Idiota.

En ese momento se abrió la puerta principal, vaya, Karen estaba igual que siempre, traía el cabello rubio y el rostro se le miraba suave, estaba como antes –salvo por las pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos pero nada grave- se miraba hermosa, como mamá cuando aun vivía.

-¡Cariño!. –saludó a Liam y lo estrechó entre sus brazos. –creí que ya no vendrías. –Karen levantó un poco la vista y se me quedó mirando unos segundos, quizá me recordaba.

-Un gusto señora Payne, soy Niall, Niall Horan. –estiré mi mano para saludarla y ella entrecerró los ojos, volvió a ver a Liam pero él solo se encogió de hombros y negó un poco con la cabeza. Karen volvió de nuevo a mirarme y tomó mi mano.

-Un gusto conocerte, cariño. –sonrió. –pero vamos, pasen.

La casa de Liam era muy linda tanto por dentro como por fuera, la sala no había cambiado mucho, excepto que ahora había mas fotos de Liam junto con sus hermanas y de él recibiendo diplomas. La sala era pequeña; tenían dos sofás –uno familiar y otro individual-, una mesa de centro donde había un pequeño florero y varios estantes contra la pared.

-Siente como en tu casa, Niall. –dijo Karen amable, yo asentí. –Liam, cariño, ¿trajiste el libro que te pedí?.

-Sí, aunque no fue fácil encontrarlo, el chico de la librería de la esquina no me daba referencias, y cuando me entrego el libro… -Liam sacó del bolsillo de su camisa un papel doblado. –me dio su número de teléfono.

Fruncí el ceño.

-¿Fuiste a la que está cerca de aquella tienda de cd’s?.

-Sí.

-Ah.

Tendría que hablar con Jaymi luego, ¿Cómo se le ocurría darle su número de teléfono a un desconocido?, peor si era Liam Payne. Jaymi es primo lejano de Louis o algo así no lo sé, por eso lo conocía y se que es un coqueto con cada chico que ve y al parecer Liam no se le había escapado. Dios, qué pequeño es el mundo, ¿verdad?.

ALL WE ARE │NIAM│☯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora