Capitulo once.

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Después de que él imbécil de Liam dejara de reír, George continuó diciendo que no encontraba que regalarle a su novio. Jamás había entendido eso, ¿saben?, de preocuparse tanto por regalarle algo bonito a alguien. Yo le daba regalos a mis amigos, claro, y eran buenos, pero no con ese afán de querer que les gusten demasiado o que se sientan especiales, así que no entendí porque George se preocupaba tanto.

Liam y yo le sugerimos varias cosas: regalarle globos, cocinarle una cena, ir al parque de diversiones, ¡Yo hasta le propuse que le regalara una noche de sexo salvaje!, pero el negó con la cabeza para luego sonrojarse hasta las orejas… el chico era tan mono que hasta me caía bien.

No como Harry Styles que estaba empezando a sentirlo como peste andante.

-Vamos, George, si no te gustan ninguna de nuestras sugerencias entonces no tengo idea de que puedas regalarle. –dijo Liam levantándose de la silla para luego sentarse a mi lado en la cama. George en todo el rato ya se había parado y daba vueltas por el cuarto.

-No yo lo sé, aunque bueno… hay algo que se me ocurre y se que le encantaría demasiado. –dijo un poco desanimado. –pero de todas maneras es imposible.

-¿Podemos saber de qué se trata?. –preguntó Liam mientras se frotaba la cara con las manos.

-Bueno, conozco a Josh desde hace muchos años y se que su sueño siempre ha sido conocer Barcelona, ya sabes, le encanta el futbol y todo eso de la cultura, pero no puedo pagar dos boletos a Barcelona y aunque suene egoísta no quiero que vaya solo, yo quiero ir con él para ver su expresión cuando vea lo que tanto ha querido ver desde siempre. –sonrió de lado.

Liam le sonrió a George y yo solté un suspiro, vaya que ese chico si quería darle algo grande a su novio, por eso no le gustaban las ideas que Liam y yo le sugeríamos, porque seguía con eso de que no puede darle lo que en verdad quería.

-Eso está difícil, George, los vuelos hacia España son costosos.

-Lo sé. –dijo aún más triste.

Entonces pensé en que tal vez yo podía ayudarlo, digo, apenas acababa de conocerlo pero me caía bien, y era amigo de Liam por lo que él debía ser buena persona, además se miraba que era buena persona, porque en la mañana me había devuelto mi billetera en lugar de quedarse con ella. Pero había un detalle, no podía ayudarlo, porque Niall Horan jamás hacia cosas buenas, y algo dentro de mí no quería que eso cambiara, pero luego estaba este chico triste por no poder darle el regalo perfecto a su novio. Suspiré.

-Liam, lo que George necesita, uhm, ¿puedo llamarte George, cierto?, bien, lo que George necesita es ayuda no que le estés recordando el precio de los vuelos, a ver, George, cariño, ¿Cuánto tienes?.

George pareció pensárselo un momento y luego habló.

-No lo he contado este último mes,  pero creo que me alcanza para casi los dos pasajes de avión, pero no me sirve de nada, porque debo pagar el lugar a donde nos quedaremos y eso. –torció la boca. –no creo que recordarme que no puedo hacerlo sirva de ayuda tampoco.

-No, no, escucha. –Suspiré y sentí algo raro en la panza. ¿así se sentía cuando hacías algo bueno?. –El dueño de una de las aerolíneas del país es socio de papá, y puedo pedirle que venda los boletos a mí, de seguro y me cobra menos, también justo en Barcelona está un cliente que está esperando cerrar negocio con mi padre, solo necesita la aceptación, puedo decirle que dándonos hospedaje unos días puede ayudar a cerrar ese trato, así que ya tendrías muchas cosas resueltas, ¿Qué dices?.

George tenía la boca tan abierta que casi casi le llegaba al piso, giré la cabeza para ver a Liam y estaba de la misma manera, con la boca abierta, entonces me sentí un completo idiota, ¿tan sorprenderte era ver a Niall Horan queriendo hacer algo bueno?, “mm sí” me conteste yo mismo sabiendo que era la verdad.

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