A la mañana siguiente cuando desperté, Minho ya no se encontraba en la cama, así que decidí ir a despertar al pequeño y prepararlo para que Nana lo llevase a la escuela.
A pesar de ser muy pequeño, Minhyuk ya iba al preescolar tal y como los papás de Minho querían. Yo por supuesto no lo dudé, aceptaría cualquier recomendación que ellos me dieran puesto que era obvio la buena educación que le habían dado a sus hijos.
El bebé ya no estaba en su cuarto así que bajé rápidamente, Nana ya se encontraba en la cocina al igual que los dos Min, ambos sentados, Minhyuk en las piernas de Minho.
- Buenos días Elizabeth, siéntate te serviré antes de llevar al niño a la escuela. – Dijo Nana amablemente.
Minho ni si quiera había volteado a mirarme, estaba atento a lo que hacía el niño. La situación más allá de entristecerme me molestaba.
- Gracias Nana, pero subiré a bañarme, tengo que salir a hacer unas cosas. – Contesté.
Minho movió un poco la cabeza como si quisiera voltear a verme pero apenas y lo hacía. Me acerqué a ambos pero el único que volteó por completo fue Minhyuk.
- Ten cuidado en la escuela amor – Le dije al pequeño dándole un beso en la mejilla y acomodándole el cabello que supuestamente Minho había peinado.
El bebé asintió y me sonrió para después agarrar la cuchara y meterla a su boca con cuidado de no mancharse el uniforme.
Subí las escaleras y tomé rápidamente un baño. ¿Qué tan elegante debe ir alguien a conseguir trabajo? Me pregunté cuando abrí el enorme closet que teníamos en la habitación.
Me mantenía buscando algo que ponerme mientras iba pasando y pasando prendas, cuando sentí unas manos pasando por mí cintura, me tensé al instante. Giré para encontrarme de frente con Minho.
Su semblante había cambiado un poco, tal vez el enojo había pasado.
- Te acompañaré – Dijo dando un suspiro.
¡Ay! Justo lo que no quería, pero… ¿Cómo decirle que no quería que fuese conmigo cuando ésa iba a ser la solución al problema?
- ¿No se supone hoy verías a los chicos en la empresa?
Dije tratando de despistarlo de su idea.
- Claro, ellos irán con nosotros – Dijo sonriéndome.
Definitivamente ¡NO! La gente diría que había conseguido el trabajo, si es que lo conseguía, gracias a ellos y lo que trataba de demostrar era que lo había conseguido por mis méritos. Traté de controlar mis ideas pero éstas salieron de mi boca de manera brusca.
- No, no quiero que vayas conmigo. – Dije arrepintiéndome cuando pronuncié la última palabra.
Estaba pensando en su reacción y lo primero que pasó por mi cabeza fue que se iba a entristecer, que lo haría sentir mal…
Pero al contrario, su quijada se tensó, como si estuviera apretando los dientes con fuerza, miraba hacia el piso pero levantó su mirada fría hacia mí.
Nunca había pasado aquello, Minho siempre que habíamos tenido peleas o enojos era el primero en tratar de resolver la situación, ambos dialogábamos y las cosas se arreglaban, pero parecía que no sería lo mismo ahora.
- Arréglate – Dijo antes de azotar la puerta al momento de salir.
Me quedé parada sin hacer nada, la situación me había dejado en shock, unos segundos más tarde reaccioné tratando de desviar mi atención de lo que había sucedido.
