No sabía que decirle porque como ya había mencionado antes, seguía amando a Minho aunque el rencor y la molestia lograban confundirme.
- Yo no sé Jack... escucha. – Dije cuando había bajado la mirada derrotada. – No es tan fácil, no estoy casada con Minho, pero el lazo que he hecho con él es muy fuerte ¡Por Dios! Es demasiado fuerte, tengo un bebé con él.
El pareció pensar las cosas.
- Sí lo sé, pero eso no hará que te sientas amarrada a él. Cualquiera puede tener un hijo y no vivir para siempre con la misma pareja.
- Sí pero es diferente, Minho es diferente; además alguien público... mira la gente habla y suele doler mucho sus comentarios...
- ¡Lo ves! No puede ser que te importe más eso que tu bienestar. – Reclamó.
Vaya, Jack parecía haberle encontrado respuesta a lo que le preguntara.
- De todos modos voy tratar ¿Escuchas? - Esperó unos minutos y volvió a hablar - ¿Nos vamos?
Caminó hacia la puerta y estuvo sosteniéndola para que pudiera salir primero.
Justo cuando estaba a punto de subir al auto, él me dirigió una sonrisa conciliadora, como si pretendiera decirme que todo estaría bien.
POV Minho.
Eran ya casi las nueve de la noche y Elizabeth no venían, incluso Minhyuk estaba ya dormido en nuestra cama, se quedó ahí esperándola.
No me agradaba para nada que regresara tan tarde y mucho menos que estuviera con el tipo ese, ¡Las horas de oficina habían acabado hacía mucho rato y ella no regresaba!
Tampoco podía llamarla porque cuando yo estaba con el estrés al máximo, debido a ensayos con los chicos y llegaba tarde a casa; ella solo mandaba mensaje diciendo que le enviara uno para que supiera que me encontraba bien.
Vaya tenía días que no me reunía con los chicos, la grabación del drama me mantenía agobiado, la supuesta relación inventada con Krystal ya había salido a la luz y solo faltaban tres semanas para que terminara esta porquería y regresar a la vida normal. Necesitaba decirle a Elizabeth la razón de mis malos comportamientos y malas contestaciones y todo volvería a la normalidad.
O eso esperaba, cada vez parecía más aislada de mí, el único momento que podía estar con ella era en la cama, en realidad esperaba a que durmiera para así poder abrazarla.
Había días en los que incluso no hablábamos, se la pasaba con los gemelos, no tenía nada en contra de ellos por ahora. ¡Pero aquel de cabellos largo! ¡La buscaba para todo! ¿No podía el buscar solo sus propias cosas? ¡Hasta para comer la buscaba!
Bueno... yo realmente no le preguntaba si ya había comido.
Las palabras que me dijo Onew aquél día comenzaban a tener sentido, es decir. ¿Y si alguno de ellos la enamoraba? ¡Porque el jodido greñudo parecía querer hacerlo!
Me mataba de celos el pensar que él podía tener una vida simple con ella y yo... yo le estaba ofreciendo una porquería.
En fin, Nana se había ido temprano, supongo que alguno de sus niños no se sentía bien, le di un poco más de dinero para que lo llevara al doctor, lucía muy preocupada.
Decidí mandar a mi manager a comprar algunas cosas y poder preparar por lo menos ramen y algunos bocadillos para que Elizabeth cenara, él aceptó, estaba muy apenado conmigo, no había día en el que no se disculpara por haberme hecho firmar ese maldito contrato; por supuesto le decía que no se preocupara que me lo dejara a mí. Y me estaba cansando.
Estaba nervioso, casi nunca cocinaba pero cuando lo hacía no quedaba mal, subía a ver cómo se encontraba Minhyuk y bajaba para checar la estufa. Realmente quería que cenara conmigo, hacía ya mucho tiempo que no nos sentábamos a la mesa y nos preguntábamos cómo nos había ido en el día.
Apagué la estufa, le abrí la puerta a Ai un rato para que entrara a acostarse conmigo en el sillón a ver la tele, odiaba estar así, la soledad solía aparecer y abrazarme cuando no estaba ella, la echaba de menos, sus besos, sus abrazos, el olor de su cabello recién lavado, el aroma de su piel y muchas cosas que no me permitía a hacer hasta finalizar estas semanas.
Escuché abrir la puerta de la casa, Ai corrió de inmediato a darle la bienvenida y me levanté para hacer lo mismo, o por lo menos saludarla.
Acarició al perro quien se había parado para darle un lengüetazo, luego bajó para regresar al sillón causando que Elizabeth me viera; su cara de felicidad había desparecido para dar lugar a una cara seria.
Tragué saliva y hablé.
- He preparado la cena... - No dejó que terminara la oración, me interrumpió.
- Ya he cenado, gracias.
Acto seguido comenzó a subir las escaleras hacía los cuartos. No me había dado cuenta que mis puños se habían cerrado con fuerza hasta comenzar a hacerme daño.
Sabía que había cenado con el idiota ese, indudablemente el hambre desapareció de mi estómago.
Tardé un poco. Lo siento.
Mi semana de parciales han comenzado.
Trataré de subir otros dos en este fin de semana :)
Abrazosh.
