Sorpresa...
Guardo el celular en la bolsa de mano y comienzo a caminar a tropezones entre la gente, apresuro el paso cuando vuelve a sonar mi celular. No lo reviso.
Jackson es un impaciente.
Tomo el elevador para bajar al estacionamiento; noto que sigo ebria pues comienzo a reírme como tonta cuando siento el dolor de estómago al accionar el ascensor. Comienzo a marearme aún más que en el evento y empiezo a cuestionarme si lograré manejar con seguridad rumbo a casa.
Las puertas se abren y diviso a lo lejos la mata de pelo de Jackson, a paso rápido me acerco a él. Se encuentra entre mi carro y otro
- Ya deberías irte a casa, te ves fatal – Le digo al tenerlo frente a mí; la risa floja hace acto de presencia. Él ya no se ve tan mareado como antes.
- Y tú – Dice lentamente - ... Te ves preciosa.
Sus palabras hacen que deje de reír. Una sonrisa tierna y al mismo tiempo ardiente, se pone sobre su cara. ¿Acaso dije ardiente? ¡Sí que lo hice!
Noto como Jack se acerca a paso lento pero firme hacia mí, por inercia retrocedo y logro golpearme contra mi auto. Él toma uno de los mechones sueltos de mi peinado y comienza a enredarlo entre sus dedos.
- Te voy a besar – Anuncia.
Quedo impresionada antes su forma tan directa de decirme lo que haría. Segundos después siento como sus labios chocan con los míos.
Mi cabeza parece encender una alarma y sé que lo que estoy haciendo está mal; pero los cálidos labios de Jackson me animan a continuar. Sabe a whisky y extrañamente me gusta. Comienzo a escuchar el sonido del celular justo cuando el beso se intensifica, él parece querer juguetear con su lengua y estoy a punto de permitirlo, cuando el celular vuelve a sonar.
Estúpidamente pienso en golpear a Jackson por seguir llamando, al desbloquear la pantalla noto un mensaje de Minho.
"Espera unos minutos, debo hablar contigo. Ya bajo al estacionamiento"
Seguido de dos llamadas perdidas de él.
Inmediatamente escucho un gruñido proveniente de Jack seguido de un golpe seco.
Mis ojos parecen desubicados y perdidos al darme cuenta que se encuentra en el suelo; tocando su mandíbula. Mientras que Minho está parado frente a mí, viéndolo. Su mirada refleja ira y frustración.
Estoy a punto de agacharme para revisar a Jackson, cuando Minho toma mi mano y me arrastra a otro lugar.
- ¡¡Qué estás haciendo!! – Grito intentando zafarme de su agarre.
- Que piensas que hago. – Dice extremadamente tranquilo, luego de haber actuado de esa manera. – Claramente estas borracha y no pienso dejar que ese idiota se aproveche de eso.
- Te odio – Grito – Te odio, te odio, te odio.
Él se detiene y afloja su agarre, se nota afectado por lo que acabo de decir. Y eso me hace sentir bien, aunque no debería. ¿Debería probar diciéndole otra cosa? Puedo notar como tensa su boca.
- Bien – Suelta sin más, como un niño pequeño. Pero se acerca esta vez a mí para intentar cargarme. – Es claro que estás tomada y aunque me odies no dejaré que el greñudo ese se acerque a ti.
- ¡No estoy tomada! – Por supuesto que lo estoy. – Déjame, estábamos en medio de un beso.
Maldita sea, ya estaba diciendo estupideces de las que estaba segura, me arrepentiría; pero como había notado minutos antes, el hacerlo sentir una cuarta parte del dolor que me hizo sentir a mí, me desahogaba. Y pensé seguir haciéndolo hasta que noté como su rostro mostraba dolor. Mucho dolor.
- Pensé que estábamos mejor. – Dijo en un susurro. Segundos después su cara cambió radicalmente a una llena de seguridad. - ¿Quieres un beso? Yo te voy a dar un jodido beso.
Y diciendo esto, jaló la mano que tenía apretada e hizo que me acercara a él; el aroma que emanaba inundo mi nariz y me hizo perder la razón.
Sus manos subieron a mis mejillas, sus ojos me observaba con devoción, sin perder de vista mis ojos para luego bajarlos a mi boca y luego de una rápida caricia bajó su rostro para rozar sus labios con los míos. Por supuesto esto era diferente y al mismo tiempo conocido. Sentía como se lograba amoldar perfectamente a mí, pude notar como todo su cuerpo se pegó al mío desde su pelvis hasta su pecho de una manera indecente.
Segundo después de terminar el beso, con la respiración agitada pero aun sin poder separarnos por completo, lo escuché susurrar algo que provoco un calor en mi pecho.
- Por favor... No me odies.
Noté picazón en los ojos por las lágrimas que buscaban salir y que retenía, provocando un nudo enorme en la garganta.
Levanté mis brazos para colocarlos en sus hombros, mi cabeza descansaba sobre su hombro cuando asentí, acto seguido tomó una de mis manos y comenzó a caminar de vuelta al carro.
Jack no estaba por ningún lugar, incluso la camioneta en la que había llegado, no estaba estacionada.
Saqué las llaves del auto de la bolsa y se las extendí no estaba en condiciones; hizo que subiera al copiloto y él del lado del conductor.
- Vamos a casa – Dijo justo antes de arrancar.
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Espero que les haya gustado el capítulo.
Se va a poner ¡HOT! la cosa :)
¡Ya pronto viene el final!
