Sería bueno si reprodujeran el vídeo mientras leen esto.
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Nana se negó rotundamente a dejarme ir por él.
- ¿Te sientes mal, niña?
Dijo cuándo me le quedé mirando y las lágrimas comenzaron a salir sin control de mis ojos.
Salí de casa en el momento menos adecuado, Onew no se había ido, seguía dentro de su auto sin hacer ruido, con los puños apretados sobre el volante; no tardó en levantar la vista, me le quedé mirando; bajó corriendo del auto cuando mis piernas flaquearon y me tumbé al suelo, a llorar.
Me levantó de inmediato, supe por su cara de angustia que sabía que había escuchado su conversación. Me rodeó y me apretó en un abrazo, hundí mi cara sobre su hombro y me permitió llorar por unos minutos; luego de eso me ayudó a caminar hacia la puerta del copiloto de su auto, permaneció parado a mi lado secando con las yemas de sus dedos mis lágrimas que no paraban de caer.
- Elizabeth – Fue lo único que logré escuchar y que él pudo pronunciar; parecía que su voz se había quebrado, como si estuviera a punto de echarse a llorar conmigo.
Levanté mi mirada hacia él, no había lágrimas sobre su cara, pero reflejaba tanta tristeza que tuve que desviar mi vista para tratar de tranquilizarme.
Lo observé caminando, dirigiéndose hacia la otra puerta del carro, subió y prendió el motor.
- Vamos, necesitas tranquilizarte – Dijo cuando sacó un rollo de papel de la guantera y lo puso en mis manos.
Manejó, me dejó seguir llorando hasta cuando paró, no había estado atenta al paisaje, el papel sobre mis manos parecía muy interesante pues no dejé de verlo; así que no sabía dónde estábamos.
Me sentía realmente una imbécil, hacía mucho que no lloraba de aquella manera, con tanto dolor, con el nudo en la garganta haciéndome incapaz si quiera de hablar o tragar saliva. Onew se acercó un poco y dirigió mi cabeza sobre su hombro, él lo sabía todo, lo supo desde el principio, nos impulsó a seguir con esto adelante justo cuando nadie más lo hacía.
El llanto comenzó a detenerse y le siguieron hipidos y suspiros que provocaban que no saliera ninguna palabra coherente de mi boca.
Sabía que él no era bueno con las palabras, por lo que agradecí que con el hecho de haberme llevado lejos de la casa, de dejarme llorar sobre su hombro y palmearme la espalda me demostraba su amistad.
- Está fuera de sus sentidos; él te ama, yo lo sé, todo el equipo lo sabe. Te amó desde antes que fueran pareja, más cuando decidiste dejar todo para quedarte aquí con él y aún mucho más cuando le dijiste que iban a ser padres. Se volvía loco de felicidad Elizabeth, el chico que escuchaste decir esas palabras tan duras desparecerá y volverá el dulce chico del que te enamoraste. Por favor no llores más.
- ¿Y si no vuelve?
Onew no contestó a mi pregunta y me dolió; me dolió porque significaba que hasta él dudaba que volviera.
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¡Dios mío, no iba a escribir capítulo hasta mañana!
Pero puse la canción Y si fuera ella de Alejandro Sanz y escribí esto mientras lloraba.
Sigo llorando.
Perdón por ser tan dramas.
Pero esa canción me pone mal.
