WITHOUT YOU | kth.jjk [EDITANDO]

Final

Decidieron ir caminando, ya que, después de haberle llamado a su madre avisandole que ya estaba en camino, escuchó por lo lejos algunos reproches de su molesto padre y sintió temor, más del que debería.

El mayor trataba de distraerlo durante todo el recorrido puesto que recordaba aquellos días en los que tenía algo en mente y daba vueltas que sentía que no respiraba.
Un exámen, entrega de calificaciones o el resultado de una prueba, pero por lo visto nada se comparaba con esto.

Y es que, ¿qué tanta frialdad puede almacenar alguien en su interior para no aceptar a su hijo como es? Simplemente eran dos personas amandose, que están destinadas la una para la otra.
Al parecer la mente tan cerrada de su padre lo era, pero dentro de poco lo harían cambiar de parecer.

Estaban casi llegando y las manos y piernas de Jungkook comenzaron a temblar levemente, aún así Taehyung lo notó.
Vio cómo el menor sacaba de su mochila su teléfono para ver la hora y este estaba a punto de caerse al suelo por aquellos nervios que carcomían a ese lindo chico.

Tomó su mano, la apretó diciéndole con la miraba que esta vez estaba con él, que no lo dejaría caer una vez más, ya no.
El menor lo vio con ojos llorosos y lo abrazó un largo rato, brindandole así la comodidad y estabilidad emocional que el mayor provocaba.

—Esto será largo, pero estará bien, eres fuerte— Taehyung le dio unas últimas palabras de aliento y ambos se acercaron a la pequeña escalinata para tocar la puerta.

Hizo su mano puño y lo acercó dando toques suaves a la madera.
El pelirrojo estaba detrás de él cuidandolo.

No obtuvo respuesta y tocó una segunda vez. Escuchó ruidos sordos viniendo desde dentro y supo que alguien se acercaba levemente.

Su madre los recibió con un fuerte abrazo a ambos, los hizo pasar y les dio una sonrisa, sonrisa que se marchitó de a poco al sentir unas manos detrás suyo.
El mayor de los Jeon estaba presente con la mirada puesta en los dos pequeñuelos frente a él.

—Me puedes explicar Jeon, qué haces aquí y no en mi casa— realmente era intimidante, su voz grave y rasposa.

—Ya no quiero vivir contigo, vine con mamá y Taehyung— dijo con voz temblorosa.

—Uh... Así que ese es el nombre de tu amiguito, mucho gusto Taehyung, soy el padre de este marica.

El mencionado hizo su mano puño resistiendo a decir algo indebido.

—Padre, te pido que no nos insultes de esa manera, ¿cuándo vas a entender que somos personas al igual que tú?— dijo Jungkook al borde de las lágrimas evitando gritar pero alzando un poco la voz, temblorosa y vulnerable.

—¿Se supone que los maricas son personas? Para eso te fuiste conmigo bastardo, no debería ni siquiera de volver por ti— se acercó y lo tomó del cuello— después de todo lo que hice por ti, ¿así es como me pagas?

—Sueltelo— otra voz igualmente de grave y autoritaria de oyó por detrás.
El Sr. Jeon volteó lentamente para ver de dónde provenía aquella voz.

—Tu no me vas a decir qué hacer niñita— vio su cabello— y con el cabello así nadie te puede tomar en serio.

Taehyung se contenía todo lo que podía, solamente quería que todo se arreglara.

—No lo llames así— el más viejo volteó al lado suyo y vio a su mujer tomando el brazo del pelirrojo.

Soltó a su hijo y se dirigió hacia ella.

—Qué, ¿tú también? No me vas a decir que...— soltó una risa amarga.

—Solamente deja que te expliquen, no es solo un amor de jóvenes como estás pensando— dijo suave— sé que recuerdas cuando nos conocimos, ¿puedes, por un segundo escucharlos?

—Muy bien, veamos qué tienen por decir, andando— hizo un ademán con su mano mientras se sentaba en el sofá.

Taehyung tomó la mano de su novio y lo miró a los ojos diciéndole que podía hacerlo.
Asintió.

—Uhm... papá, él es Kim Taehyung, como ya sabrás es mi pareja, yo... quería decírtelo cuando estuviera listo, pero por lo visto no fue así— hizo una pausa respirando hondo —él uh... como puedes ver tiene el cabello de un color en particular, tengo que contarte una historia como las que solías contarme cuando era niño.

Su padre frunció el ceño y suavizó su expresión un poco más que antes. Recordó cuando su pequeño hijo era una pequeña bolita de dulzura, cuando cargaba a todos lados su pequeño conejito rosa y sentía que era tan diminuto que sentía que debía cuidarlo siempre.

—Su padre, tenía un don, un don muy extraño... e-esto sonará de cuento pero es así. Su color de cabello cambia dependiendo del color favorito de su alma gemela incluso si no la conoce aún, él se acercó conmigo y hablamos un rato, al día siguiente su cabello era de este tono— mientras hablaba Taehyung asentía y tomaba la mano de su novio con fuerza, acariciando sus nudillos — papá, tú sabes cuál es mi color favorito...
Cuando nos separamos su cabello comenzó a caer de a poco, quisiera o no necesitábamos estar juntos, yo sentía que el aire se me iba cada vez y bueno, lo demás es historia— miró al suelo y después a su novio— solo quiero que nos des una oportunidad.

El mayor tuvo un pequeño flashback, cuando iban todos caminando por la calle con una rosquilla, el pequeño Kook en los brazos de su padre de tan solo tres añitos, mirando a su hermano de la mano de su mamá, con las mejillas rosadas y llenas de esa harina endulzada, con un gorrito de felpa cubriendo sus orejas del frío. Iban a la feria de temporada y veía con los ojos abiertos como platos las luces y escuchaba los gritos sonoros de aquellas personas que eran atemorizadas en las montañas rusas.
Su padre estaba fascinado de que su hijo fuera feliz y descubriera cosas nuevas y ahora que lo veía de grande ya era un chico casi adulto.

Dejó de escuchar lo que decía el menor de repente y sus ojos comenzaron a cristalizarse.
Jungkook se detuvo, supo que algo andaba mal con su desubicado padre.
El Señor Jeon se levantó de su asiento y abrazó a su hijo, llorando desconsoladamente y lamentándose por todo lo que le había hecho y dicho a su pequeño hijo.

—Jungkook, mi pequeño Kookie, yo... perdóname hijo, soy un estúpido— los sollozos se hacían cada vez más fuertes— solamente no quería que las personas se burlaran de ti, quería que fueras normal pero veo que ya lo eres, perdóname, perdóname, perdóname...

El mayor se aferraba a la ropa de su hijo que se levantó con los ojos humedos a corresponder el abrazo de su viejo.
Estuvieron así un largo rato hasta que uno de los dos se separó y se dirigió al muchacho de cabello rojo que estaba sentado observando.

—Muchacho, quiero disculparme contigo, por haber separado tanto tiempo a mi hijo de ti, por haberlos hecho sufrir de la manera en la que lo hice, por haberlos insultado— respiró hondo viendolo fijamente— sé, que estar lejos de la persona que amas es jodidamente difícil y así como lo dice mi hijo no imagino cuánto debieron sufrir ustedes.

Taehyung asintió y recibió con agrado el abrazo sustentoso de su ahora autoproclamado suegro, quien estaba feliz por su familia, de que estuvieran bien y todo se haya quedado atrás.
Que por fin estuvieran tranquilos sin ocultar nada, que volviera a ser como en los viejos tiempos.

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