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Hoy era el día, el día en el que Taehyung por fin había reunido el valor suficiente para declararse a su pequeño de sonrisa de conejo.
Lo había estado pensando durante toda la noche, y la verdad es que se preocupaba un poco de su aspecto, ya que, no había dormido casi nada y sus pensamientos lo atormentaban constantemente.

Había ideado el plan perfecto.
El día anterior le había pedido clases de piano al menor, como excusa para poder verlo todas las tardes, y mañana sería su primer clase, entonces podía hacerlo ahí justo en ese momento, mientras entonen juntos una melodía que los envolviera a ambos, ahí es donde lo haría.

De solo pensarlo sentía cómo su corazón latía desenfrenado.

En su estómago un gran zoológico hacía de las suyas y sus labios se curvaban hacia arriba, formando una de sus características sonrisas.

Mientras JungKook toque lindas notas con sus delgados y finos dedos y él se deleite observando las expresiones del menor.
Verle dejándose llevar por la melodía, con sus lindos ojos color avellana cerrados y sus labios moviéndose al compás de aquella bella canción que juntos entonarían.

Una que con su magia los envolviera a ambos y los llevara de paseo a un pequeño mundo en el que sólo ellos existiesen.

Jungkook y Taehyung, nadie más.

Vaya que había estado fantaseando, tanto que ni se dio cuenta de que había amanecido y su alarma estaba sonando.
Perezoso la apagó y se talló la cara mientras daba un pequeño brinco para salir de las cobijas desordenadas.

Tomó su ropa y se visitó rápido mientras mantenía una sonrisa de felicidad en su rostro y abotonaba su camisa de cuadros.
Arregló por última vez su cabello lacio y rojo y respiró profundo antes de salir.
Había tomado el desayuno rápidamente, se le hacía tarde y estaba muy ansioso, deseaba que la escuela terminara de una vez cuando apenas iba a comenzar la primera clase.

Veía su reloj cada cinco minutos, quería ir por los pasillos corriendo hasta llegar al salón de su chico, tomarlo de la mano y sacarlo de una vez de allí, solo ellos dos sin ningún impedimento, maestros o clases de por medio.

Escuchó a lo lejos que alguien lo llamaba por su nombre y lo sacó de sus cursis fantasías.

—Señor Kim, ¿podría explicarnos lo que acabo de leer?

La maestra había leído un pequeño párrafo de un grueso libro que sostenía con una mano y con la otra ajustaba sus anteojos.
La clase de química era realmente aburrida, dos clases seguidas con la voz más molesta que se haya podido imaginar explicando cosas que no le parecían relevantes del todo, además de que era complicado entender de lo que se estaba tratando el tema.

Carraspeo un poco mientras su mejor amigo lo miraba con preocupación desde un banco más al frente, tratando de darle la respuesta.
Para cuando iba a contestar, como si fuera milagro el timbre sonó y todos procedieron a guardar sus pertenencias y salir rápidamente de aquella tortura.

—Salvado por la campana Kim, la próxima vez  pones más atención—dijo su amigo mientras le daba una palmada en la espalda.

—Bueno, no es culpa mía extrañarlo demasiado—sus palabras fueron interrumpidas cuando de repente alguien tomó de la cintura a su amigo y provocó que éste diera un pequeño salto.

Claro era su novio Yoongi.
Observó como ambos se transmitían esa confianza y amor el uno con el otro y deseó poder hacerlo algún día así con el azabache.

—Pff, eres un cursi Tae— dijo mientras abrazaba a su novio y le contaba cómo había sido su mañana.

Taehyung solo dio una mirada sarcástica y se despidió antes de que dijera algo más.

Comenzó a caminar hacia su siguiente clase, esperando toparse inesperadamente con su chico, con verlo de lejos bastaba, pero no quitaba el hecho de que quisiera apretar sus lindas mejillas y acunar su rostro entre sus manos mientras se formaba un puchero en los labios del menor y este depositaba un casto beso en ellos.

Mientras se hallaba girando en su mágico mundo llegó a su clase rápido esperando a que las horas pasarán y por fin pudiera verlo y tenerlo cerca.

Al final de la jornada escolar ambos habían acordado verse en la salida de la escuela, pero como Taehyung es impaciente, lo esperó fuera de su salón de clases.
Fue el último en salir, mientras tomaba su mochila de bolso color verde con algunas estampillas y diferentes pins en ella, salió.

Al darse cuenta de la presencia del mayor, éste sonrió ampliamente y saludó cortés.

—¿Listo para hoy Hyung?—preguntó el menor inocente

—Claro Kookie...

Acepta ser mi novio por favor"
Se dijo Taehyung, en un intento de calmarse, pero era totalmente imposible, con la carita del pequeño Kook y un caos en su estómago y su cabeza.

Al llegar a la casa de Jungkook, Tae se sorprendió un poco, la casa era bellísima y amplia, con un gran ventanal detrás del comedor que daba al patio de atrás, escaleras de caracol y ese color blanco que le daba un toque de elegancia.
Pero lo que más resaltaba frente a dos sofás bastantes cómodos eran un gran y pulcro piano negro.

El pelirrojo se acercó y pasó su dedo por encima del piano, viendo su reflejo después, ya que, cualquier rastro de suciedad había sido removido recientemente.

Jungkook observaba todo desde atrás, mientras dejaba su mochila en alguna parte de por ahí.
Veía como su Hyung se deleitaba con tal tacto hacia ese instrumento, y se acercó junto a él.
Ambos vieron su reflejo y sonrieron.

—Este piano era de mi abuelo, l-lo compró cuando se casó con mi abuela, justo en día antes de su boda— comenzó Jungkook— ella nos contó, que cuando se mudaron a su antigua casa mi abuelo siempre tocaba sus canciones favoritas mientras ella las entonaba... Eran el mejor dúo. Pasaban horas sentados frente al piano, disfrutando la compañía del otro, y entonando melodías que ambos amaban...

Taehyung permaneció en silencio, y solo procedió a imaginarse todo aquello pero ellos en su lugar.
Sería lindo, precioso, perfecto.

Volteó a verlo y siguió escuchando, viendo como los labios de su Kookie se movían cuando hablaba.

Jungkook se percató de aquella mirada y también procedió a hacer lo mismo.
Estaban haciendo contacto visual y al pelirrojo le encantaba que el menor se ruborizaba, le encantaba ser el causante de dicho nerviosismo.
Siguieron así por un rato hasta que por fin Jungkook retiró la mirada para tomar asiento frente al piano y comenzar a tocar un poco.
























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Yeah Boi.
I'm back.

WITHOUT YOU | kth.jjk [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora