CAPÍTULO 17

1.2K 172 21
                                    

Es demasiado tarde. Nunca podré emendar el error que cometí con Sandra porque está muerta, le dispararon por tratar de desenmascarar a mi asesino. Ella era uno de mis asuntos pendientes y ya no podré resolverlo. He fracasado. Daría cualquier cosa por ser capaz de mitigar el dolor de Diego y detener sus lágrimas, pero lo único que puedo hacer es observar impotente cómo se desmorona frente a mí. Nadie puede culparlo por ello, acaba de perder a otro ser querido, a la amiga que mantuvo unidos sus pedazos rotos mientras yo no estaba. Y no puedo evitar preguntarme: ¿Quién queda ahora para volver a pegarlos cuando me vaya de nuevo?

Mientras tanto, sigo atrapado en un cuerpo que no es el mío, atado y amordazado por un desquiciante secreto que no puedo contar a nadie. Comportándome de forma extraña. Pensando cosas que nunca he pensado. Sintiendo cosas que nunca he sentido. Recordando detalles que no debería conocer y olvidando otros que si tendría que saber. Soy un enorme desastre en cadena. Una bomba de relojería que cuando estalle dañará a todos sus seres queridos. Te diría que tengo ganas de morirme, pero en realidad ya estoy muerto. Fabián González y Verónica DelValle se fueron hace tiempo, yo sólo soy una sombra difusa, el eco lejano de dos fantasmas. Soy ambos y ninguno de ellos.

—Quieren que vaya a la comisaria para que les explique con detalle lo que Sandra me dijo anoche por teléfono. —Ni siquiera me mira cuando habla, sus ojos rojos e hinchados de tanto llorar están perdidos en algún punto indefinido de la pared—. No voy a decírselo.

—¿Por qué no? —Trago duro para tratar de deshacer el desagradable nudo que se ha formado en mi garganta, pero no lo consigo.

—Ahora tengo una ventaja porque Jaime no sabe que lo sé. Si se lo comento a la policía, él encontrará la forma de cubrirse las espaldas. Posee el dinero y los medios necesarios para hacerlo.

—Ni siquiera estamos seguros de que haya sido Jaime.

—Entonces, me será más fácil confírmalo o desmentirlo si no sabe que lo estoy vigilando.

—Diego, quienquiera que haya asesinado a tu novia es una persona muy peligrosa, disparó a Sandra a sangre fría y volverá a hacerlo si se siente amenazada. Sería más sensato involucrar a las autoridades.

—La policía ignoró completamente a Roberto cuando les aseguró que su hija no se había suicidado. Tampoco pudo evitar que asesinasen a Sandra. Hablar con ellos no hará que esté más protegido, sólo arruinará mi única oportunidad de descubrir la verdad. Fabián, no te estoy pidiendo que mientas por mí, la policía no sabe que estaba contigo ayer por la noche. Por lo que a ellos respeta, me encontraba solo en mi casa cuando Sandra llamó.

—Diego, en estos momentos, lo último que a mí me preocupa es mentir por ti. ¡Tu seguridad es lo único que realmente me importa! ¿Por qué tengo la sensación de que estás tratando de apartarme?

—Es mejor así. Este asunto no tiene nada que ver contigo. Nunca debí involucrarte.

—Yo elegí involucrarme, quiero... necesito que me dejes ayudarte.

—¿Por qué? —pregunta, sorprendido—. Ni siquiera conocías a Verónica.

—Porque sé que es importante para ti, que no vas a poder descansar hasta que descubras la verdad. Al menos, quiero ser capaz de darte un poco de paz.

—Fabián, tú ya me has dado la única paz que he conocido en dos años. No voy a arrastrarte conmigo al fondo. Deberías pasar tus últimos días de vida con tranquilidad, y no junto a un hombre amargado que es incapaz de superar su pasado.

—¿Qué intentas decirme exactamente? —cuestiono, inquieto—. Por favor, dime que no es lo que es lo que estoy pensando.

—Te mereces algo mejor que yo.

Asuntos pendientes (completa)Where stories live. Discover now