Nunca más voy a sentirme sola

Start from the beginning
                                    

-¿Por qué sigues mirándome con tanto amor? -y no quería arruinar el momento, pero era necesario preguntárselo.

-¿Será porque te amo? -respondió con picardía, mojándose los labios para encogerse de hombros.

-Te engañé con otra persona y necesito que me digas lo que sientes, porque estoy consciente de que me comporté como una prostituta.

-¡Julie! -me reprendió-. ¡Estás experimentando la vida! Y claro que quería ser tu primera vez, pero sabía que tendrías unas segundas veces mucho mejores que la mía. Yo por primera vez estuve con una mujer contigo y supongo que ella... -ni siquiera pude dejarla terminar.

-Es imposible que alguien me ofrezca lo que tú -la interrumpí-: Si amo el sexo es porque me enseñaste a disfrutarlo y ni siquiera necesitaste experiencia para hacerme adicta a hacerlo.

-No es necesario que me digas que conmigo fue mejor.

-Contigo es mejor porque te amo y ahora mismo quiero que me digas lo que sientes porque sé que te estás guardando todo para no herirme y lo que más quiero es que me perdones, pero no de esta forma. ¿Por qué no me dices nada? -me estaba desesperando su actitud. Quería hablarlo de verdad. Quería poder enfrentar lo que había ocurrido y la vi bajando la mirada para dedicársela al paisaje, hasta que por fin volvió a mirarme y me habló.

-Nada de lo que te diga puede cambiar lo que me hace sentir que hayas estado con Belén, pero sé que hiriéndote lejos de compensar, voy a sentirme peor.

-Debí haber creído en ti -en ese punto quise que mi voz no se quebrara, pero lo había hecho mal.

Me había equivocado como jamás en mi vida y ni siquiera sabía qué hacer con ese error.

-No te di confianza.

-Sophi, jamás me mentiste. ¡Me dijiste que no podías dejarlo porque lo habías prometido! Fuiste sincera y me dejé llevar por lo de Noah, por mis inseguridades, pensé que ... -Tapó mi boca con sus dedos, tan delicadamente que su tacto hizo que inconscientemente cerrara los ojos.

Me quemó el saberme afortunada y de cierta forma, haberlo arruinado. Y no hablo de mí o de lo zorra que fui. Hablo de Sophia y de esa tristeza que había vuelto. La misma del comienzo, la que no trató de ocultar y se había apaciguado los últimos días. Era como si hubiese logrado darle felicidad y ahora, estuviera tratando de entender otra clase de dolor.

-Nunca vas a dejar de ser mi princesa -dijo, acariciando mis labios con la yema de sus dedos y no habían juicios en sus ojos, era un espejo, era un alma de la que no quería apartarme, pero tal vez no era lo suficientemente buena para su nivel de bondad.

-Intenté mostrarte que la gente valía la pena y terminé siendo peor.

-Yo no soy una víctima y Noah siempre me dijo que en la vida no había víctimas o culpables. Que había crianza y familias, que todos formaban parte de una minúscula red, en donde la educación y los valores a veces se agotaban y por eso, llegaba la delincuencia, las violaciones, los maltratos. Los humanos nunca han querido enseñar a ser humanos. Creen que es natural nacer sin haber querido nacer, llegar a un sitio con determinadas personas y adaptarse. ¡Para mí ha sido jodido! Despertarme todos los días sabiendo que no pertenezco a este sitio. Que no entiendo las redes sociales, que no entiendo a nadie, y me incluyo en esos "nadie". Pero, al final Noah tiene razón. Te conocí para entenderme un poco más cada vez que te amo.

Pude haberle dicho que también la amaba, pero el nombre de Noah chocó con mis neuronas, para enloquecer mi mente.

-¿Por qué sigues nombrándolo después de lo que nos hizo?

El capricho de amarteWhere stories live. Discover now