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NamJoon miraba de lejos la decaída expresión en el rostro de su amigo, Yoongi había estado más callado de lo habitual aquel día. Parecía deprimido mientras revolvía en su tazón de budín.

-No te gusta el budín.- murmuró NamJoon, temiendo quebrantar algún pacto de silencio por parte del pelinegro. Su amigo elevó la vista alzando los hombros sin prestarle atención.

-No tengo hambre.

-¿Qué pasa, hyung? Haz estado muy raro hoy...- se aventuró a preguntar mientras apoyaba sus codos sobre la mesa de la cafetería en la que estaban, pues al ser el receso habían logrado encontrarse ambos.

-No es nada.- bufó el pálido dejando de lado su budín.- ¿Jimin fue a clases hoy?

NamJoon negó entendiendo de pronto la pesadumbre en la voz de su entristecido amigo.

-¿Jimin y tú tiene problemas, no?- Yoongi elevó la vista de nuevo, asintiendo despacio cansado de estar en silencio y sufrir cual princesa Disney.

-Creo que le gusto.- NamJoon rodó los ojos dándose cuenta de la estúpida conclusión del mayor.- Yah... Yo no sabía, nunca eh salido con el ex de mi amigo, creí que solo jugábamos y pasábamos el tiempo juntos y ya. No creí que empezaría a gustarle.

-Primero, basta hyung. El y yo tuvimos algo casual y punto. Solo somos amigos.- recalcó al ver la expresión desconfiada en el rostro contrario.- y segundo, ¿Cuál es el problema? A ti también te gusta.

-Claro que no.- gruñó apartando la vista un tanto cohibido.

-¿Por qué el sonrojo entonces?

-Es el calor.- se levantó de su sitio dispuesto a huir de la penosa situación en la que el menor lo había acorralado.- Me debo ir.

-Ve a buscar a Jimin.

-Dudo que quiera verme.

-Ve a despejar tu duda entonces, no seas idiota.- Yoongi haciendo un pequeño mohín de queja salió de la cafetería, dejando solo a NamJoon con su malteada de frutilla en la mesa.

-Creí que nunca se alejaría.

Una nueva voz sorprendió al moreno quien con una pequeña sonrisa volteó a ver a aquel chico de cabellos castaños y labios rosadas, con un vaso de lo que parecía ser café en sus manos.

-¿Dónde conseguiste eso?- preguntó viendo como SeokJin se sentaba frente a él.

-En la sala de los docentes hay muchas cosas para robar si eres un yo.- río sorbiendo de su café.-¿Sucede algo con tu amigo? Parecía deprimido...

-Problemas del corazón simplemente.

-Oh, vaya. Lo siento...- un pequeño y ligero silencio creció entre ambos quienes tomaban de sus respectivas bebidas mirando hacia la blanca superficie de la mesa, extrañamente sumisos ante las miradas de uno que otro estudiante que miraban raro la interacción calmada de aquellos dos jóvenes que a principio de año parecían odiarse.

-No me gusta la frutilla...-

-¿Y por qué pediste de ese sabor?- cuestionó el mayor al escuchar la queja por parte del platinado, quien rompiendo el silencio elevaba su vaso apoyándose en su codo, reclinó un poco su cuerpo hacia un lado y sonrió.

-Es que me recuerda a tus labios, tan dulce y adictivo- bajando la mirada del batido hacia los ojos del mayor pudo notar un pequeño gran rubor subir hacia sus orejas, al tiempo que su mirada parecía buscar lugar para esconderse de tal vergonzosa frase.

-¿Qué dices, hombre? No hagas esas bromas...- carraspeando tomo más de su café haciendo que el moreno empezará a reír en voz alta al ver la nerviosa mirada de su hyung.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Onde histórias criam vida. Descubra agora