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Ya no tengo imaginación. ;-;

-Y así, cuando yo logré subir al árbol, tu padre ya había caído al suelo y se había roto una pierna.- la risa escandalosa por parte del el menor no se hizo esperar en la sala, mientras tanto el mayor, apurado y molesto corría por la casa, siendo ese el castigo de su abuelo para con él.

-¡Por favor, Abu Kim! Necesito...- salió de la sala corriendo por la cocina, el baño, el salón grande, la recepción y volviendo a la sala.- salir...

-Estaba muriendome aquí, y todavía llegas molesto. Mereces ser castigado por no preocuparte por tu familia.- contestó el abuelo, viendo a su nieto mayor saliendo de la sala, y segundos después volviendo a entrar.

-¿Qué no me preocupo? Por favor abuelo, no tengo tiempo...- unos segundos más pasaron.- ...para esto.

-Bien, bien. Deja de correr me mareas.- se quejó Jungkook, acomodando el saco de su abuelo.- puedes ir a esa fiesta...- hablo con una voz permisiva.

-¿Tú quien te crees para...

-¿Quieres ir o no?-

-Si.

-Entonces ve.- SeokJin emitiendo un bufido medio ofendido, medio agradecido salió de la sala apresurado, pues siendo las seis de la tarde, creía que llegaría tarde.

Entró en su bien amueblada habitación, tan diferente a la del moreno, quien teniendo desde zapatos hasta platos en la cama lucía orgulloso de sus bien pintadas paredes.

-NamJoon.- suspiró mientras sacaba ropa de su armario y tomaba una toalla para entrar a ducharse.

En todo el trayecto, estando en completo silencio solo una pensamiento bailaba en su mente.

Era libre.

Una sonrisa calmada se formaba en sus labios mientras sentía el agua tibia recorrer su espalda, y mojar su cabello, ya no tenía ataduras, era libre de toda deuda, de toda amenaza, podía hacer su vida como un chico normal con un pasado doloroso.

Porque eso era, un pasado.

Ya no tenía obstáculos para sonreírle de nuevo a los demás, ya no quería ser falso, ya no quería fingir. Es por eso que tomó su celular al terminar de ducharse y escribió un mensaje.

"Ya sabes Joonie~ no vayas a llegar tarde."

Escribió con los dedos temblando en frío y emoción al mismo tiempo.

Tal vez si le gustaba NamJoon...

¿Y qué? Ahora sí podía amarlo.

No tenía a nadie detrás persiguiéndolo, ya nadie estaba en riesgo y el aprovecharía cualquier oportunidad para ser feliz otra vez. Sabía muy claramente que aquel chico de profundos hoyuelos no lo veía como nada más alla que un juguete para pasar el rato. Pero se esforzaria por hacer hasta lo imposible para que el sentimiento que apenas empezaba a nacer en su corazón sea contagiado al del contrario.

Pensando en lo bien que la pasaría se vistió rápidamente, se puso algo de loción y cuando se creyó bien vestido salió de su habitación. Caminó a la sala en donde su abuelo, cubierto de papel higiénico, reía estruendosamente mientras Jungkook hacia poses extrañas que no se molesto en averiguar.

-Voy a salir.- anunció tomando un abrigo y su billetera.

-¿A dónde crees que vas, jovencito?-

-¡Abuelo!- el anciano, riendo divertido sacudió la mano dejando que el castaño saliera al fin de su hogar, siendo las ocho de la noche.

Caminó por una oscura calle hasta la avenida principal en donde un taxi verde lo llevo hacia la fiesta en casa de los Park, o como le llamaban en el campus universitario, la casa Minie.

La Minie house, decorada tan pulcramente con piedras adornando el jardín que recibía con una sonrisa a cada visitante a la casa con estilo victoriano modernizado. Sonrió encuchando el retumbar de los vidrios por la música fuerte en el ambiente, un sabor agrio y pesado inundó sus pulmones cuando entro al pequeño jardín, ignorando a las demás personas que salían, o bien a vomitar... O a tomar alguna señorita facilona del grupo.

De todas formas, a él no le importaba en absoluto nada, solo quería entrar y ver al morenito de sus pesadillas sonreír tan grandemente cuando lo vea.

-¿NamJoon?- preguntó entrando al fin a la fiesta, mezclándose entre tantos y tantos cuerpos que bailaban a tan temprana hora, pues el mismo creía que 9:00 p.m. era demasiado temprano como para que personas murieran con su sobre dosis.

-Presidente.- lo llamaron de alguna parte, haciéndolo voltear.

-Kim... ¿Que haces aquí?- preguntó cruzándose de brazos, con un picor en el pecho que crecía con cada movimiento del ondulado cabello rubio de su amiga, o de el maquillaje perfectamente hecho por su estilista.

-La fiesta, obviamente. ¿A quién busca?- inquirió tomando el último sorbo de su bebida.- ¡vamos! Hagamos un desastre, Jimin y su novio salieron corriendo cuando llegó un señor vestido de policía.

-¿Un policía?- preguntó curioso, siendo arrastrado por su amiga que serpenteaba por la ola humana.-¿Que les dijo?

-Creo que alguien se accidento, no recuerdo... Su nombre... Nem.... ¿Hye? No lo sé, supongo que luego sabremos, por el momento solo nos dejó la puerta de la nevera abierta.

-¿Y?-

-Bebamos bebé.- pasándole una botella fue en busca del grupo para reunirse con el solitario SeokJin cuando esté de pronto se puso a pensar...

-NemHye... Jimin y Yoongi...- murmuró.- NamJoon... Jimin y Yoongi...- sus ojos, pareciendo asustados saltaron en sus cuencas y como pudo le dejó su botella al primero que vio.

Salió rápido de la casa y conectando idea tras idea su mente carcomía su corazón

-NamJoon tuvo un accidente.

Penetrame, ¡ahora! [NamJin]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant