CAPÍTULO 38 (MUERTE)

516 31 10
                                    

Despertaba lentamente en esa habitación que no era de ella, sentía como si Sven le hubiese pasado por encima, sentía dolor en el cuerpo, en el corazón y en el alma. Observó despacio el lugar completamente congelado tratando de recordar lentamente lo que había sucedido la noche anterior, suspiró antes de dejar caer de nuevo un par de lágrimas al recordar…
Tocó accidentalmente la hoja de papel que la había hecho llorar y congelar todo el lugar hasta quedarse profunda, se incorporó despacio en la cama, hasta quedar sentada. Tomó entre sus manos la hoja de papel y como tratando de entender una vez más lo que ocurría empezó a leer.
“Ángel…
No hay palabras para pedirte perdón por esto, pero tuve que salir de Arendelle… No volveré, no por que no te ame, al contrario por que te amo más que a NADA en este mundo, prefiero que estés a salvo y ajena a todo lo que está ocurriendo, mereces más de lo que das y de lo que soy, mereces ser feliz pero lamento ser yo quien te diga que esa felicidad no te la puedo proporcionar yo, eres todo lo bueno de este mundo, mereces todo lo bueno que hay y yo solamente soy un obstáculo para que tú puedas ser feliz. Amo cada sonrisa tuya y cada gesto que me das, amo tus caricias y tus besos pero son demasiado para alguien como yo, espero de todo corazón tu perdón por haberme ido así, pero me di cuenta que en este lugar sobro, este es tu reino, tienes a tú familia completa y no creo que yo quepa en eso. Te amo y por favor no me odies, te voy a recordar hasta el fin de mis días, por que eres lo único bueno que hubo en mi vida. Espero que en verdad me perdones y que no me olvides.
Te amo como a nadie.
Hans.”
Sin darle tiempo de nada el dolor en el corazón la hizo llorar de nuevo, sentía que le habían quitado una parte de ella, sentía como si le estuvieran arrancando la vida misma. El dolor volvía a su vida, la soledad y la oscuridad de tantos años regresaban esta vez sin darle tregua de nada, esta vez sentía que ya no tendría más fuerza para aguantar de nuevo algo así. Se sentía sucia, usada y traicionada, se había dejado llevar torpemente de algo que ella no conocía, se había entregado a un hombre que sin darle una explicación coherente y válida la había abandonado… -Nadie me va a querer así nunca más, y menos después de estar usada- pensó, sus pensamientos turbios y tristes estaban a mil por hora corriendo en su cabeza, sus lagrimas caían de nuevo como la noche anterior, sentía un enorme peso encima… Sentía el dolor vivo de nuevo y lo peor de todo es que la persona que la ayudaba a superar todo eso ya no estaría más junto a ella para auxiliarla, sintió como su respiración se entrecortaba y empezaba de nuevo a toser de una forma incontrolable, una voz en su cabeza le gritaba -¡CALMATE!- Pero el miedo y el pánico se apoderaba de ella, la tristeza la estaba empezando a doblegar a ella… Que antes de que Hans volviera a Arendelle tenía la fortaleza y la valentía de rechazar a cualquier hombre que la pretendiera, a ella que se había vuelto más fuerte e independiente que nadie que hubiese conocido jamás… De nuevo sintió su corazón doler, mientras a su alrededor el lugar se iba haciendo cada vez más frio. Trataba de tomar aire pero el llanto no se lo permitía, no podía más que recordar de una forma brusca cada abrazo que el pelirrojo le daba, cada caricia y cada tierno beso, todos sus recuerdos junto a él pasaban por su mente rápida y audazmente como tratando de torturarla, sentía que no iba a aguantar mucho si seguía permitiendo que el pánico y el dolor se apoderaran de ella, sentía que estaba en peligro.
Cayó de nuevo recostada en la helada cama para darle a sus pulmones un descanso y tratar de respirar profundo, se acomodó como pudo siendo consiente de que si ella misma no hacía algo por ayudarse iba a morir… Solo se quedó mirando hacia el toldo congelado de la cama, no podía pensar en nada más que en Hans y en el dolor que sentía, ese dolor que al parecer le estaba ganando, la había roto por completo mientras en un estado de inconsciencia miraba a la nada y le pedía al cielo algo de ayuda por que ella ya no podía más consigo misma, ni con los pensamientos tortuosos, ni sus sentimientos completamente destrozados, ni sus emociones fuera de control. Oía una voz en su cabeza que le pedía fuerza pero no podía… Algo definitivamente la había roto de nuevo, algo estaba cambiando dentro de ella, sentía que no iba a poder ser la misma de antes, el miedo se apoderaba de ella, sin embargo era aún consciente de que debía controlarse. –No lo dejes salir… No sientas, por favor no sientas- Se repetía a si misma una y otra vez… -Vamos Elsa, no sientas… No lo dejes salir… No… No sientas-Recordó a la pequeña Idunna, acababa de nacer y tendría que soportar el horrible frio que ella desataría en Arendelle, -Es muy pequeña… No va a soportarlo.- Se dijo a si misma… -Mi gente no tiene la culpa de esto, no lo dejes salir… Por favor.- Con mucho dolor en el pecho entró en un estado de ataraxia en el que ella misma empezó a encerrar ese dolor y esos sentimientos en lo más profundo de si misma para no lastimar a nadie… -Calma… Serenidad… Tranquilidad…- Le decía una voz en su cabeza, solo se quedó recostada observando a la nada mientras oía esas palabras una y otra vez, su respiración se empezó a regular de una forma lenta pero constante, la tos que la había atacado hace unos momentos la estaba empezando a abandonar lentamente.
Pasados unos minutos salió del trance en el que se encontraba, respiraba tranquilamente, mientras trataba de mantener la calma, se incorporó de nuevo y se puso de pie guardando la carta que Hans le había dejado en el cajón de la mesa de noche, observo mucho más tranquila el lugar donde estaba y con tranquilidad empezó a descongelar todo… -Así… Muy bien.- Le repetía esa voz en su cabeza.- Al ver el lugar completamente descongelado se felicitó mentalmente a si misma, se acercó al espejo que estaba en la habitación y vio su reflejo fijamente. –No permitas que nadie más te vuelva a lastimar así- Se dijo ante el espejo. Su mirada fija y semblante neutro le mostraba que definitivamente ella no era la de antes, su mirada fría y nula expresión en su rostro mostraba a una mujer fría, sin sentimientos, ni emociones, sintió algo de satisfacción al verse de esa forma… Se sentía como toda una autómata, no necesitaba pensar en nada para solo hacer el más mínimo movimiento, ya no… Ya no podía nadie acercarse a ella… Ya nadie tendría la oportunidad que él había tenido… -No más… Ya no más.- Se dijo a si misma mientras observaba fijamente sus ojos, esos ojos que antes mostraban alegría y amor, ahora solo mostraban frialdad completa, no sentía nada.
Tal vez el encerrar su dolor y sentimientos era una buena idea para no lastimar a nadie, con lo que ella no contaba es que al encerrar el dolor y el frío que sentía, se estaba haciendo daño a si misma, ella no contaba que todo se había encerrado en lo más profundo de su corazón, lo cual para ella sería fatal.
❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄
Un par de meses habían transcurrido en Arendelle desde que la pequeña princesa había nacido. Y para la feliz mamá cada cosa nueva o cada gesto que hacía la adorable bebé era un motivo de alegría y algarabía, la pequeña Idunna había sonreído por primera vez por algo que su mamá había hecho para hacerla reír y esto había sido motivo suficiente para Anna de celebrar y compartir ese momento con su hermana, se fue hacía el despacho corriendo con la bebé en brazos mientras gritaba de emoción.
-¡ELSA! Idunna, jajajaja Idunna rió.
Su hermana quien desde hace un par de meses no hablaba más que lo necesario y por alguna extraña razón había optado por usar vestidos negros y recatados en los que ya no mostraba si quiera su cuello alzó la mirada inexpresiva ante ella.
-Anna… No entres así por favor. – Dijo tranquilamente con una voz suave casi inaudible-
-Mira, sonríe… Ella sonríe.
La reina observó a la bebé quien sonreía al ver a su madre hacer monerías, y con una leve sonrisa más que forzada solo asintió.
-¿No es emocionante?
-Uhmjumm –Respondió mientras miraba a la bebé-
-¡Mira! Te esta observando… ¿Estas viendo a tu tía mi amor?
Elsa solo se quedó mirando fijamente a la bebé quien la miraba expectante mientras con algo de picardía le sonreía.
-Es muy tierna… -Dijo la rubia con una voz suave y apagada-
-¿Verdad que si?, ella es solo amor y alegría.
-Que bueno- Pensó la reina para sus adentros. –Ella puede sonreír, yo no-
-Uhmm si… Anna. Yo… Ammm estoy algo ocupada.
-Lo sé, pero por favor sal de aquí un poco… Pasa tiempo con nosotras, parece que no nos quisieras.
-Tragó saliva- No digas eso… Si las quiero, solo… Tengo mucho que hacer, mi trabajo me mantiene ocupada, y…
-Elsa… -La interrumpió- Deja de poner pretextos… Odio verte así.
-¿Así como?
-Así… No lo vale… -Le dijo mientras entregaba la bebé a su hermana- Creo que, no merece la pena que estés tan inmersa en tu trabajo. Te haz descuidado a ti misma, te veo muy pero muy delgada, no es normal. Te vez acabada y enferma… Te veo… Diferente, ya no usas tus hermosos vestidos de colores, y ajjj estas usando de nuevo tus guantes, creo que esto se…
-Anna… La interrumpió- Estoy bien, nunca me había sentido tan bien. -dijo eso ultimo como si lo hubiese recitado una y otra vez- A demás, desde que esta preciosa bebé nació no eh tenido cara para pedirte que me ayudes, lo estoy haciendo todo yo sola.
-Puedo ayudar…
-No… Yo me encargo, tú hazte cargo de Idunna… Ella te necesita, eres su madre y debes pasar tiempo con ella.
-Eres mi hermana y debo también pasar tiempo contigo. Estas muy aislada de nuevo, inmersa en tu trabajo y en tu mundo a parte de todos nosotros.
-Entregó a la bebé después de darle un beso en la frente- Bueno, soy la reina. Debo estar llena de trabajo, alguien se tiene que hacer cargo del reino. –Dijo tranquilamente sin una mínima expresión en su rostro.
Anna se quedó observándola, no era consciente de que su hermana estaba así por su trato con Hans… La última vez que habló con ella sobre la ida de él, la respuesta había sido concreta-“Sus razones tendría Anna… Yo… No voy a sufrir ni a desgastarme por eso”- pero era mentira, cada noche desde que él se había ido su recuerdo la hería, ella había perdido la razón de ser y estar, no dormía tranquila como antes, había empezado a tener pesadillas, noches enteras en las que ella seguía de largo sin dormir prefería estar despierta que encerrada en sus pesadillas, en esas noches de insomnio solo miraba su reino desde su ventana aún tratando de entender que había pasado. Lloraba en los momentos en los que tenía al pelirrojo en sus recuerdos, su mente le jugaba malas pasadas dándole visiones en las que ella lo podía ver cerca sin embargo sabía muy bien que estaba empezando a salirse de control y de inmediato ella misma bloqueaba esas visiones, trataba de bloquear cada recuerdo, evitaba pensar en él… Alejaba de inmediato cada recuerdo, cada sonrisa y cada momento pasado junto a él. Notoriamente su cuerpo se había hecho mucho más frágil y delicado, a penas probaba bocado, vivía encerrada en su despacho sin hablar con casi nadie, siempre que su hermana se acercaba a ella lograba persuadirla para que la dejara sola. Estaba completamente fuera de si misma… Ignorando lo que estaba ocurriendo en ella.
❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄❄
Un mes había transcurrido y dentro de la poca consciencia que tenía de si misma, había notado que su periodo no había llegado en tres meses… Entró en pánico cuando notó el retraso en su regla, no se podía permitir ahora estar embarazada, no con el padre de ese bebé ausente.
-¿Qué voy a hacer? –Se preguntó a si misma entre lágrimas al notar lo que estaba pasando, sus cuentas no le salían… Había pasado muchas noches con Hans antes de que él se fuera, noches en las que hacían el uno con el otro lo que querían, ella le hacía cosas y a cambio ella se dejaba hacer, sin tener en ese momento el más mínimo estado conciencia de lo que hacían, sin tener cuidado de las consecuencias.
Se había visto más que agobiada por ese asunto, eso la había perturbado aún más… Lloraba todas las noches al pensar que ahora sería juzgada por su actuar, iba a ser madre de un hijo ilegitimo, de un bastardo… Su nombre y su honor estaban manchados, y ahora la tacharían como a una cualquiera, le dolía pensar que ahora se tendría que hacer cargo ella sola de una criatura que no quería, y que en definitiva no esperaba.
-¡Buenos días mi niña! –Dijo Gerda al entrar en la habitación de la reina- ¿Qué esta pasando?
La encontró hecha un ovillo sobre su cama llorando mientras toda la habitación estaba congelada, era ya bastante tarde para que ella estuviera acostada y en cama aún, había amanecido hace un par de horas.
-Mi pequeña niña… ¿Qué te ocurre?
La rubia se incorporó mientras miraba a la mujer que le llevaba su té como cada mañana.
-No puedo más… -Dijo con su voz hecha un susurro- Quiero morir…
-¡NO! No digas eso mi pequeña.
-Merezco morir.
-No, no mi niña. ¿Qué te ocurre? –Dijo mientras la abrazaba para reconfortarla-
-No puedo más… Ya no… Ayúdame Gerda.
La mujer miró a la reina quien estaba hecha un mar de lágrimas y de pánico, no entendía que pasaba.
-Mi pequeña, yo te ayudo… ¿Pero que esta ocurriendo? Trata de tranquilizarte.
-E… Es que… -Decía entre sollozos, tratando de completar la frase- NO… -Gritó-
-Mi niña, tranquila… -La abrazó más fuerte- Tranquila pequeña… Trata de controlarte.
-Es que… C creo… Creo que… -La mujer asentía con cada intento de frase- Creo que estoy embarazada – Logró decir antes de romper en llanto.
La mujer solo se quedó observándola con compasión, ella estaba muy alterada.
-Mi niña… Tranquila.
-No quiero… No quiero ser mamá, no quiero esto por favor ayúdame. –Decía mientras lloraba desconsolada- No quiero, no quiero.
La mujer tomó aire profundamente para pensar con claridad… Ella necesitaba ayuda, y había confiado en ella, así que ahora estaban juntas en eso.
-Bien… Mi niña, trata de calmarte, necesitas pensar con claridad… Estas muy alterada. –Le dijo mientras le ofrecía el té- Bebe esto pequeña, te ayudara a tranquilizarte para que me cuentes todo.
La rubia tomó la taza con sus manos temblorosas y la llevó a sus labios para tomar el primer sorbo.
-¿Mejor?
-Uhmjumm –Asintió-
-Bien, ahora que estas un poco más tranquila… ¿Por qué dices eso? 
-Mi… Mi periodo no ah llegado en unos meses… Y hasta hace poco lo noté…
-Entiendo… Creo que últimamente no notas muchas cosas mi niña.
La rubia la miró extrañada…
-No notas que tu cuerpo esta más delgado, tus ojos no tienen el mismo brillo y luz que antes, luces cansada, enferma y perdóname por lo que te voy a decir, pero… Las bolsas y ojeras en tus ojos te han dado un aspecto terrible. ¿Qué esta pasándote? Tú no eres así mi niña, ni cuando murieron tus padres te pusiste así…
Elsa solo se quedó observándola con la mirada perdida…
-Es…
-¿Es por que él se fue verdad mi pequeña?
La rubia solo pudo asentir ante la pregunta.
-Lo sabía… Mi niña, tu corazón esta roto… Pero de ti depende tomar la decisión si tu vida sigue o simplemente la dejas marchitar hasta que mueras… Nos llenaría de dolor perderte… Sería terrible para Arendelle perder a su reina, sería doloroso para la princesa Anna perder a su hermana y me mataría a mí perderte mi niña.
-Yo trate… En serió traté de que esto no me afectara…
-Pero sientes que es más grande que tú.
La reina solo asintió.
-Bueno… Tienes de nuevo dos opciones, la primera es ser valiente y entender que tú vida no acaba por que alguien se fue y te dejó, se que él fue tu primer amor mi pequeña, pero no dejes que su actuar acabe contigo, diste lo que pudiste… Hiciste lo correcto y que el cielo me perdone pero si él no lo vio, pues merecía que lo dejaras morir en el mar. Tu diste lo mejor de ti, y eso te queda, que el no lo apreciara no es culpa tuya.
La ojiazul solo la escuchaba con atención.
-¿Y la segunda opción?
-La segunda mi niña… Es simplemente echarte a la pena y dejarlo ganar.
-No creo que se haya ido para lastimarme…
-Tal vez no mi niña… Pero debió decirte o al menos darte una explicación para eso y no dejarte así… Eso no lo hace un hombre, eso lo hacen los cobardes.
De nuevo asintió mientras procesaba lo que Gerda le decía.
-Y… ¿Y que haré con esto que crece en mi vientre?, yo… Él… nosotros tratamos de tener cuidado.
-Lo correcto es hacerte responsable de ese bebé.
-No… Gerda, esa no es una opción… No quiero tenerlo.
La mujer se quedó observándola por un momento… Mientras pensaba…
-Estas segura, que él… Uhmm ya sabes. ¿El terminó adentro?
-Tratamos de que no lo hiciera, él siempre se retiraba antes. –Comentó con amargura al recordar cada encuentro con él-
-Mi pequeña… Mi dulce e inocente niña. –Dijo mirándola con compasión-
Elsa la miró extrañada por el comentario.
-¿Qué ocurre? –Preguntó preocupada-
-Mi pequeña… Los hombres… Uhmm cuando están… ya sabes… -Elsa asintió mirándola fijamente- Ellos, dejan salir un liquido que se llama liquido pre-seminal, eso te puede dejar embarazada.
La rubia palideció de inmediato para después echarse a llorar desconsolada…
-Yo… Yo no lo sabía… Nadie me dijo eso.
-Lo sé mi niña, tranquila… Yo lo sé.
En realidad que los padres de Elsa la hubiesen restringido de saber cosas tan simples como esa le estaba pasando una cuenta de cobro que ella no se esperaba, si ella tan solo hubiese tenido la misma oportunidad de Anna, no estaría ahora al borde de un colapso nervioso… Gerda sintió mucha pena por ella, a pesar de todo ella seguía siendo una niña inocente que no sabía muchas cosas a cerca de algo que hacia, pero que él tampoco tuvo la delicadeza de decirle.
-Él pudo haberte dicho, eso es algo que todo hombre sabe mi niña… ¿No fue capaz de decírtelo?
-No… -Dijo mientras lloraba- No me lo dijo.
-Mi niña… Tranquila…
-Yo… Yo fui muy torpe, fui una tonta.
-No digas eso, no es cierto… Tú nunca haz sido tonta, solo… Son cosas que no sabías.
-Que no me permitieron saber… No quiero ese bebé, no lo quiero… No puedo yo solita con él.
-No digas eso mi pequeña… Él bebé no tiene la culpa…
-No, yo no lo quiero… Debes ayudarme, no quiero que nazca. –Suplicó la rubia-
-Mi niña… No te puedo ayudar con eso, no esta bien. Sabes que eso no esta bien.
-Ya no me importa nada… No quiero este bebé…
-¿Eres consiente de que podrías morir mi pequeña?
-Asintió despacio- No importa… -Dijo con la voz hecha un susurro- Lo merezco, no quiero seguir así, Gerda… Estoy sufriendo mucho, en verdad traté de que esto no me afectara, pero creo que… Perdí las fuerzas. Ya no siento ganas de nada… Cada noche es terrible, siento que desde que Hans se fue se llevó todas mis ganas y mi fuerza.
-Lo dices por que tienes el corazón roto, pero el mundo ni tu vida acaban ahí… Puedes ser fuerte y salir de esto. A demás… No estas segura de que estés embarazada.
-Mi periodo no llega… -Le recordó-
- Mi pequeña… Últimamente haz pasado por mucho estrés y mucho dolor, haz perdido el apetito y no haz descansado bien. Puede que todo eso te este afectando… Es una opción… Eso puede haber alterado tu ciclo.
La rubia abrió los ojos al oír esas palabras tan lógicas y sensatas.
-¿Tú crees? –Preguntó esperanzada, mientras limpiaba sus lágrimas-
-Podría ser mi niña…
Se quedó pensando un poco en esa pequeña posibilidad de que eso fuese cierto…
-No sé que hacer para poder saber si…
-Tranquila… Iré con el medico real y…
-¡NO! – La interrumpió de inmediato- No, nadie puede saber esto, no quiero que sepan que yo… Yo ya no soy pura… No quiero que nadie lo sepa.
Gerda se quedó observándola mientras trataba de encontrar una forma de obtener una prueba de embarazo para que ella saliera de la duda…
-Ya sé… Iré con el medico real.
-Nooo… -Interrumpió Elsa de nuevo-
-Tranquila mi niña, iré con el y le diré que la prueba es para una de las doncellas, no le diré que es para ti… No te haría algo así mi pequeña. Diré que es para una de las doncellas y el me la dará, volveré pronto y la harás…
-Esta bien.- Respondió Elsa más Animada- Yo… Gracias…
-Pero… Debes prometerme algo mi pequeña…
-Si… Lo que sea.
-Dependiendo de como salga la prueba, empezarás a ser más cuidadosa contigo misma… Si sale positiva, deberás hacerte cargo del bebé, a tu madre no le gustaría que su hija hiciera algo así… Sería terrible para ella el saber que su Ángel lastimo a su propio hijito. Ella no te educó para hacer esas cosas mi pequeña, ella crió una niña buena y fuerte que puede con lo que sea.
Elsa se sintió fatal al pensar en su madre… Bajó un poco la mirada y resignada asintió.
-Bien mi pequeña, y si sale negativa… Debes prometerme que permitirás que el medico real te examine… Estas muy delgada, luces enferma y hace un momento cuando te abracé pude sentir tus huesos… Eso no me gusta, estas en un estado deplorable, me preocupa que sigas así… No quiero que mueras mi pequeña.
-El va a preguntar…
-Podemos inventar algo… -La interrumpió- Nadie te va a poder cuestionar, eres la reina.
-Uhmmjumm –Asintió-
-Bien, iré por la prueba, termina tu té y trata de descansar un poco.-Dijo antes de besar la frente de la rubia y dejarla descansar un poco-
Salió del palacio rumbo a la casa del medico real en la villa… Ella sabía que no sería difícil, solo necesitaba el pequeño recipiente con hojitas de cebada para que la reina saliera de dudas, al llegar le comentó al medico real que una de las doncellas le había manifestado tener sospechas de embarazo y que la mujer había querido salir de la duda pues su trabajo en el palacio podría quedar en riesgo al estar embarazada, le dijo una mentira piadosa para ayudar a su reina. Al obtener el pequeño frasquito agradeció al medico la ayuda y emprendió el regreso al palacio para hacerle la prueba a la reina.
-¡Llegue mi niña! –Dijo entrando en la habitación de la reina, mientras sacaba del bolsillo de su delantal el frasco-
-¡Gerda!-Dijo Elsa nerviosa al verla-
-¿Estas lista?
-Si…
La mujer entregó el frasco a la reina, quien lo tomó en sus manos algo nerviosa…
-¿Sabes como usarlo?
La rubia negó con la cabeza, ni eso le habían permitido saber sus padres. A medias sabía que si la cebada se fermentaba significaba que estaba en cinta por que lo había leído en un libro, así como cuando el medico real le entregó el frasco que dejaba en evidencia el embarazo prematuro de su hermana.
-Bien mi niña… Te sientas y dejas caer unas gotitas de pipi en el frasco, trata de no orinar mucho, cierras bien el frasco y lo dejas al sol, en el marco de la ventana esta bien, debemos esperar un poco antes de ver si se fermenta o no.
-¿Debo orinar en esto?
-Si.
-Uhmm bien…
Se dirigió al baño e hizo el procedimiento, quitó los guantes de satén de sus manos, tenía tanto miedo… Nunca había hecho algo así. La ansiedad la estaba matando. Al terminar cerró el frasco y lo puso en el marco de la ventana, justo donde el sol entrara… Se acercó al espejo del baño y se observó detalladamente, lucía terrible, era cierto lucia enferma, mucho más delgada y bastante agotada, su pelo ya no brillaba como antes su rostro se veía demacrado con sus pómulos más prominentes que antes, su piel gris y sus ojos completamente apagados, rodeados de bolsas y ojeras, por primera vez en su vida se sintió fea… Sintió pena por si misma y se compadecía, pues Hans se había llevado consigo su fortaleza, su tranquilidad, su belleza… Abrió la llave del lavamanos y humedeció sus manos, las lavó con jabón mientras solo miraba la espuma, completamente ausente… Con pocas ganas lavó su cara, al sentir el agua helada en su rostro sintió algo de calma. Se secó, puso sus guantes de nuevo en sus manos y salió del baño.
-¿Lista mi niña?
Solo asintió tiernamente a Gerda.
-Bien, debemos esperar…
Se sentó en su cama mientras la mujer se acomodaba junto a ella… La tomó de la mano para reconfortarla.
-¿Cuánto debemos esperar?
-Unos veinte o treinta minutos mi pequeña… Tranquila, todo va a estar bien.
La rubia solo asintió mientras la mujer apretaba su mano… Ninguna decía nada, preferían estar en silencio mientras esperaban, Elsa mentalmente le estaba rogando al cielo que saliera negativa la prueba, ¿como podría después explicar ante su corte real y ante sus dignatarios que estaba esperando un hijo de Hans? Y lo peor ¿Cómo explicar que el ya no estaba y por lo tanto no se haría cargo de ella y de su bebé?
Pasado el tiempo Gerda soltó la mano de la reina para avisarle que era el momento.
-Bien mi niña… Ya pasó el tiempo.
Elsa la miró preocupada… No quería entrar al baño y mirar el frasco.
-Yo iré por ti mi niña…
-Gracias. –Dijo angustiada mientras su mirada reflejaba pánico-
Vio a la mujer entrar en el baño, mientras ella solo se quedó ahí sentada mirando a la nada… Sus plegarias continuaban, los pequeños trocitos de su corazón roto palpitaban de una forma impresionante, no quería en verdad no quería hacerse cargo de algo que desde muy joven no había deseado… Ella que había descartado todo contacto íntimo con un hombre, pero sin si quiera esperarlo había finalmente sucumbido ante Hans, y ahora se encontraba con las consecuencias de eso… Enfrentándolo ella sola, sin él… Completamente expuesta ante todo el mundo, sentía lo que Anna había sentido en ese momento en el que ella no le dijo que tenía sospechas de estar embarazada, ahora entendía la posición de su hermana… Al menos a ella Kristoff no la había abandonado dejándola sola. De salir positiva la prueba debía hacerse cargo, se lo había prometido a Gerda… Y era lo correcto, pero hace tiempo ella dejó de creer en hacer lo correcto, eso no le había funcionado. -¿Qué haré yo con un bebé?, no sé cuidar un bebé, no se cambiar pañales, ni amamantarlo… Ni como dormirlo.- Se decía una y otra vez, sentía que todo le daba vueltas había vivido los treinta minutos más largos de su vida.
-Mi pequeña… -Dijo saliendo Gerda del baño con el pequeño frasco entre sus manos-
La rubia miró con atención a su empleada de confianza, sentía que iba a explotar de tanta ansiedad y tanta angustia, de nuevo las preguntas a su cabeza llegaban sin darle tregua de nada. -¿Qué haré yo con un bebé? ¿Qué van a decir de mí en mi reino? ¿Querrán a mi pequeño hijo? Anna me va a matar, ¿Tratará ella bien a mi hijo? No lo va a querer por ser de Hans. Me va a reprochar esto como lo hice yo con ella- Sintió por un momento que el tiempo se detuvo, todo se había congelado por instante al escuchar lo que Gerda le decía… Esas palabras las escucho tan claras y tan lejanas a la vez, el tiempo y todo se congeló al instante al darle una respuesta que ella no se esperaba…
Solo… Casi moribundo, con poca fuerza en su cuerpo, completamente deshecho se encontraba el pelirrojo en la proa de su barco, solo esperaba no sufrir más, esperaba que la muerte llegara a él, había caído en una profunda depresión días después de abandonar Arendelle, la poca comida que había llevado se había echado a perder pues no sentía ganas de comer, en los últimos tres meses a penas había probado algo de esa comida, completamente débil en medio de la nada hecho un ovillo con un solo pensamiento en su cabeza… Elsa, era un milagro cruel que el cielo le jugaba, seguir vivo a pesar de no querer estarlo, ¿Qué peor muerte que esa? Rogaba al cielo misericordia, ya lo había perdido todo… De repente una visión a lo lejos lo hizo reaccionar, como si de una broma se tratara o tal vez por que estaba agonizando vio a lo lejos dentro de su barco esa delicada y delgada figura… Era ella, sonrió. Había perdido la razón por completo o definitivamente había muerto y ella era quien lo recibía en el otro lado. Con las pocas fuerzas que le quedaban se arrastró por el suelo del barco hasta llegar a ella, miró fijamente esa figura que lucía un vestido azul cielo con blanco y extendía su mano hacia el, esa mano suave y delicada que lo invitaba a no sufrir más…
-Ven… Vamos, estaremos juntos de nuevo.
Escucho decirle con esa dulce voz, antes de caer completamente inconsciente contra la madera de su embarcación.

¡¡¡Holaaa mis hermosas lectoras fieles!!!
Aquí un nuevo capítulo, ya falta poco para el final, quedan dos capítulos... 😢
Pero para fortuna y suerte de ustedes el próximo fin de semana es festivo en mi país (Sí,aquí hay muchos festivos 🇨🇴) y pues habrá capítulo doble, osea que el próximo fin de semana llegamos al final.
Quiero leer sus comentarios, ¿que creen que va a pasar después de esto? ¿Sera que Elsa si esta embarazada? ¿Sera que Hans si sobrevive? ¿Creen que Anna se de cuenta de el horrible mal que le hizo a su hermana mayor?
Mis niñas no olviden comentar,votar e invitar a más gente a que lea esta historia en verdad eso me motiva mucho a seguir escribiendo y a tener una continuación en serio amo ver como cada día recibo más y más notificaciones de nuevas lectoras, eso mis niñas me tiene muy feliz y agradecida de ante mano les quiero agradecer a todas por tomarse el tiempo de leer.
No siendo más les envio un abrazo y nos vemos en la próxima byeeeee 👋 😊 ❄

FROZEN EVER AFTER Where stories live. Discover now