CAPÍTULO 27 (SOLO NOSOTROS)

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Sola en su despacho, después de un largo y tedioso día de trabajo se encontraba Elsa por fin descansando un momento, en sus manos sostenía un libro el cual leía con mucha atención. Leer era su escape a tanto estrés que le generaba ser reina de Arendelle, desde muy temprano estaba trabajando encerrada en ese lugar, ya habían pasado algunas semanas y todo iba mejor que nunca. Los negocios con otros reinos seguían prosperando, el tratado con Wesselton era fructífero, incluso había recibido una carta de los reyes de este reino agradeciéndole enorme mente el ser uno de sus mayores inversionistas, el solo invertir en algo que su reino no tenía pero ellos si, había dado un resultado que ni ellos ni ella se esperaban, los famosos langostinos de Weeselton se habían convertido en el producto estrella de exportación en este reino ya que no solo Arendelle había invertido y solicitado tratado con ellos, por Elsa este producto se comerciaba en otros reinos y otras naciones… Gracias a esto había recuperado relaciones con otros reinos que con anterioridad se habían negado a restablecer relaciones con Arendelle después de que su padre finalizara varios tratados sin dar ninguna explicación, había tomado fuerza ante los demás monarcas, todos los días llegaban cartas solicitando una asociación con más y más reinos ella estaba más que satisfecha con su labor, había ayudado a un reino y a cambio su propio reino también prosperaba. Debido a esto su labor se había convertido en algo extenuante, sin embargo no solo eso la llenaba, su relación con Hans iba mejor que nunca, el poco tiempo que pasaban juntos era tiempo bien aprovechado, salían en las pocas tardes libres que ella tenía, caminaban juntos por el bosque, pasaban las tardes hablando de muchos temas, algunas veces tenían la oportunidad de cenar o almorzar juntos, ella sentía que por fin todo iba bien en su vida, poco había sabido de Anna, su ocupación no le dejaba pensar mucho en ella, sin embargo la tenía siempre muy presente, tenía entendido que su embarazo iba muy bien, que ella y Kristoff estaban de maravilla, aún la extrañaba pero ya no había nada que hacer, ella había hecho su vida a parte.
Mientras leía concentrada dando la espalda a la puerta de su despacho y sin siquiera notarlo Hans entró en silencio y se acercó a la silla, se quedó observándola un momento y sin más planto un beso en la mejilla de la rubia, haciendo que ella se exaltara antes de mirarlo…
-Hans… Hola. ¿Hace cuanto estas ahí? No te escuche entrar.
-Hola… Hace un momento entré y te vi ahí tan concentrada… No quería molestarte, pero no aguante un segundo más.
Elsa sonrió ante el comentario de Hans, él se había convertido en su único apoyo en esos días tan llenos de trabajo, y aun que no podía pasar todo el tiempo que quería con él seguía sintiendo cosas muy fuertes hacia el joven.
-No importa, me gusta que me sorprendas así. –Sonrió –
-Y a mi me gusta, que descanses un poco… -Dijo quitándole lentamente el libro de las manos-
-Estoy descansando… Sé que eh estado algo ocupada pero, para mi leer algo que no tenga que ver con mi reino es descansar.
-Eres muy hermosa… -Le dijo mirándola a los ojos-
La rubia sonrió de nuevo.
-Y tú un hombre muy dulce…- Le dio un beso en los labios-
Hans la hizo ponerse de pie, para abrazarla a lo que la rubia accedió con una sonrisa…
-Salgamos de aquí… No quiero que estés aquí encerrada -  Le dijo dándole un beso en la frente-
-Pero a donde… Yo…
-Te tengo una sorpresa… Bueno, no es una sorpresa pero si es algo que quiero que veas… Quiero que vayamos juntos a montar.
-¿A montar? No, definitivamente no… Es algo que me pone un poco nerviosa y no quiero lastim...
-No voy a dejar que te pase nada, te lo prometo. Iremos cada uno en un caballo, tu irás en el tuyo y yo en otro ¿si?
-Me da miedo… -Dijo la rubia jugando con un botón de la camisa del pelirrojo-
-Cuando montamos juntos a Snow no te da miedo.
-Es diferente por que tú eres quien la lleva.
-Vamos, no voy a dejar que te golpees o que te caigas o que sientas miedo… ¿Si?
-No sé… -Dijo haciendo un puchero-
-Y ¿si te beso?                                                                               
-Eso es un soborno… Y no esta bien.
-¿No? Pero yo sé que quieres que te soborne… -Dijo pegando sus labios a los de ella-
Elsa sonrió en los labios del pelirrojo y dejó que la besara, ese beso fue delicado y dulce, él la acercó un poco más hacia él, mientras ella rodeaba el cuello del pelirrojo con sus brazos.  En definitiva disfrutaban mucho estar juntos, él se sentía muy feliz y amado junto a ella, mientras ella se sentía llena, acompañada y al igual que él muy feliz, nunca en su cabeza se imaginó estar así con alguien, estuvo tan cohibida desde niña y tan restringida en su adolescencia que no había tenido más opciones de descartar esas posibilidades que ahora Hans le daba, el estar con él la hacia olvidar tantos años de soledad y aislamiento, su vida se había convertido en lo que ella creía imposible.
-¿Ves? Yo sabía que querías que te sobornara…
-Jajaja tienes un poder de convencimiento que en verdad me es difícil persuadir.
Ambos sonrieron mientras se miraban fijamente y unían sus frentes para de nuevo darse pequeños besos en los labios.
-Bien, ¿Qué dices? ¿Aceptas mi invitación?
-Esta bien… Pero con cuidado, no quiero lastimarme… Odio sentir dolor físico. No me gusta.
-No te va a pasar nada…
La tomo de la mano, llevándola hacia la puerta… No sin antes soltarla para poder salir, a pesar del tiempo que había pasado nadie o al menos eso ellos creían, se había dado cuenta de lo que pasaba entre los dos… Kai quien vivía pendiente de Elsa por que ese era su trabajo había notado cierta cercanía entre ellos y sospechaba que estuvieran juntos en secreto, sin embargo no se atrevía a decir o preguntarle nada hasta estar seguro, y de ser así esperaría hasta que ella le contara, él era casi como su padre sabía todo de ella, la conocía desde niña, la vio crecer y formarse hasta ser la reina que era hoy en día; a pesar de todo lo que la conocía no confiaba del todo en Hans, no le gustaba verlo cerca de ella, sentía miedo de que él la estuviera utilizando para nuevamente traicionarla o hacerle daño.
Hans beso la mano de Elsa antes de salir del lugar, al salir juntos de ahí miraron con disimulo que no hubiera nadie en el pasillo pues de igual forma sería sospechoso que ambos salieran de ahí como si nada después de todo lo que ocurrió. Caminaron juntos en silencio para dirigirse hacia las caballerizas, ambos caminaban separados uno del otro hablando un poco para disimular… Al llegar ahí y asegurarse de que estaban completamente solos la cosa era completamente diferente, el pelirrojo se acercó a la reina y sin medirse la abrazó por detrás  rodeándola completamente con sus brazos por la cintura para darle de nuevo un beso en la mejilla a lo que la rubia solo sonreía mientras se giraba para quedar frente a el y devolverle el beso en los labios de él. Ese era el Hans que a ella le encantaba, el que la mimaba y la besaba sin miedo, sin pena, sin ocultar lo que sentía por ella. Pasado un momento entre muestras de cariño, besos tiernos y risas mientras Hans alistaba ambos caballos.
-Bien, terminé, ¿estas lista?
-Uhmm si, supongo…
-No te preocupes, tú iras en Snow ella ya confía mucho en ti y no creo que te pase nada. Yo iré en el caballo de Anna… Y estaré junto a ti así que no tengas miedo.
-Bien…
Elsa quien aún tenía un vestido elegante como era costumbre dudo en subir a SnowFlake, miró a Hans quien la observaba por si necesitaba ayuda y con una graciosa seña le indicó que se diera la vuelta mientras ella se subía, Hans a punto de reír y rodando un poco los ojos se dio la vuelta para que ella se subiera… Al ella llamar de nuevo su atención se giró para verla, ella lucía tan perfecta como siempre, elegante e imponente, no pudo evitar sonreír mientras la observaba embobado.
-¿Nos vamos? –Dijo ella-
-Amm si, vamos.
Se subió al caballo y con un par de azotes empezó a andar, notó que ella se había quedado en el mismo lugar sin moverse siquiera.
-Elsa… No tengas miedo, solo azótala suavemente para que avance.
La rubia se quedó mirándolo, en sus ojos había miedo. Hans se acercó a ella en su caballo para ayudarla, se acomodó en la misma posición en la que SnowFlake estaba y tomó las riendas de la yegua mientras con mucha habilidad llevaba también el caballo de Anna, sacó ambos caballos de la caballeriza.
-Bien, ya estamos fuera, solo toma las riendas así… -Le mostraba a ella como hacerlo-
-¿Así? –Preguntó la rubia-
-Si, pero con más firmeza.
-¿Así? – Mientras más firmes sostenía las riendas de Snow-
-Muy bien, ahora solo haz esto… -Azotó el caballo de Anna haciéndolo avanzar- No muy fuerte… Algo leve para que sepa que debe avanzar.
La reina solo siguió la instrucción que el príncipe le daba… Al ver que Snow avanzó tranquila y sin acelerarse se sintió aliviada… Miró a Hans quien le sonrió orgulloso.
-¿Ves? No debes tener miedo, ahora si quieres que vaya más rápido… Cosa que tal vez no quieras aún solo dale un leve golpe con tus talones.
-¿Golpearla? No quiero golpearla… ¿Por qué querría golpearla?
-No es golpe, solo le avisas que quieres ir más rápido.
-Bien, pero no me siento lista para eso aún.
-Esta bien, solo iremos despacio, quiero enseñarte un lugar… Se que te va a gustar.
Los dos avanzaron a una velocidad media hasta donde Hans quería llevarla, él había visto ese lugar cuando había ido en busca de ella después del incidente de la coronación… Sin embargo lo había vuelto a ver completamente descongelado. Pasada al menos media hora estaban llegando finalmente el trayecto había sido tranquilo, Snow había sido buena chica con Elsa y no hubo inconveniente, ella ya estaba más tranquila, confiaba más en su yegua y no tenía miedo.
-Llegamos…
Al llegar Elsa quedó impactada, era un lugar hermoso lleno de vida y de vegetación por doquier, se encontraban en la cascada que quedaba hacia la montaña, no muy lejos de su palacio de hielo, la misma cascada que ella había congelado el día de la coronación. 
-Esto es hermoso… -Dijo la rubia mirando todo el lugar-
-Lo sé, quería compartirlo contigo. –Dijo Hans bajándose del caballo-
-Nunca había estado aquí… Bueno, no de esta manera.
El pelirrojo hizo un sonido e hizo a Snow inclinar sus patas delanteras, para ayudar a bajar a Elsa, la tomo de la mano mientras ella acomodaba su vestido.
-¿Ya no tienes miedo?
-No, ella es una chica buena y no fue rápido esta vez. –Dijo acariciando a Snow-
Hans se acercó a ella, la tomo por la cintura acercándola hacia él.
-Amo verte tan feliz…
-Tú eres quien me hace feliz…
-No, tú en verdad me haces feliz, eres como un ángel.
-Así me decía mi mamá…
-Ella tenía razón, eres un ángel…
Elsa se sintió feliz al oír esas palabras, hace mucho nadie la llamaba así… Hans tomó la mano de ella con delicadeza, la llevó hasta debajo de uno de los arboles que habían en el lugar, uno cerca de la cascada y se sentó ahí con ella, acomodándola en medio de sus piernas, haciéndola recostar en su pecho, era como ambos disfrutaban pasar su tiempo juntos mientras hablaban de muchas cosas irrelevantes, de vez en cuando uno que otro beso interrumpía su conversación una caricia suave o un simple abrazo.
-¿Te digo algo? –Preguntó la rubia-
-Puedes decirme lo que quieras ángel…
-Pronto será el cumpleaños de mi hermana… No sé que haré.
-¿Qué quieres hacer? Deberías hablar con ella…
-¿Y si no quiere verme? Tal vez me este odiando por dejarla ir a pasar necesidades, esta embarazada muy seguramente durmiendo en el suelo. Por mi culpa…
-¡No! No quiero que digas eso, en serio deja de culparte por las decisiones de ella, tú no la echaste del palacio de nuevo, ella sola decidió irse. –Dijo Hans molesto-
-No te pongas molesto conmigo… Es solo que sé que ella podría estar mejor ahora.
-…
-Hans… No te enfades conmigo.
Se le veía al joven príncipe bastante molesto, odiaba que ella siempre se culpara de todo lo que le pasaba a Anna.
-Odio que te culpes por las cosas que tu hermana hace… Ella ya es mayor, supongo que es consiente de todo lo que hace y las consecuencias que eso lleva, tú deja de culparte por todo lo malo que a ella le pasa, ella ya no es una niña Elsa. –La regaño-
Elsa solo se quedó en silencio, el en parte tenía razón Anna ya era una mujer adulta.
-Tu… Nunca me habías hablado así.
-Lo sé, y lamento hacerlo pero en serio detesto que siempre tengas mil cargas encima como si ser reina de Arendelle no fuera suficiente… Odio que siempre estés culpándote de todo, es como si no pudieras ver lo maravillosa y buena que eres.
-Hans… -Dijo con la voz hecha un susurro-
-¡Basta Elsa! Deja de hacerte esto a ti misma.
-…
-Lo lamento… En verdad lamento decirte esto, pero me duele verte siempre sintiéndote mal contigo misma. Y más por cosas que no tienen que ver contigo.
-Si tiene que ver, por que Anna es mi hermana y quiera o no es mi deber cuidar de ella.
-Si, es tu deber pero no tú obligación, ella se fue, por voluntad propia.
-No voy a discutir más contigo Hans, solo te dije esto por que pensé que podía contarte todo, por que me dijiste que podía contarte todo lo que me lastimara, pero esta visto que no puedo así que mejor me voy. –Dijo enfadada y poniéndose de pie-
-Elsa, espera… -Se puso de pie para ir tras ella-
-…
-Elsa, lo siento… Ya, ven. –La tomó del brazo-
-Déjame. – Se soltó bruscamente de él.-
Eso llenó a Hans de ira y lo que hizo después de eso nunca en la vida pensó hacerlo. Tiró nuevamente y con fuerza del brazo de la rubia, a lo que ella solo lo se quedó inmóvil… Sintió miedo ante la reacción de él. El pelirrojo la halo hacia el con fuerza y sin darle tiempo de nada la abrazó fuerte contra su pecho. Elsa quedó inmune ante el abrazo estaba petrificada, él había sido duro con ella, y después solo la abrazaba, se llenó de ira y trató de separarse de el.
-Suéltame… -Decía mientras trataba de deshacer el abrazo-
-Cálmate Elsa. –Le dijo tranquilamente-
-No, suéltame.
-No, no te voy a soltar hasta que te calmes.
La rubia suspiró en el pecho del joven mientras cerraba los ojos… Inhalo su aroma y trató de tranquilizarse… Al soltar el airé de sus pulmones ya se sentía mejor.
-¿Ya? ¿Estas tranquila?
-No. –Respondió mientras lo abrazaba-
-Por tu abrazo siento que si… -La soltó y la separó de él-
-…
- No quiero pelear contigo.
-Tú empezaste… Y no debes tratarme así Hans no con tal grado de fuerza.
-Perdóname… No quería lastimarte.
-Lo sé… No lo vuelvas a hacer. –Dijo ella seriamente-
-Perdón.
Ambos se separaron por un momento… Hans no supo que le ocurrió en ese momento, su intención no era lastimarla, su intención era no dejarla ir.
-Creo que lo mejor es que volvamos al palacio. –Dijo la rubia.-
-No, no nos vamos a ir sin hablar de esto.
-¿De que?
-De lo que acaba de pasar, en verdad perdóname no quería lastimarte.
-Estoy bien, no fue nada.
-No, en tus ojos vi miedo y no quiero que sientas eso.
-Hans… No puedes solo dejarte llevar de la ira, y tampoco puedes tocarme de esa forma. La próxima vez que ocurra será todo… Debemos irnos. –Finalizó acercándose a Snow-
-Si señora…
Ambos se subieron a sus respectivos caballos y sin mencionar palabra ninguno de los dos se dirigieron finalmente hacia el palacio de nuevo, durante el recorrido de vuelta ninguno dijo absolutamente nada, Hans se sentía apenado por haber reaccionado así, pero en ese momento había sentido miedo de perderla, sin embargo eso no era excusa, mientras ella solo pensaba en volver a su palacio y pensar en que hacer con Anna. Hans había pasado a segundo plano después de lo que había pasado, lo seguía queriendo a pesar de todo, pero sintió miedo aunque no sabía de que si a la final ella podía defenderse sola e incluso usar sus poderes contra él pero no era capaz de hacerle daño. Al llegar a las caballerizas casa uno se bajó de su corcel, sin decir nada Elsa se acercó a Hans para despedirse de él.
-Te veré después. –Dijo seria, se estiró un poco y le dio un beso en la mejilla.-
-Si, descansa.
Hans la iba a dejar alejarse, pero la tomó de la mano.
-Elsa, espera.
La rubia se giro para mirarlo.
-No quiero que sientas miedo… Te amo y no quiero perderte por esto.
Esas palabras la dejaron sin aliento, las piernas no le respondían, solo fijó su mirada en él, las palabras no le salían, no pudo pensar en nada, solo se repetía una y otra vez lo que el pelirrojo acababa de decirle.
-No quiero perderte… Solo tú haz cuidado de mí y no hay justificación para lo que te hice hace un momento. No quiero que me odies.
-Yo… No te puedo odiar.
-¿No?
-No, solo no lo vuelvas a hacer nunca.
Hans tomó la mano de ella y la puso en su pecho.
-Con tu manita en mi corazón te lo prometo, no va a volver a pasar.
Elsa sonrió y se acercó de nuevo a él, le dio un tierno beso en los labios, el cual el correspondió gustoso, la tomo por la cintura acercándola más a su cuerpo, el abrazo se tornó mas fuerte mientras seguían besándose, cada segundo que pasaban besándose era mágico el amor que ambos sentían evidentemente era correspondido, el miedo, la rabia y la ira que habían sentido los dos se había ido por completo dándole por completo paso a ese amor tan grande que sentían el uno por el otro, por fin habían dejado de estar solos y eso era lo que los llenaba por completo. Al deshacer el abrazo Hans la besó de nuevo en la frente.
-Debemos ir al palacio… Es hora de cenar. –Dijo la rubia.
Hans solo la siguió hasta el palacio sin soltar su mano, entraron juntos a la vista de todos y no les importó, pasaron junto a varios guardias, junto a la servidumbre, junto a Kai y Gerda, todos estaban sorprendidos, ya no importaba nada. Al llegar a la puerta del gran salón Elsa besó de nuevo al joven delante de todos, para finalmente entrar y cenar a solas con él. Cenaron juntos, al terminar de comer Hans llevó a la reina hasta sus aposentos para finalmente despedirse de ella con un tierno beso antes de que ella entrara a descansar.

Hola niñas aquí una nueva actualización, espero que les haya gustado, mucho #Helsa para la banda... No olviden comentar,votar,e invitar a más gente a leer esta historia ya que esto me motiva mucho a seguir escribiendo les envió un abrazo a todas y nos vemos en una próxima actualización. 
Byeeee 👋 😉 ❄

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