CAPÍTULO 8 (ME SIENTO DIFERENTE)

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CAPITULO 8

Elsa se encontraba recostada en su cama, y a su lado su doctor quien ya después de haberla revisado y darle el parte medico se disponía a retirarse de los aposentos de la reina, cuando de repente, entró Anna corriendo hacia su hermana mayor.
-¡Elsa! ¿Qué ocurrió? ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?
La rubia solo pudo mirar a su hermana con ternura, pues la pelirroja estaba muy preocupada.
-Estoy bien, no me pasó nada.
- Me dijeron que pediste que el medico real viniera a verte, y que estabas muy ofuscada. ¿Por qué el medico esta aquí si no te paso nada?
El medico solo podía ver como la mas pequeña invadía de preguntas a su hermana mayor.
-Tranquila princesa Anna, ya la revisé y esta bien… Solo fue el susto debe descansar y mantenerse tranquila majestad, en realidad el golpe no es tan grave pero le sugiero que si siente dolor intenso tome un baño de agua caliente y si persiste el dolor me comuniquen de inmediato.
-¿Golpe? ¿Qué golpe?
La monarca solo se quedo viendo a su hermana menor, no quería decirle a cerca del incidente que había tenido, ya que esto involucraba a Hans Weestergard y muy seguramente no le iba a gustar mucho.
-Emmm yo me retiro para que puedan conversar.
El medico hizo una reverencia a ambas y salió de la habitación. Mientras Elsa solo quería evitar esa charla con su hermana, quien en realidad se mostraba muy preocupada.
-¿Qué ocurrió? ¿Por qué te golpeaste? (Dijo sentándose junto a su hermana)
-No fue nada grave, solo estaba en las caballerizas y…
-¿En las caballerizas? ¿Qué estabas haciendo en las caballerizas?
-Solo… Fui a… A que Hans leyera la carta que debo enviarle a su padre.
-No tienes que hacer eso, eres la reina. Puedes enviar la carta sin necesidad de que Hans la lea.
-Lo sé, solo quería que supiera que hizo mal en desobedecerte y que eso tuve que comunicárselo a su padre.
-No te creo.
-¿Qué? (Miró extrañada a su hermana) ¿Y yo por que te mentiría Anna?
-Por que me dijiste que no me acercara a las caballerizas, pero tú si lo puedes hacer bajo esa excusa.
-Anna no es una excusa, en realidad quiero que el entienda que hizo mal…
-Claro, y te tienes que acercar a el… ¿Qué no entiendes? Quiso matarnos a las dos, y ahora me entero que te golpeaste.
-En realidad fue culpa mía, de hecho si Hans no hubiese estado cerca, yo me habría caído del caballo y hubiera sido peor.
-¿Qué? ¿Qué caballo? ¿Desde cuando te interesan a ti los caballos?
-Anna tranquilízate.
-No. No me voy a tranquilizar hasta que el vuelva a las islas del sur, no lo quiero aquí en nuestro reino, ni cerca de nuestros caballos, ni del castillo, ni de ti, ni nada. (Dijo con la voz entrecortada y al borde de las lágrimas)
-Anna… No tienes que llorar.
-Entiende… Eres lo único que me queda, y no quiero que te pase nada. Yo… No soportaría perderte.
La rubia solo podía ver como lloraba su hermana menor y sintió mucha pena por hacerla sentir así, no quería que su hermanita llorara por su culpa.
-Anna, lamento preocuparte.
-Yo… Sentí mucho miedo cuando me dijeron que habías ordenado que viniera el medico.  Pensé lo peor. (Decía la menor sollozando y abrazando a su hermana)
Elsa correspondió al abrazo de su hermana, no pensó que se hubiera asustado tanto.
-No me pasó nada, estoy bien. Solo fue el susto.
-¿Por qué te asustaste? (Dijo deshaciendo el abrazo y secándose las lagrimas)
-Uhmm bueno, por que yo… Yo nunca había visto a mi Yegua y Hans quiso enseñármela, es muy bella y yo me emocione y subí a ella.
-Pero tú no sabes montar.
-Yo sé pero… Hans quiso enseñarme a hacerlo y en realidad…
-En realidad se quiere deshacer de ti. (Interrumpió)
-No, Anna… No, no el solo quería enseñarme y yo acepté hacerlo así que me subí y Hans me guió por la caballeriza hasta que me cansé y le pedí que me llevara afuera y me dijera como la hacia avanzar yo sola.
La pelirroja escuchaba cada palabra que su hermana mayor decía, tratando de encontrar entre líneas algo de lo que culpar a Hans.
-Yo solo entré en pánico, haciendo que las riendas se congelarán, y lastimaran a SnowFlake y ella se asusto, empezó a aumentar la velocidad, no la supe controlar así que a medida de que ella corría más rápido Hans también y en realidad si el no la hubiese alcanzado y frenado yo tal vez habría caído de esa altura y me habría hecho más daño. El solo me ayudó a no caer de ella.
-¿Y por que te golpeaste?
-Emmm bueno… No fue culpa de Hans, si eso es lo que piensas… El solo hizo que Snow frenara.
-¿Y que pasó?
-Bueno cuando la pudo detener, me levante un  poco brusco de la silla y caí de nuevo… Pero…
-¿Qué? ¿Te…
-Estoy bien no me paso nada.
-Ese golpe puede ser serio… ¿Lo sabes verdad? (La regañó)
-Si, lo sé. Yo sé.
-¿Y por que no te sentaste como te enseñó mamá?
-Por que pudo ser peor, estaba en vestido, la capa es larga… Podía haber resbalado y ahí si caer del caballo… Me podía lastimar peor.
-Ok… tiene sentido, pero lo que no tiene sentido es que le lleves la idea a Hans, eso no tiene ni pies ni cabeza.
-Anna, no fue culpa de el… Fue culpa mía… Yo solo quería ver a mi caballo, nunca lo había visto.
-No quiero que vuelvas a hacer eso.
-Anna, yo…
-No, no lo vas a hacer de nuevo.
-No me puedes prohibir acercarme a mi Yegua.
-No, no te prohíbo acercarte a tu Yegua, te prohíbo que te acerques a Hans.
-Soy la reina, no me puedes prohibir eso…
-Soy tu hermana, y me preocupo por ti. Por eso te lo prohíbo.
-Anna no fue culpa de él… Fue culpa mía.
-No, no me interesa.
-¡ANNA! ¡TRANQUILIZATE YA! YA ES SUFICIENTE, TU NO ME PUEDES HABLAR ASÍ…
De repente la rubia hizo una mueca de dolor.
-Ssssss ay. Uhmmm
-¿Te duele verdad?
-No… (Dijo mientras se acomodaba en su cama)
-No… No… ¿No estas… ya sabes…? ¿Sangrand…
-No (La interrumpió)
-Esta bien… No, no quiero pelear contigo Elsa.
-Déjame sola, quiero descansar.
-Perdón por mi insolencia, pero es que… Me reocupa que.
-¿Qué te preocupa? En verdad quiero saber… ¿Qué me enamore de Hans? No, eso no va a pasar por que yo le puedo dar asilo, comida, y un lugar donde dormir pero a mi no se me olvida que te negó un acto de amor verdadero y te dejó para que por mi culpa terminaras de congelarte, tampoco se me olvida que hizo que me encadenaran y puso a todo el mundo en mi contra con el duque de Wesselton. A mi no se me olvida que él no dudo en empuñar su espada en contra mía haciendo que tu te sacrificaras por mi, y me hiciera vivir uno de los momentos más horribles de mi vida haciéndome creer que yo te había congelado con mis poderes… ¿Tu crees que yo le perdonaría todo eso? ¿Crees que me enamoraría de un hombre así? El demostró que clase de persona es… Y créeme que no ah cambiado en nada mi opinión a cerca de él.
- Perdón…
-Déjame sola…
-¡NO! Me voy a quedar aquí contigo, por que estas convaleciente y sientes dolor (Dijo mientras se subía a la cama)
-…
Elsa no quería del todo quedarse sola pues mientras estaba sobre Snowflake, pensó que no volvería a ver a su hermana. En ese momento solo pudo pensar en que iba a morir y que dejaría a su hermana sola, sin embargo también pensaba en la forma que Hans había corrido detrás de la yegua para después alcanzarla y ayudarla, no sabía si en realidad el muchacho había cambiado o si lo hacia por puro compromiso, por no ser enviado a altamar si a ella le hubiese pasado algo.
-¿Te duele?
- Un poco, bueno… solo siento un poco de incomodidad.
-Bien… ¿Quieres que te traiga algo?
-No… Bueno, si. ¿Quieres pasarme ese libro que esta allá? (Señalaba un libro de pasta negra)
-Bien… (Se baja de la cama y le lleva el libro, al entregárselo en la mano…) Creo que deberías descansar.
-Estoy descansando, no significa que no pueda leer.
-Pero…
-Descansar no significa que deba dormir, estoy guardando reposo y quietud… A demás no tengo sueño.
Anna se subió de nuevo a la cama y se acomodo junto a su hermana mayor, para ver que había en el libro. Al ver el libro que Elsa sostenía en sus manos sonrió.
-Ese libro nos lo leía mamá cuando éramos niñas. ¿Lo recuerdas? Antes de dormir en cuartos separados.
-Si, lo sé… Recuerdo que te acomodabas en mi cama y hacías que papá nos acariciara las manos mientras mamá leía, hasta que nos quedábamos dormidas. Después papá te llevaba a tu cama y te cobijaba. Me gusta leer este libro cuando me siento alterada, o angustiada, o triste… Me tranquiliza y me hace sentir mejor.
-Juummm si… (Anna tenía lágrimas en los ojos y no había podido evitar extrañar a sus padres y llorar)
-No llores…
-Perdón… Es que los extraño mucho (Dijo mientras ponía su cabeza en el hombro de su hermana mayor)
-Yo igual… Me hacen mucha falta los dos. Pero me duele más por que yo no fui a despedirme de ellos, no fui al funeral ni nada…
-No es tu culpa… Estabas aún muy insegura de tus poderes.
-Si… Pero igual me siento mal por eso. Debí ser más valiente y estar a tu lado en ese momento.
-Yo… Creo que todo pasó como debía pasar. No es tu culpa, yo sería incapaz de culparte por algo así. Desde que supe por que nos separaron eh entendido más tu posición y me ah sido sencillo entender todo.
-Gracias… Bueno, déjame leerte el libro ¿si? (Le decía mientras secaba las lágrimas de la menor y le sonreía para tranquilizarla)
-Esta bien…
Elsa empezó a leer el libro a su hermana menor mientras ambas iban leyendo fueron conciliando el sueño. Elsa se quedo dormida con el libro en la cara, mientras que Anna despertaba de un breve sueño, al voltear a ver a su hermana rió para si misma pues se veía graciosa con el libro sobre su cara mientras dormía, con cuidado para no despertarla se bajó de la cama, con cuidado le quito el libro para cobijarla, le dio un beso en la frente y salió de la habitación llevándose consigo el libro, para leerlo antes de dormir.
A la mañana siguiente y sin que aún saliera el sol la reina abría lentamente los ojos, ya se sentía más tranquila, notó que su hermana no estaba y se acomodo un poco mejor para poder dormir un poco más, sin embargo sentía que había descansado suficiente… Solo se quedó recostada pensando en lo que había ocurrido el día anterior, estaba encantada con su yegua y quería seguirla viendo sin embargo no quería volver a montarla tenía miedo de lastimar al animal por su forma de reaccionar. Tampoco entendía por que Hans había hecho lo que hizo… Corrió a ayudarla, no sabia si lo había hecho para protegerla o para que no lo culparan por si algo le pasaba a ella, era una situación confusa… Pensó en el regreso a la caballeriza, la forma en la que Hans había subido a su yegua sin decirle nada, y la forma tan gentil y caballerosa en la que la había ayudado a bajar del animal, su preocupación por ella y por el posible daño que se había hecho. No quería pensar que el ex príncipe sentía algo más por ella debido a su generosidad de haberle dado asilo y salvarlo de morir en altamar. Tal vez el no era una mala persona, solo que según lo que el le contaba muy pocos miembros de su familia eran amables con el por ser el menor, creció con ese resentimiento y esa angustia de no ocupar un lugar, un reino en el que el pudiera ejercer un mandato… La vida de el no había sido tan sencilla como cualquiera podía pensarlo, al igual que la de ella. Sentía un leve dolor bajo… No quería pensar en que tal vez… Solo tal vez por el golpe se hubiese hecho daño. Una mujer sin su virtud no era una mujer digna, ya era suficiente sentirse un monstruo de vez en cuando por sus poderes ahora para sentirse menos por no conservar su virginidad a causa de un golpe… Tal vez así nadie la iba a querer. Alejó ese pensamiento de su mente y se llevo la mano izquierda al vientre y suspiró para por fin ponerse de pie… Se dirigió al baño con gran dificultad sentía un poco de dolor, pero no quería estar en cama todo el día por algo tan insignificante. Llenó la bañera con agua caliente, cosa que no había hecho nunca, con la mano derecha toco un poco el agua, esta estaba muy caliente… Hizo una mueca de fastidio pues el agua caliente no le agradaba mucho, dejó que se llenara la bañera mientras cepillaba su pelo de pie frente al espejo del baño, revisaba con mucho detalle cada una de sus facciones y cada pasada que le daba a su cabello, finalmente sonrío y se despojó de su camisón no sin antes probar nuevamente la temperatura del agua, sin pensarlo con sus manos hizo unos finos y delicados movimientos para hacer un poco de nieve y nivelar la temperatura. Se introdujo en la bañera despacio cuidando no caerse… Recostó su cabeza en el borde de la bañera mientras se acostumbraba a no sentir el agua helada como a ella le gustaba, era una sensación extraña estar rodeada de agua tibia, siempre desde pequeña se había acostumbrado al agua fría, no le molestaba en lo absoluto, empezó a jugar un poco con su magia. Trataba de formar varias figuras, le causaba curiosidad si el estar rodeada de agua tibia hacia cambiar en algo sus poderes, sin embargo con asombro notó que todo estaba igual podía hacer nevar sobre ella, podía formar figuras y deshacerlas sin ningún problema, finalizadas las pruebas que había hecho con sus poderes y contenta de saber que todo seguía igual con sus poderes se dispuso a disfrutar más el baño de agua tibia. Se quedo un rato sentada en la bañera para mitigar un poco el dolor que sentía… Finalmente cuando se sintió mejor salió del baño rodeada de una toalla azul cielo, se sentía mucho mejor el dolor ya casi ni lo sentía, se acerco a su tocador se puso crema en el cuerpo y se vistió, no se sentía con ganas de usar algo tan formal como solía hacerlo así que con sus manos hizo un conjunto que iba compuesto de un pantalón azul casi blanco con unos botines pequeños que llegaban a sus tobillos y una blusa de tirantes color azul cielo acompañado de un saco muy delgado blanco con mangas largas, brillantes con forma de copo de nieve y una capa que llegaba casi debajo de sus posaderas… Se miró al espejo y se peino de nuevo el pelo para recogerlo en una trenza como de costumbre, sin embargo quería verse diferente… Soltó la trenza y la recogió de nuevo desde la parte alta de su cabeza hasta la mitad de su nuca, dejando el resto de cabello suelto, se sentía mucho mejor que en días pasados y quería verse diferente. Al verse por ultima vez en el espejo y sentir agrado por lo que veía se dispuso a salir de su habitación dirigiéndose hacia su despacho para empezar a trabajar.
-¡Buenos días majestad! Espero que haya podido descansar y que hoy se sienta mejor.
-Buenos días Kai, me siento muy bien hoy dormí muy bien gracias.
-¿Se siente bien alteza? ¿Le duele algo?
-No, me siento muy bien.
-Bien, si siente algún dolor por favor hágamelo saber y de inmediato llamaré al medico real.
-Esta bien, aun que no va a ser necesario, lo de ayer solo fue un susto me siento mucho mejor.
-Bien majestad, se ve muy bien y con mejor semblante el día de hoy y si me lo permite su majestad, se ve muy bella.
Elsa solo sonrió de forma dulce y agradeció el cumplido del mayordomo.
-Gracias Kai, eres muy amable.
-De nada majestad, si desea puedo hacer que traigan su desayuno al despacho.
-No, no te molestes, esperare a desayunar con mi hermana y lo haremos en la mesa del gran salón.
-Bien su majestad, sobre su escritorio puse la correspondencia del día de hoy, llegaron nuevamente más cartas de sus varios pretendientes, no se si quiere que me deshaga de ellas.
Elsa miró la pila de cartas que había en el escritorio, nuevamente príncipes y reyes cortejándola, era una labor tediosa que planeaba dejar para el final del día.
-No, déjalas… Quiera o no, debo responderlas.
- Bien su alteza ¿necesita algo más?
- Si, olvide ayer entregarte la carta para el rey de las islas del sur, debemos enviarla hoy. Debí enviarla ayer pero… Con lo que ocurrió lo olvidé.
-No hay problema su majestad, ya mismo la envío.
-Gracias por tu ayuda.
El hombre salió del despacho después de hacer una reverencia, y Elsa se dispuso a trabajar. Tomó importancia a las cartas que tenían asuntos diplomáticos para empezar con sus labores reales tal y como estaba la orden del día, empezó a leer carta por carta para empezar a contestar todas y cada una de ellas, ya estaba en la carta número diez cuando se dio cuenta de que el sol ya había salido. Su hermana no había llegado al despacho aún pero supuso que estaba dormida, sin embargo iba a necesitar su ayuda con el resto de cartas… Estaba muy concentrada leyendo cuando sintió que la puerta del despacho se abrió, y sin levantar la mirada.
-Creí que estabas profunda y habías olvidado a tu hermana con este montón de cartas Anna, hay mucho que hacer hoy, ya adelanté lo que más pude sin embargo tengo hambre y no quería desayunar yo sola así que te espere para que desayunemos juntas.
- Buenos días majestad.
Elsa al escuchar la voz, que evidentemente no era de su hermana inmediatamente levantó la mirada hacia la puerta y quedó en shock.
-¿Qué esta haciendo en mi despacho Hans? No debería estar aquí, Anna puede llegar en cualquier momento y ella no dudara en llamar a los guardias. Le rogaré que se retire.
-Majestad… Permítame, solo quería saber como estaba. Me quedé preocupado después del incidente de ayer y en me siento muy apenado.
Elsa solo podía escuchar los titubeos del joven que tenía en frente. Se veía sumamente preocupado y no paraba de disculparse y hablar.
-Solo quería saber que se encuentra bien, y me alegra que no haya pasado a mayores.
-Bien… Gracias.
Siguió leyendo la carta que tenía en la mano…
-¿Majestad?
Elsa cerró los ojos un tanto impaciente pues no quería que Anna llegara y lo viera hablando con ella.
-Dígame…
-¿Esta molesta?
-… (La rubia abrió los ojos y alzó la mirada hacia el ex príncipe)
- Me refiero… Bueno… Yo… por lo de ayer.
-Uhm no, fue culpa mía… No debí seguirle la corriente.
-No majestad, fue culpa mía insistirle tanto. Mi intención no era que se hiciera daño. Yo solo quería…
-No me paso nada, solo fue el susto. Puede retirarse, en verdad no quiero que Anna lo vea Hans.
-Si, lo lamento majestad.
Elsa continúo con la carta que tenia en la mano hasta que de nuevo la interrumpió.
-Reina Elsa.
-¿QUÉ HANS? ¿QUÉ QUIERE? Estoy muy ocupada, en verdad tengo mucho que hacer y usted solo me distrae de mis labores. (Dijo levantando nuevamente la mirada un tanto enojada hacia el chico)
-Lo siento… Quería entregarle esto.
El joven llevaba en su mano derecha, atrás ocultas en su espalda un ramo de flores blancas y rojas que había cortado de uno de los jardines, se acercó al escritorio de Elsa y con cuídalo las puso en frente de ella. Elsa lo miró desconcertada.
-Me retiro su alteza, que tenga buen día.
No le permitió decir nada a ella, solo salió rápido del despacho sin decir nada más. Elsa solo podía mirar las flores sin poder pensar en nada… Estaba desconcertada, no entendía que estaba pasando. Se puso de pie, rodeó el escritorio, se acercó a las flores y con delicadeza tomo una de las flores blancas, se quedó observando sin saber que pensar.
En el fondo sintió pena por Hans se veía preocupado por lo que había pasado, pero había dos opciones en verdad estaba preocupado por ella, o estaba preocupado por lo que le pudiera pasar a el por haber hecho que la reina de Arendelle se lastimara por su culpa, sin embargo solo pudo entender que ese gesto de las flores no era algo, que esperaba y menos por parte de el. Con sus manos hizo un florero de cristal de hielo y coloco las flores dentro, para dejarlas sobre el escritorio en frente de ella. Trataba de concentrarse y retomar la carta que estaba leyendo, sin embargo el olor de las flores y su color la distraían, no podía pensar en otra cosa que no fueran las flores… Eran muy bellas, sintió que la puerta se abrió y trato de disimular su distracción haciendo como si estuviera leyendo la carta.
-¡Buenos días!
-Buenos días… Casi noches. Llegas tarde Anna, hay mucho que hacer.

Hola niñas lamento la demora,espero que esten disfrutando la historia,no olviden comentar y votar. Eso me motiva más para seguir un abrazo a todas y hasta la próxima actualización.
👋😊
Byeee

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