CAPÍTULO 22 (ALGO BUENO EN TÍ)

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La luz del sol, entraba por la ventana de los aposentos de la reina… Iluminaba sutilmente el lugar, lentamente y con breves recuerdos del día anterior Elsa despertaba, las ganas de llorar por su hermana la tentaban de nuevo, se sentía agobiada y triste. Se removió un poco en la cama, sus ánimos estaban completamente ausentes, por primera vez en su vida no sentía ganas de salir de su cama, el cansancio era aplastante, sentía que no había un motivo para levantarse. Se quedó un momento observando hacia la pared y la ventana su único pensamiento era Anna, -¿Habrá dormido bien? ¿Pasaría frio?- Un par de lagrimas salieron de sus ojos, suspiró y apesadumbrada se sentó en la cama aún cubierta por las cobijas, se secó las lagrimas, junto a ella a un costado de su cama y sentado en el suelo notó a Hans completamente dormido… Se quedó observándolo un momento, ¿Cómo era posible que él hubiese pasado la noche ahí en el suelo? Le causo algo de ternura verlo ahí, lentamente y tratando de no despertar al pelirrojo se acercó a el sin salir de la cama, delicadamente con una de sus manos acarició lentamente el cabello de él, no quería despertarlo sin embargo debía hacerlo estaba en una posición bastante incomoda muy seguramente al despertar el sentiría dolor de espalda… Sin notarlo sonrió levemente, su pensamiento anterior desapareció por completo y por alguna extraña razón no podía dejar de verlo, le causaba curiosidad ese hombre que había pasado la noche en su habitación, había sido bueno con ella en ese momento de tristeza y desolación, el se había quedado, había sido bueno con ella, y no era la primera vez que la había cuidado mientras dormía, lo había hecho la vez que se quedó dormida en el bosque junto al fiordo.  Con suavidad y evitando que Hans se exaltara se acercó un poco más a él, con sus delicados dedos acarició las patillas del joven, mientras que con voz baja y dulcemente lo llamó.
-Hans… Despierta.
El pelirrojo suspiro aún dormido, lo cual le causó gracia a la rubia.
-Hey… Hans, oye.
-Uhmm
-Hans.
El pelirrojo se despertó de inmediato al escuchar la voz de Elsa, haciéndolo exaltarse y levantar la cabeza de inmediato, algo asustado miró alrededor y se encontró con la mirada asombrada de Elsa.
-Majestad… Yo… Lamento haberme quedado dormido en…
-Tranquilo… No pasa nada.
Hans se quedó un momento sentado en el suelo tratando de procesar lo que había ocurrido la noche anterior, su cerebro aún estaba adormilado. Elsa lo observaba con ternura, se movió un poco en la cama para hacerle espacio y permitirle sentarse junto a ella, con un par de golpeteos sobre la cama el joven captó el mensaje se puso de pié y se sentó a su lado.
-¿Cómo amaneciste? –Preguntó el pelirrojo-
-Bien, un poco mejor. –Dijo la rubia con una mueca de tristeza al recordar a su hermana-
-Uhmm ¿Ya estas más tranquila?
-Si, algo…
La mirada de Elsa se entristeció.
-Lamento haberme dormido en tu habitación, pensé en salir una vez te durmieras, pero preferí quedarme por si necesitabas algo, además seria incomodo encontrarme con alguien si salía de aquí en plena madrugada. Pensarían lo que no es.
Las palabras que el menciono –“Pensarían lo que no es”- se repitieron de nuevo en la cabeza de la reina.
-Ammm si, entiendo… Sin embargo gracias por quedarte, en verdad… Me ayudaste mucho ayer, de verdad gracias por escucharme.
-No fue nada… Tú estabas muy alterada y necesitabas desahogarte.
La rubia sonrió amablemente al pelirrojo.
-Y… ¿Es cómodo el suelo?
-Jajaja algo… Después de un par de horas es cálido.
Elsa rió al comentario de Hans, para observarlo de nuevo, pasaron un par de minutos más mirándose uno al otro. Elsa estaba más tranquila, por extraño que parezca Hans la hacia olvidarse de todo lo que estaba pasando.
-Bien, me retirare… Supongo que quieres bañarte y cambiarte de ropa.
-Uhm si… No siento muchas ganas de nada, pero tengo un reino a mi cargo y no puedo dejar mis deberes a un lado… Debo seguir como si nada ocurriera.
-Si… Bien, emm ¿Estarás bien sola?
-Si… Voy a estar bien.
-Esta bien, te veré luego. Adiós…
Cuando Hans se disponía a ponerse de pié, Elsa lo detuvo.
-Espera… Hans, muchas gracias por… Estar aquí.
Sin pensarlo dos veces y para sorpresa del joven la rubia se acercó a él para darle un beso en la mejilla.
-Gracias por no dejarme sola.
Hans le devolvió el gesto con una sonrisa.
-Te veré luego.
Elsa asintió dejando que el joven se alejara de ella para finalmente salir de la habitación.
Al salir de ahí Hans sentía que el corazón se le iba a escapar del pecho, se quedó un momento de pié junto a la habitación de la reina pero escucho como alguien se acercaba y decidió alejarse rápidamente. Por su parte Elsa volvió y se recostó en su cama, se quedó pensando como algo de bondad podía cambiar a una persona, él definitivamente era otro… Sin embargo aún era difícil para ella creer que el había cambiado por completo, ya una vez la había engañado a ella y a su hermana menor, no podía confiar del todo en el, y menos ahora que se encontraba sola… Finalmente ya no había nada importante que perder, lo único que ella protegía y amaba sobre cualquier cosa se había ido por su culpa, probablemente para ya no regresar. Pasados unos minutos decidió levantarse y alistarse para ir a trabajar, -Mi trabajo me mantendrá ocupada- Pensó, no quería seguir llorando, no quería estar deprimida por más difícil que fuera, extrañaba a su hermana pero ella no podía descuidar su reino por una decisión que solo Anna había tomado, salió de su habitación y se dirigió hacia su despacho. Al entrar el panorama era desolador, gran parte del lugar estaba congelado, los documentos estaban húmedos, las cartas que había dejado a medio contestar tenían una fina capa de hielo que las cubría por completo. Resignada a que su trabajo seria más difícil y pesado de lo acostumbrado suspiró para finalmente llenarse de valor debía empezar a descongelar todo… Tomo varios documentos en sus manos y al ver que era imposible entender la letra pues la tinta estaba regada por el papel debido al hielo despegó varias hojas que estaban unidas, se acercó a la ventana para abrirla y puso algunas hojas a secar en el marco de la misma… Se dirigió a su silla, observo todo el lugar y lo sola que estaba. Alguien tocó la puerta para llamar su atención.
-¿Majestad?
-Adelante…
-Buenos días alteza… ¿Se siente mejor?
La rubia asintió dulcemente a su mayordomo.
-Me alegra mucho majestad, nos preocupamos mucho ayer en la noche…
Elsa lo miró extrañada.
-Me refiero… No a que congelara todo de nuevo… No, me refiero a que estaba alterada y no quiso cenar, ni nada. Me duele verla triste alteza.
-Lo sé, perdóname Kai… No es mi intensión solo, no sé que pensar de todo lo que ocurrió ayer.
-La entiendo, fue algo sorpresivo para todos, en especial el que ella se fuera.
-Fue decisión de ella Kai y yo no la iba a detener…
-Lo sé alteza, sin embargo y con todo respeto una actitud diferente hacia ella hubiera hecho todo diferente, ¿No lo cree? Ella es más joven que usted, ambas fueron criadas de diferente manera y las dos tienen personalidades completamente diferentes… La princesa Anna es más impulsiva y más extrovertida, en cambio usted es más razonable y meditativa, más consiente de todo, con un carácter más centrado, no logro comprender majestad su reacción.
-Si, yo tampoco… Sin embargo ella quiso irse, yo no le dije que se fuera, y hay un punto en el que ella debe aprender a afrontar sus… Errores. No se puede ser madura para unas cosas y muy joven para otras, si quiere volver, la voy a recibir con los brazos abiertos no solo por que es mi hermana, sino por que este también es su hogar, pero si no quiere regresar yo no puedo hacer nada, quiere ser adulta, bien que lo sea y que afronte todo lo que un embarazo y un hijo a tan corta edad conlleva.
Kai solo se quedó de pie escuchando lo que Elsa decía, a su concepto era un poco dura con su hermana, pero a la vez muy sabia, en parte ella tenía razón.
-Entiendo su posición majestad…
-Sé que estoy siendo algo dura, pero creo que esta es una oportunidad para que ella madure, y para que empiece a tener responsabilidades, también se que un hijo así tan de repente es una responsabilidad enorme pero ella lo quiso así, si no quería una responsabilidad de tal magnitud debió ser más… Centrada y menos impulsiva, más cuidadosa.  ¿Tú sabes a donde fueron?
-No majestad, ellos no mencionaron nada.
-Uhmm puede que estén en la montaña… Espero que no la estén pasando mal, en verdad espero que mi hermana no este pasando necesidades, aunque sé que Kristoff cuidará bien de ella, en parte eso me tranquiliza. –Suspiró- ¿Qué itinerario tengo para hoy? ¿Crees que tenga tiempo de contestar la correspondencia de ayer? Todo esta mojado o congelado, es difícil leer las cartas y los documentos así. –Cambió completamente el tema-
Kai estaba impresionado de la capacidad que tenía Elsa de controlar lo que sentía, se le veía triste pero ella aún era consiente de que tenía asuntos reales que manejar, tenía la capacidad de seguir como si nada, a pesar de estar deprimida.
-Emm si, majestad solo debe responder la correspondencia que no se pudo responder ayer y… En la tarde tiene una reunión con varios diplomáticos para discutir sobre los impuestos.
-Bien, gracias Kai.
-¿Desea que de la orden de que le traigan su desayuno aquí?
-No, yo desayunaré en el gran salón, y que el desayuno de Hans lo sirvan también allá.
-¿Desayunara con él? –Preguntó Kai asombrado y preocupado-
-Si, no esta Anna y no me gusta desayunar sola. –Contestó la rubia tranquilamente, mientras tomaba unos documentos que estaban sobre el escritorio-
-Uhm esta bien, debo decir que es algo sorpresivo que usted quiera sentarse a la mesa con Hans Westergaard pero, es una orden suya.
Elsa se quedó viendo a Kai, se le veía preocupado por la actitud y la orden que ella acababa de dar, sabía que ella no tenía por que darle explicaciones de nada, pero él siempre había cuidado de ellas como si fuera su padre y sintió la necesidad de hacerlo.
-No te preocupes, solo… No quiero estar sola, y él de alguna u otra forma es bueno conversando, me ayudará a mantener la cabeza ocupada en algo que no sea Anna.
-Entiendo majestad… Es bueno tener la mente y los sueños alejados de las dificultades ¿Verdad? –Le guiñó un ojo- Con permiso alteza. –Salió del despacho-
Kai sabía lo que había ocurrido la noche anterior, Elsa abrió los ojos como platos y quedó en shock ante el comentario. Esperaba que nadie se hubiera dado cuenta, pero por lo visto al igual que Anna a Kai tampoco se le escapaba nada.
Pasado un rato y después de que le anunciaran que el desayuno estaba servido se dirigió hacia el gran salón, al llegar Hans estaba de pie esperándola para desayunar juntos.
-Hola.
-Hola… No esperaba esto, en verdad me sorprendí cuando me pidieron pasar al gran salón a desayunar contigo.
-Bueno, yo no quería estar sola… Y tú fuiste muy amable conmigo ayer. Quería compensarte el que me hubieras cuidado.
-No tienes por que… Hace un tiempo una mujer muy dulce me enseño que cuando podemos, debemos hacer lo correcto. Y creo que la situación lo ameritaba, tu necesitabas hablar con alguien, necesitabas que alguien te escuchara, necesitabas que alguien te consolara y también necesitabas llorar en el pecho de alguien… -Bromeó- creo que era lo correcto, ayudarte y estar contigo, no es bueno sentirse solo y estar literalmente solo. Solo hice lo que debía hacer.
Elsa no podía creer lo que escuchaba, no sabia si la mujer a la que él se refería era ella, definitivamente su bondad lo había hecho mejor persona, con un gesto la rubia le dio la orden a Hans de que se sentara, no sin antes él mover la silla para que ella se sentara primero. Al estar sentados juntos desayunando ambos se sentían bien el uno con el otro, él estaba más confiado, sentía que estaba en el lugar, en el momento y con la persona indicada…
-Entre todo lo que ah ocurrido, eh sido muy descortés contigo. No te eh preguntado como sigues, ¿tu costilla ya esta curada del todo?
-Si, duele un poco a veces.
La rubia sonrió con dulzura al joven.
-Me alegra mucho… En verdad lamento mucho que hayas tenido que vivir algo tan horrible en mi reino, pero lamento decirte que, mis guardias buscaron a tus hermanos por todo Arendelle, y no los encontraron. Tal vez escaparon, la verdad me llena de rabia que se hayan ido sin pagar por lo que te hicieron.
-No te preocupes, ellos… Suelen ser muy hábiles, muy seguramente sabían que no te quedarías de brazos cruzados y por eso se marcharon antes de que hicieras algo.
-Si, tal vez… Lo que aún no entiendo y no me cabe en la cabeza es que hayan cometido tal salvajada.
-Es normal…- Dijo Hans mientras comía-
-¿Normal? Perdón, pero que un par de hermanos traten de matar a golpes a otro no me parece normal, es sádico y barbárico que se comporten de esa manera, lo que me parece más aberrante aún es que tu padre los haya enviado específicamente a eso…
-En realidad, nada de lo que mi padre haga o de lo que mis hermanos haga me sorprende.
- ¿Por qué lo dices?
-Siempre ah sido así.
-¿De verdad?
-Si, desde pequeño y por ser el menor de trece hermanos siempre me tocó la peor parte… Mis hermanos mayores siempre estuvieron hostigándome y golpeándome por orden de mi padre, el quería que yo aprendiera a ser fuerte pero… Siempre las peleas eran algo disparejas.
- Es horrible.
-Así son los padres.
-No, no todos. ¿Tu madre no te defendía?
-Madre… Madre trataba de defenderme pero mi padre siempre la hacia a un lado con fuerza. No permitía que ella se interpusiera entre mis hermanos y yo. Una vez cuando tenía diez años mi padre hizo que mis hermanos mayores pusieran una trampa en medio del castillo, uno de ellos me engañó para que yo pasara cerca a la trampa mientras los otros estaban atentos junto con mi padre para que en el momento que yo pasara cayera y me lastimara. Cuando pasé cerca a la trampa ellos la activaron y caí.
-¿Y que te pasó?
-Bueno, solo recuerdo que desperté en mi habitación con un par de puntadas en la cabeza. Solo sé que algo me golpeo muy fuerte y  recuerdo escuchar risas después del golpe, entre esas risas estaba la de mi padre.
-Es espantoso y terrible lo que me cuentas. ¿Y tú mamá no hizo nada?
-Ella supo un par de días después, mi padre no la dejaba entrometerse y en realidad entre que me golpeara a mí y la golpeara a ella prefería recibir yo los golpes.
-¿La golpeaba?
-Si, algunas veces los escuche pelear y escuche como un par de veces el la golpeó por mi culpa, por que ella me defendía.
Elsa no podía creer lo que Hans le estaba contando, había tenido una infancia horrible, en la que el era el blanco de maltratos y humillaciones por parte de su familia, una familia en la que era normal golpearse los unos a los otros, una familia en la que al parecer nadie tenía compasión de él, nadie más que su madre pero de igual manera ella también era victima si lo defendía.
-Que cosas tan horribles me cuentas… No, no… Uhm. –Las mejillas de Elsa se tornaron rojas de la ira que sentía al oír a Hans- No puedo creer que exista gente así. Son muy crueles. –Suspiró enojada-
-Lo sé…
-Ahora entiendo muchas cosas…
-¿Qué cosas?
-Olvídalo…  Yo siempre eh creído en que se puede ser mejor de lo que tal vez tu familia es, gracias al cielo mamá y papá siempre fueron buenos con nosotras, y nunca vi que mi padre se extralimitara con mi mamá, yo… Recuerdo que él era muy dulce con ella, la trataba como si fuera lo más preciado al igual que a nosotras, era duro cuando debía ser duro pero… Nunca nos maltrató. Nunca fue patán ni nada de eso… Él era un hombre muy bondadoso.
-Muy seguramente tú heredaste su dulzura y su bondad… ¿Cómo era tu madre?
Elsa sonrío al recordar a su madre…
-Ella… Ella era muy dulce, era una mujer cálida y muy paciente… Siempre estuvo para mi y para Anna, a veces creo que más para mi que para ella por… Uhmm.
-Entiendo.
-Solo ella podía tranquilizarme cuando me alteraba y mis poderes se salían de control, ella con una sonrisa dulce y un abrazo lograba hacer que yo recobrara el control de todo. Nunca tuvo miedo y siempre estuvo dispuesta a ayudarme… Era… -La voz se le quebró- Era, la mujer más dulce y llena de amor que pude conocer. –Se habían escapado un par de lágrimas de los ojos de la rubia-
- La querías mucho ¿verdad?
-Si…
-¿Más que a tu padre?
-No… A los dos los amaba por igual como ellos con Anna y yo. Solo que mamá tenía una forma especial de hacer las cosas, papá definitivamente era un poco más duro conmigo y entiendo por que, el quería que yo entendiera que no debía dejar que mis poderes y mi nula capacidad en ese entonces de controlarlos me definiera y me dominara. En cambio mamá hacia un poco más fácil todo ella quería que yo entendiera que eran parte de mi, y que había sido bendecida con ellos por algún motivo, ella en secreto me decía que no importaba si no podía controlarlos, lo importante era que yo me sintiera feliz de tenerlos.
- ¿Y te sentías feliz?
Elsa miró a Hans a los ojos.
-No. Siempre papá me decía que debía ocultarlos. Siempre me decía “No haz de abrir tu corazón” era confuso para mí.  Jaja él decía una cosa y mamá otra, jajajaja a veces entiendo por que tanto miedo, yo estaba confundida, no sabía a quien obedecer, solo sé que mamá sufría mucho al verme asustada y temerosa de mi misma, no quería que su hija tuviera miedo de si misma, y en verdad no hay nada más horrible que temer de ti misma…
- Es… Difícil… No puedo imaginar lo mal y lo dura que fue tu niñez. Te tenían muy… Confundida y aislada.
-Si… Pero no los culpo, ellos lo hicieron tal vez por miedo o por protegerme. No lo sé… Fueron bueno padres a pesar de todo, ellos no contaban con que sería tan difícil, no estaba en sus planes una primogénita defectuosa.
-No digas eso… Tú no eres defectuosa. Eres especial, y creo que eso era lo que tus padres creían eras su niña especial con dones especiales, y tal vez ellos no lo pidieron o no lo esperaban así pero estoy seguro de que hicieron lo que mejor pudieron para que a pesar de todo fueras una mujer buena y bondadosa.  Tal vez… No lo sé.
-Uhmm tal vez… Aún que con Anna las cosas tampoco mejoraban, ella era extremadamente inquieta y traviesa. Las dos éramos un mundo cada una.
-A pesar de eso lo hicieron bien, fueron buenos padres.
-Si… Uhmm ¿Te puedo preguntar algo?
-Claro.
-Tú amm es que no se como preguntar sin que lo tomes a mal…
-Puedes preguntar lo que quieras, no lo voy a tomar a mal.
-Esta bien… ¿Qué harías tú en el lugar de mis padres? Suponiendo… que no sé tal vez algún día te casaras y tuvieras hijos… ¿Qué harías si alguno de tus hijos naciera con poderes extraños como los míos? Es una pregunta solamente, y me puse de ejemplo solamente.
Hans sonrió ante la aclaración…
-Bueno, yo… Tal vez uh no se… Sería muy difícil… Seria una situación nueva, y haría todo lo posible para que mi hijo o hija no se sintiera mal ni temeroso de si. No creo que la mejor idea sería aislarlo pero… Haría hasta lo imposible para que no tenga miedo, por que el miedo es algo que ningún niño debería sentir.
Elsa se quedó escuchando a Hans con atención pero eso último que había dicho le había llegado de alguna forma. “el miedo es algo que ningún niño debería sentir” –El alguna vez sintió miedo- pensó para si misma.
-Entiendo lo que quieres decir.
- Y ¿tú? Que ya pasaste por esa situación ¿que harías?
-Nada…
-¿Qué? –La miró extrañado-
-Nada… No haría nada.
-No entiendo.
-Si, no haría nada… Por que no me va a pasar, la idea de tener hijos la descarté hace muchos años, muy seguramente si yo… Si yo me casara y tuviera hijos podrían salir igual a mi, y ammm no, sería cruel, sería muy cruel de mi parte permitir que alguien más pase por lo que yo tuve que pasar. Por eso la idea esta desechada, no quisiera que un hijo mío se sintiera como yo me sentía de niña, no causaría ese dolor en una persona.
  Hans solo se quedó escuchándola, esas palabras eran tristes para una mujer tan buena como ella, ella la había pasado mal en su niñez y no quería que un hijo pasara por lo mismo, sintió su corazón estrujarse.
-Te entiendo… y ¿Tu que harías? ¿Qué harías si uno de tus hijos es humillado y maltratado por tu esposo y por tus demás hijos? Suponiendo que ammm te casaras y tuvieras muchos hijos como mis  padres.
-Lo protegería de todos, sin importar si me golpean, me enfrentaría ante el diablo sin importarme nada… Cuidaría de él y de ser necesario con tal de proteger su integridad física, emocional y mental, huiría con él para que nadie lo lastime.
El pelirrojo veía algo en Elsa que ella misma trataba de ocultar, veía dolor y tristeza, veía a una chica fuerte y rota a la vez.
-Serías una mamá muy valiente…
-Como la tuya Hans, tal vez ella aún no sabe de que es capaz, y se resignó a solo ver como te maltrataban tus hermanos y tú padre, pero yo creo que muy en el fondo ella sufría al igual que mi madre, las hería vernos sufrir y no poder hacer mucho.
-Muy seguramente.
- ¿Tu la amas?
-Si, y mucho, ella es la única que ah sido buena conmigo en mi familia.
-Ya… Uhmm jaja nuestra niñez no fue tan sencilla como cualquiera lo pensaría ¿verdad?
-No…
-Sin embargo no somos malas personas. O yo no me considero mala persona, no creo serlo.
-Bueno, tú no eres mala persona, en cambio yo…
-Tu tampoco. Si fueras mala persona yo no estaría aquí, hablando contigo.
-Pero yo…
-No. –Lo interrumpió- No eres mala persona Hans, solo actuaste acorde a lo que te enseñaron, e hiciste lo que creías correcto, tenemos definiciones y conceptos muy diferentes de “lo correcto” y no soy quien para juzgarte por eso.  Sé que eres un hombre bueno, y que no eres como tu padre o como tus hermanos, sino no habrías cuidado de mi ayer, ni cuando me quedé dormida en el bosque, de ser un hombre malo, me habrías ahogado en el fiordo, me habrías lanzado o… Habrías hecho algo para lastimarme, deshacerte de mí y tomar mi reino. Pero no lo hiciste… Y eso me dice mucho.
-Bueno… Yo no sé que decir.
-Yo creo que faltaba que alguien a parte de tu madre te mostrara algo de bondad, faltaba eso que alguien viera algo bueno en ti, y que en verdad apreciara tu vida. –Se encogió de hombros-
-Tal vez… tal vez solo era eso.
Los dos terminaron de desayunar, Hans agradeció a Elsa haberle permitido acompañarla en el desayuno, le solicitó permiso para volver a las caballerizas argumentando que estaba mejor, ella le concedió el permiso siempre y cuando no hiciera mucho esfuerzo para evitar que se lastimara de nuevo, ella se fue a su despacho para seguir con sus labores como reina, la charla con el pelirrojo la había ayudado a entender muchas cosas sobre él, había hecho que olvidara por un momento de Anna, de alguna manera Hans tenía cierto poder sobre ella y ese poder era hacer que la tristeza la abandonara cuando estaba con el, por su parte Hans se sentía feliz por lo que Elsa le había dicho, alguien había visto algo bueno en él, se sentía feliz de que alguien le dijera que el definitivamente no era como sus hermanos y como su padre, ella… La mujer que trató de asesinar le dijo que el era bueno, eso lo había llenado por completo, en definitiva esa bondad y ese ángel que la rubia tenía lo había hecho cambiar… En su reino el era el decimotercero en la línea, había crecido en un ambiente hostil, del cual siempre era el blanco de burlas y humillaciones, tuvo que aprender a defenderse por si mismo, y en ocasiones defender a su madre, creció pensando que todo se conseguía a la fuerza, creció con la idea de obtener un trono a toda costa, de matar si era necesario, de aprovecharse de otros para lograr su cometido. En realidad el ya no quería más eso, no quería ser como ellos, no quería seguir siendo un patán, eso lo había llevado a perder lo que en su familia consideraban “honor” no era nada honorable lo que había hecho con Anna y con Elsa, no quería recuperar ese “honor” para nada. Quería ser bueno ella había visto algo bueno en él y esta vez más que conquistar su reino, quería conquistarla a ella… Estaba seguro de que ella al ver algo bueno en él podría ceder y corresponderle. No quería ni podía regresar a las Islas del sur, no quería ni podía recuperar su titulo, no quería ese mal llamado honor… Solo quería estar con ella.


Hooola niñas y como lo prometido es deuda aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que lo hayan disfrutado, las que tanto me pedían #Helsa les guste y ya no me odien, jejeje tengo que aclarar que ya no habrá capítulos entre semana sino los fines de semana por que de nuevo estoy trabajando (🎉)  así que me queda complicado de lunes a viernes subir actualización, pero los fines de semana habrá uno o dos capítulos, no siendo más no olviden votar, comentar e invitar a más gente a que lea esta historia, ya que eso me motiva a seguir escribiendo, gracias por leer y hasta la próxima. BYEEEEEEEE 👋😁❄

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