CAPÍTULO 10 (UN NUEVO DESTINO)

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Ya había amanecido en Arendelle, los fiordos estaban iluminados por los fuertes rayos del sol. Todos habían empezado sus labores desde muy temprano a excepción de Elsa, aun estaba dormida, empezaba a despertar despacio después de que unos finos rayos de sol entraran por su ventana. No sabía que había pasado la noche anterior, al despertar en su habitación y sin saber como llego ahí se incorporo despacio, notando que llevaba la ropa del día anterior puesta, vio que sus botines aún calzaban sus pies. Se sentó en la cama despacio y miró todo alrededor buscando indicios de algo que le dijera como había llegado ahí.
-¿Cómo llegue aquí?
Lo último que recordaba era haber estado sentada en el bosque hablando con Hans, recordó que hablaban sobre la carta que había recibido de Wesselton… Su última imagen del día anterior eran los fiordos, recuerda estar recostada contra un árbol en el bosque junto a él de ahí solo haber cerrado los ojos un momento y nada más. Notó que su ropa estaba intacta, solo había sido cobijada con una manta, llevo sus manos a la cara, se estiró pues sentía que había dormido bastante bien. Se puso de pie y se acercó a su espejo, reviso su cara con mucho detalle, no veía nada fuera de lo normal, no sentía ningún dolor de nada que le dijera si al menos había recibido algún golpe que la dejara inconsciente, no tenía ni idea de que había pasado. Se dirigió hacia el baño y se dispuso a arreglarse.
Ya lista salió de sus aposentos, mientras se dirigía aún algo confundida hacia su despacho se encontró con su mayordomo Kai.
-Buenos días majestad.
-Buenos días.
-Su desayuno esta en su despacho, pero si usted gusta puedo ordenar que se lo lleven al gran salón.
-No, en mi despacho esta bien… Oye Kai, ¿Tu… Tu sabes como llegué a mi habitación ayer? Es que… se que estaba en el bosque pero no recuerdo nada más.
-Majestad, el joven Hans Weestergard la trajo de vuelta.
-¿Hans?
-Si, me dijo que la había encontrado en el bosque llorando, había hablado con usted y de un momento a otro se había quedado dormida mientras hablaban.
-Oh, ya veo.
-Si, en realidad majestad nos asustamos mucho cuando el llegó con usted en brazos, pensamos que la había lastimado… ¿Recuerda usted que haya pasado algo? ¿Trato de propasarse con usted? ¿La golpeo?
-¡NO! Para nada, solo estábamos hablando… Me sentía agotada y lo ultimo que recuerdo es estar mirando hacia el fiordo… Se que me recosté en un árbol y quería descansar, cerré los ojos y hasta ahí.
-Ya veo su alteza, en realidad el nos dijo lo mismo que usted me acaba de decir, pero para ser muy sincero no le creía del todo, me alegra que usted nos aclare lo ocurrido. El joven Hans la llevo hasta su habitación y la recostó en su cama. Yo me encargue de cubrirla con una manta para que pudiera descansar.
-¿Hans entró a mi habitación?
-Si majestad, el la llevó hasta su cama pues la traía en brazos desde el bosque.
-Ya… Entiendo.
-Majestad, ¿Ocurre algo? Disculpe que le diga pero no es normal que usted haya dormido tanto, según lo que el joven Weestergard nos dijo se había dormido antes del atardecer y hoy despertó mucho después del amanecer. Nunca se había quedado dormida en un lugar que no fueran sus aposentos majestad.
-La verdad si ocurre algo Kai, me siento sumamente agotada… Desde que Hans esta aquí todo se ah complicado. Recibí una carta de Wesselton en la que me citan para ofrecer disculpas por el comportamiento del duque el día de la coronación, quieren hacer una ceremonia en mi honor y piden que Anna y yo viajemos en tres semanas. No se que hacer en la carta decía que ellos están pasando por una situación económica difícil desde que tomé la decisión de desasociarnos de ellos, pero también saben que le di asilo a Hans y supongo que esperan que yo recapacite y reconsidere asociarme de nuevo con ellos, esperan que tenga la misma consideración que tuve con él.
-Ya veo su alteza.
Elsa estaba sumamente confundida no sabía que camino tomar, podía mantener el orgullo y continuar con su decisión de cortar relaciones económicas con ese reino, o podía ir a aceptar las disculpas publicas que le ofrecían y reactivar su asociación con ellos, lucia estresada, cansada, agobiada, no quería darle la razón al duque de Wesselton quien la había llamado monstruo, puesto que si no ayudaba a ese reino sus habitantes morirían de hambre, se irían a la quiebra. 
-En estos casos majestad, le sugiero recordar lo que decían siempre sus padres.
-¿Qué? ¿No has de abrir tu corazón?
-Jaja no majestad. Buena chica tu siempre debes ser.
-Entiendo… Odio que estas cosas pasen, detesto que el destino de los demás recaiga sobre mi.
-La comprendo en especial cuando es un reino completamente ajeno al suyo.
-¡Exacto! Yo puedo hacerme cargo de mi reino, pero… No sé (Suspiró)
-Creo que se trata de hacer lo correcto majestad.
-Si, lo sé.
La rubia finalmente entró a su despacho, al entrar junto con Kai vio a Anna sentada en el trono de ella mientras leía una carta, al darse cuenta de que su hermana entró al despacho se puso inmediatamente de pie.
-No debes sentarte en mi trono Anna, es mío. (Dijo en tono burlón)
-Pues llegaste tarde, y alguien tiene que reinar mientras tu no estas. (Respondió en forma sarcástica mientras le sonreía a su hermana)
Anna se acercó a su hermana mayor y se quedo observándola mientras la abrazaba.
-¿Todo bien? Llegaste muy tarde hoy ¿Te sientes bien?
-Si, solo estaba algo cansada.
-Dormiste mucho, Kai me dijo ayer que habías dormido desde temprano, y hoy cuando llegue aquí no te vi, fui a tu habitación a buscarte y cuando entré estabas dormida. Preferí no molestare y vine a trabajar sola.
Elsa de inmediato miró a Kai, esperando que no le hubiera mencionado que Hans la había llevado al castillo en brazos mientras ella dormía, y mucho menos que él la había acostado en la cama. El hombre le hizo una seña en la cual le daba a entender que había omitido ese detalle a su hermana menor, mientras se retiraba del lugar para dejarlas solas no sin antes hacer una reverencia a las dos monarcas.
-Si… Amm leer me hace dormir mucho.
-Bien, entonces empecemos.
Anna hablaba y hablaba, mientras Elsa solo trataba de imaginar la escena en su cabeza de Hans Weestergard cargándola y trayéndola de vuelta al castillo, el pudo haber hecho lo que quiso con ella mientras estaba dormida, pudo arrojarla al fiordo, pudo enterrarla viva, pudo deshacerse de ella… Pero no, la cargo de vuelta al castillo y la dejó en su cama sana y salva. Tal vez, solo tal vez el si estaba cambiando. Había dejado de ser el príncipe arrogante y cruel que atento contra la vida de su hermana y ella, muy seguramente el regresaría pronto a su hogar y hasta ahí llegarían sus problemas. Sin embargo esperaba no enviarlo tan pronto de vuelta…
-¡Elsa!
-…
-¿Elsa?
-…
-Hey… Oye.
-…
Anna solo veía como su hermana estaba sentada en su trono mirando el escritorio, estaba ida y no le prestaba atención a lo que le estaba diciendo. Se puso de pie y se acercó a ella despacio, tomó su mano y le hablo más de cerca.
-Oye, Elsa.
Elsa de inmediato volvió al despacho, parpadeo un par de veces antes de mirar a su hermana.
-Si, ehh si lo que digas esta bien.
-No me estabas poniendo atención… Eso es de mala educación.
-Si, tienes toda la razón Anna. Perdóname
-Bien, creo que debemos hablar. Estás muy distraída y tú no eres así.
Anna Se arrodilló junto a su hermana sin soltar la mano de ella.
-¿Qué ocurre?
-Estoy muy cansada… Sé que dormí bastante pero me siento muy agotada.
-Yo creo que deberías viajar a Weeselton. Eso es lo que te esta atormentando, sería bueno ir y aceptar las disculpas de los reyes, distraerte y soltar eso por fin. ¿No crees?
-No es eso lo que me preocupa… Bueno, si pero… Yo aún no se que decisión tomar.
-Debes hacer lo correcto, y creo que no esta de más que salgas de aquí… Se que estuviste de viaje hace tiempo pero creo que esto es diferente. Vas a ayudar a una nación que te necesita y vas a hacer lo correcto, no podemos juzgar a una nación completa por las acciones de una sola persona.
-Eso lo sé… ¿Estarás bien sola?
-No voy a estar del todo sola, el trabajo ya no es problema. Solo sal de aquí y haz lo que tengas que hacer. Yo creo que debes ir.
-Yo creo que… Si, debo hacerlo.
-Bien, de paso tomas aire… Conoces, y te relajas un poco.
-Esta bien… Empezaré a preparar todo para el viaje.
Anna se puso de pie y le dio un beso en la frente a su hermana, tomo una hoja y la pluma de Elsa, se la entregó en la mano.
-¡Bien! Contesta que si irás, desde este momento y hasta que regreses a Arendelle yo me voy a hacer cargo de todo lo que tenga que ver con el reino. Tú encárgate de organizar todo lo del viaje.
Elsa no podía creer que en verdad iba a ir a Wesselton después de todo lo que había pasado. No tenía intención de ceder tan pronto solo quería hacer lo correcto, aceptar las disculpas por parte de los reyes de este reino, y evaluar la situación. Tomo la hoja y empezó a redactar la carta de aceptación a la ceremonia.
Al terminar de escribir la carta, la firmó, selló y empacó en un sobre para dársela a Kai, le indicó que era de carácter urgente que la enviaran a Wisselton, dio la orden de que prepararan su embarcación, quería que todo estuviese bien, muy en el fondo le daba miedo que pasara lo mismo que a sus padres, sin embargo ella sabía que debía tratar de mantener la calma cuando estuviera en el barco, ya que sus poderes podrían salirse de control y provocar el hundimiento de la embarcación así que trataba desde días anteriores de mantenerse serena evitando pensar en eso, se distraía con el resto de preparativos para el viaje, dejando a Anna las indicaciones de lo que debía hacer diariamente, le había pedido estar pendiente de Hans ella sabia que ese trabajo Anna se lo iba a dejar a alguien más en cuanto ella saliera del puerto. Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, Elsa había evitado acercarse a Hans los días previos a su viaje, no había llegado información o una respuesta de parte del Rey Andrew de las islas del sur, era un tanto extraño que aún no hubiera respuesta sin embargo dejó esa responsabilidad a Anna. Ya en el muelle Anna, Kristoff, Sven, Olaf y parte de la servidumbre estaban despidiendo a su reina.
-Te voy a extrañar mucho. (Decía Anna mientras abrazaba con todas sus fuerzas a su hermana)
-Trataré de volver pronto, confío en ti Anna… No llores.
-Perdón.
Elsa abrazo más fuerte aún a su hermana menor, no quería soltarla, sin embargo debía irse así que deshizo el abrazo sin soltar la mano de su hermanita.
-Cuando llegues envíame una carta para saber que llegaste bien. ¿Si?
-Te lo prometo, y tú promete cuidar de todos por favor.
-Lo haré.
Elsa miro a Kristoff…
-Cuídala mucho por favor, ella es lo único que me queda.
-No te preocupes Elsa, voy a estar con ella todo el tiempo.
Elsa sonrió tiernamente, miró a Olaf.
-Volveré pronto, no descuides a Anna y por favor pórtate bien.
-No hay problema Elsa, te voy a estar esperando, no olvides traerme un regalo.
-No, te traeré todos los objetos extraños que encuentre.
Abrazó a Olaf y se acerco a Sven para acariciarlo. Miró hacia Kai que le hizo una reverencia, miro a todos sus empleados y se despidió de todos solo moviendo su mano. Subió al barco con cuidado y con ayuda de uno de sus guardias que la acompañaría junto con el resto de sus leales dignatarios. Miró hacia atrás para ver a su hermana antes de que cerraran la compuerta, la pobre Anna estaba hecha un mar de lagrimas, Elsa sabía que ella tenia miedo pero no podía llevarla con ella, al cerrarse la compuerta Elsa suspiró un poco intranquila. El dignatario español se acercó a ella.
-Tranquila Majestad, todo va a estar bien. Se ve algo nerviosa.
-Si, la verdad le tengo mucho miedo a esto… Temo no volver a ver a mi hermana. No es fácil olvidar que mis padres…
-No se preocupe majestad ya revisamos muy bien el barco solo esperamos que el clima nos ayude.
-¿El clima?
-No hay por que preocuparse, estamos en otoño todo va a estar bien, en estas épocas el mar es muy tranquilo y no hay registros de tormentas, así que pierda cuidado.
-Esta bien… Voy a estar tranquila (Dijo suspirando)
El dignatario la condujo hacia el camarote de ella, mientras que un par de empleados llevaban sus maletas al lugar, Elsa evitaba pensar en algún momento congelar el barco pues se sentía muy nerviosa, en cuanto la dejaron sola, buscó en una de sus maletas un par de guantes de Satén y sin dudarlo un momento se los colocó. Aún no habían elevado las anclas así que aprovecho para acomodar sus cosas ya que si lo hacia cuando estuvieran en altamar todo se movería por todos lados y para mantenerse distraída. Finalmente zarparon hacia Wesselton, evitó salir de su camarote mientras se alejaban de Arendelle, no quería ver a su hermana llorar, sabia que estaba muy asustada y para ella evitar sentirse igual o peor prefirió ocupar su cabeza en otra cosa, sabía que ya estaban en medio del mar. Estaba supremamente asustada se subió a la cama y se sentó en toda la mitad podía sentir como el barco se movía estaba empezando a estresarse veía como todo se movía a su alrededor. De un momento a otro notó como la temperatura del camarote empezó a disminuir, trató de mantener la calma entrelazando sus manos y cerrando los ojos para ocupar la mente en otra cosa, estaba aterrada y no quería que el barco se hundiera por su culpa. Sin notarlo su camarote estaba casi congelado, no podía tranquilizarse estaba llena de pavor por dentro, cuando se dio cuenta estaba llorando no podía evitar que todo se congelara… No podía respirar, sintió que el barco empezó a ladearse y sentía que era del lado donde ella estaba, sintió como golpeaban la puerta de su camarote, era el dignatario Español quien la llamaba.
-¡Majestad! Debe tranquilizarse por favor mantenga la calma.
-…
-Escúcheme por favor, si no se tranquiliza no podremos llegar a Weseelton y no podrá escribirle la carta a su hermana Anna. Por favor.
El pecho de Elsa estaba por estallar, tenía la respiración muy agitada, sentía que no podía respirar veía como alrededor de ella flotaban copos de nieve, como todo tenia una capa de hielo gruesa, cerró los ojos con fuerza y sin más una imagen vino a su cabeza… Estaba ella sentada en el bosque, viendo el fiordo, el viento pasaba por su cara, escuchaba una voz, una voz conocida diciéndole que todo estaría bien. Sintió su respiración normalizarse estaba recuperando la cordura de a poco… En su cabeza aún estaba en Arendelle sentada en el bosque, mirando el fiordo junto… ¿Junto a Hans? Abrió los ojos de golpe, y al ver alrededor su camarote estaba empezando a descongelarse, ya no había nada flotando alrededor de ella, de sus ojos habían dejado de brotar lagrimas de angustia, su respiración volvía a la normalidad. Todo estaba bien a su alrededor, sin embargo se sentía confundida. No entendía como ese recuerdo insignificante de ella y Hans sentados hablando en el bosque mientras veían el fiordo la había tranquilizado.
-Majestad, tranquila…
-Estoy bien.
-Esta bien majestad… La dejare a solas.
Vio como el barco empezaba a nivelarse de nuevo, se acostó de golpe en la cama… sentía que todo le daba vueltas, estaba muy confundida. ¿Por qué? Por que esa imagen en su cabeza… No había visto a Hans desde que el la había dejado en su habitación después de quedarse dormida en el bosque mientras hablaba con el. Ya un poco más tranquila, con menos miedo y no tan nerviosa decidió salir del camarote, fue despacio hacia la puerta, pues las olas del mar golpeaban la embarcación, abrió la puerta y salió del camarote.
Salió a la proa donde estaba el dignatario Español tomando un té…
-Su alteza, ¿se siente mejor?
(Suspiró) –Si, lamento haberme alterado, ya me siento mejor. En verdad lo lamento, no es mi intención hundir el barco, créame.
-No se preocupe majestad, yo lo sé. Entiendo que es difícil para usted viajar, entiendo completamente su reacción.
-En verdad lo lamento.
-Pierda cuidado majestad.
Una de las empleadas se estaba acercando a Elsa para preguntarle si deseaba tomar algo, cuando la mujer le habló, Elsa tuvo un reflejo por los nervios generando un leve salto en el lugar donde estaba de pie. El dignatario solo pudo mirarla extrañado al igual que la mujer.
-Si, gracias un té esta bien.
El hombre se puso de pie y corrió una de las sillas de la mesita donde estaba sentado y le pidió sentarse, a lo cual Elsa con mucha elegancia a pesar de los nervios que tenía se sentó. Se concentró en una sola cosa mientras estaba sentada, se quedo mirando fijamente sus guantes hace mucho no veía sus manos cubiertas por ellos.
-Reina Elsa, ¿Puedo preguntarle algo?
-Por su puesto.
-¿Por qué los guantes?
- Uhmm bueno… verá tengo miedo de que todo se salga de control, y en realidad espero de todo corazón no congelar algo. Sin embargo acabo de notar que no son tan útiles si no mantengo la calma en mi camarote entré en pánico a pesar de tratar de no pensar en…
-No hay por que asustarse… Todos vamos a estar bien, llegaremos a Wesselton en dos días, ellos se disculparán con usted y cuando menos se de cuenta, va a estar de vuelta en su reino con su hermana. Ya lo verá.
Elsa asintió mientras veía como la empleada que hace un momento había hecho que se exaltara hace un momento, cuando la mujer se retiró.
-¿Se noto mucho que perdí el control por un momento?
-Un poco su alteza sin embargo no pensé que lo controlaría tan rápido.
-Si… Yo tampoco.
Tomó el te mientras pensaba en el recuerdo que la había ayudado a tranquilizarse, no entendía que estaba pasando en su cabeza, ¿por que el recuerdo de Hans hacia tranquilizar sus emociones? Al punto de hacer que ella se sintiera tranquila, y descongelando todo a su alrededor… No quería pensar algo imposible. No era posible que el ex príncipe despertara en ella sentimientos de tranquilidad y calidez. No, ella no, y con el menos. Pasó la tarde en la proa con sus dignatarios estudiando la consigna que ella había emitido en la cual cortaba definitivamente y para siempre relaciones económicas con Wesselton, había sido bastante radical e implacable con ellos.
-El problema en la consigna majestad, es que están incluidas las palabras por siempre, en una consigna real es muy difícil pasar por alto tal declaración.
-¿Hice mal?
-No majestad, debemos esperar que propuesta tienen a parte de las disculpas publicas y la ceremonia. Esperemos llegar a Wesselton y evaluar la situación.
-Esta bien, pero quiero dejar en claro que mi posición es definitiva, sin embargo si hay alguna otra forma de ayudarlos estoy dispuesta a analizarla y considerarla.

Holaaaa chicas, nuevo capítulo espero de todo corazón que les guste. No olviden comentar y votar ya que esto me motiva mucho a seguir escribiendo. Dejen sus comentarios sugerencias e ideas. Un abrazo a todas y hasta la próxima actualización.
Byeeee
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