CAPÍTULO 9 (TOMA DE DECISIONES)

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-Lo sé, en verdad lo siento mucho pero me quedé dormida.
-…
-¿Estas molesta?
-No, solo supuse que te quedaste dormida no te puedo reprochar el que descanses.
-Esta bien, aay que lindas flores… ¿Quién las puso ahí?
Elsa abrió los ojos como platos mientras trataba de pensar una respuesta que no hiciera enojar a Anna…
-Uhmm Kai las trajo en las horas de la mañana… Supongo, cuando llegué estaban ahí.
-Pero el florero esta hecho de hielo, es como si tú lo hubieras hecho.
Le falló la mentira… Elsa en su cabeza se reprendió a si misma por no haber recordado el florero que ella misma había hecho con sus poderes.
-Ah, si… Claro… Es que cuando llegué estaban sobre el escritorio sin agua ni nada, así que para que no murieran hice el florero y las puse ahí.
-Oh, ya veo. Son muy bellas, son similares a unas que Kristoff me dio hace un tiempo. (Dijo oliendo una de las flores)
-Uhmm… Oye, tengo hambre. No quería desayunar sola y te esperé para que lo hiciéramos juntas, pedí que el desayuno nos lo sirvieran en el gran salón. Vamos…
-Pero… ¿Y todo lo que tenemos que hacer hoy?
-Anna, no podemos trabajar con el estomago vacío, te espere mucho y en verdad muero de hambre.
Elsa se puso de pie, mientras dejaba la carta que estaba leyendo sobre el escritorio. Anna al verla vestida tan diferente a penas había notado que su hermana se veía diferente.
-¿Por qué estas tan linda e informal hoy? (Dijo acercándose a su hermana mayor mientras la tomaba del brazo)
-No sé, quería verme diferente… Estaba algo cansada de los vestidos elegantes, después de lo de ayer supongo que debo usar ropa un poco más cómoda, que no me impida hacer cosas… Con un vestido es muy poco lo que puedo hacer.
-¿Cómo cabalgar?
-Como cabalgar… (Le respondía mientras salían del despacho)
-¿Volverás a Cabalgar? ¿No te da miedo?
-No, en realidad fue culpa mía lo que paso y no por eso me quiero alejar de mi yegua, Snow es muy linda y me agrada tenerla cerca. No sabía que me perdía de una criatura tan linda por estar encerrada.
-Y… ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?
-No… Estoy muy bien.
-Ya… Y vas a cabalgar hoy.
-No, hoy no. No puedo, el doctor dijo que debo estar quieta y tener reposo, además tenemos mucho que hacer hoy dudo que terminemos temprano.
Anna en el fondo sintió alivio no quería que Elsa se acercara a las caballerizas pues aún dudaba de que solo fuera por la yegua que quería estar ahí.
Ambas hermanas desayunaron juntas en el gran salón, cada una tenía un platillo especial diferente… Anna era de desayunar cosas dulces, tal vez por eso siempre tenía tanta energía para ella habían preparado piezas de pan con miel y mermelada de frutos rojos y algunas piezas con trozos de embutidos, o queso de cabra con caramelo, acompañado de un té el cual ella atiborraba de azúcar y si no le ponía azúcar lo endulzaba hasta más no poder con miel.
-¿Vas a querer tu desayuno con todo ese dulce? (Le preguntó la mayor a la menor)
-No me gusta la comida que no me sepa a dulce… No se como puedes desayunar sin una pizca de dulce.
-No, si endulzo el té con miel, no le pongo té a mi miel como tu. (Rió la reina)
-Tu desayuno no se ve rico…
-Esta rico para mí.
Elsa en cambio tenía algunos trozos de pan con una pequeña porción de embutidos sobre ellos y otros con trozos de pepinos y tomates pequeños sobre ellos, con un poco de Havregrøt con agua caliente y leche cubierta de arándanos y frambuesas por encima, con una taza de té caliente el cual ella endulzaba con una pizca de miel. La diferencia de los platillos de cada una era notoria, mientras una se llenaba de dulce en grandes cantidades la otra comía un poco más saludable, estuvieron desayunando juntas mientras hablaban de varías cosas, Anna hacia reír a Elsa con cada una de sus ocurrencias así pasaron el rato hasta que terminaron de desayunar, la servidumbre se acercó a recoger la loza, ambas agradecieron la comida y se dirigieron al despacho para empezar a trabajar.
-No eh visto a Olaf desde ayer Anna.
-El esta con Kristoff, les gusta ir cerca a tu palacio de hielo para traer el hielo y venderlo en la villa, siempre estamos muy ocupadas y Olaf se aburre de esperarnos mientras terminamos de trabajar, prefiere estar con él y Sven para no estar tan aburrido.
-Ya… Es cierto, nunca tengo tiempo para el.
-Pero eso pronto va a cambiar vamos a estar más desocupadas si seguimos trabajando juntas, terminaremos más temprano y podemos disfrutar del resto del día pasar tiempo juntas. Y pasar más tiempo con Olaf y… Y si tú quieres te enseño a montar a Snow, será divertido. (Le decía mientras caminaban por el pasillo hacia el despacho)
Elsa en realidad no quería por algún motivo que Anna le enseñara a montar, se había empeñado en volver a montar pero no con ella.
-Emm si, claro… Pero hoy no será, tenemos mucho que hacer y estamos algo retrasadas.
Al entrar en el despacho, Elsa se dirigió hacia las dos pilas de cartas que tenía ella ya había contestado algunas. Sin embargo aún faltaban más e incluso tenía que contestar las cartas de todos los pretendientes que llegaban casi todos los días. Contó la cantidad de cartas que están sin leer, incluidas las de los reyes y príncipes que querían la mano de ella en matrimonio y las dividió en partes iguales para darle una pila a Anna y otra para ella. Repartidas las cartas, cada una empieza a responder lo que le corresponde… Ambas muy concentradas en lo que están haciendo y sin hacer ningún tipo de ruido las dos hermanas trabajan juntas y van deshaciéndose de la pila de cartas que les corresponde a cada una, unas cartas eran de asuntos diplomáticos que las dos tenían la misma capacidad de responder, otras ya eran cartas con contenido menos diplomático, eran de contenido económico e informativo sobre los reinos con los cuales Arendelle estaba asociado. Había cartas con noticias tristes y otras con anuncios de nuevos príncipes y princesas que acababan de nacer, y estaban las cartas que Elsa detestaba responder, las de varios pretendientes que pedían su mano en matrimonio. Esas cartas las había dividido con Anna para que ella le ayudara, la menor tenia muy claro la posición de su hermana ante esta correspondencia, sin embargo en algunas prefería preguntarle si en verdad no estaba interesada en alguno de los príncipes o reyes que le escribían, dependiendo que dijera la carta ella prefería preguntarle…
-Mira esta. Dice: Querida y venerada reina Elsa.
-Paso… Cuando una carta empieza así es por que el interés no es afectivo sino monetario. (Siguió contestando la carta en turno)
Anna no leyó más en voz alta, se dispuso a leer la carta para si misma, y teniendo en cuenta la respuesta de su hermana al solo iniciar la carta tuvo la delicadeza de responder no tan tajante como ella, con un rechazo diplomático sería suficiente para dejar en claro que su hermana no estaba interesada en el príncipe que había escrito dicha carta…
-Esta otra carta viene de… De… Dios mio.
Elsa dejo de leer la siguiente carta para mirar a su hermana menor, quien estaba pálida y a penas podía hablar.
-¿De quien?
Anna solo miro a Elsa sin poder decir nada…
-Anna, ¿Qué ocurre? ¿De donde viene la carta?
-De Wesselton. (Dijo en voz baja casi sin poder respirar)
Elsa no sintió miedo, ni desagrado, solo se puso de pie… Rodeo el escritorio hacia donde estaba su hermana y tomó la carta de la mano de Anna, mientras colocaba una de sus manos en el hombro de la pequeña.
-Tranquila… Yo me encargo de esta carta.
Anna solo pudo mirarla a los ojos y esperar a que abriera la carta. Elsa abrió con cuidado la carta y se dispuso a leer.
“Reina Elsa de Arendelle, la presente es una citación a nuestro reino para que rinda cuentas de su decisión de desasociarse con nosotros, tenemos el pleno conocimiento de su radical decisión pero queremos tratar asuntos diplomáticos ya que sabemos que la determinación que usted ha tomado de darle asilo al ex príncipe Hans Weestergard de las islas del sur a pesar de haber atentado contra su vida y la de su hermana la ha pasado por alto, queremos que tenga en cuenta nuestros desacuerdos con nuestro duque. Sepa usted que él es solo una pequeña parte de lo que realmente representa nuestra nación, no es nuestro deber juzgarla y mucho menos condenarla… Ustedes eran nuestro más cercano socio mercantil, y nuestra economía se ah visto afectada a raíz de su decisión en estos momentos nuestra nación pasa por una situación difícil y necesitamos de nuestro mejor proveedor para salir de ella. Le pedimos que por favor no nos descarte como socios después de lo ocurrido el día de su coronación, sabemos de muy buena fuente que usted sola ah podido recuperar relaciones que su padre el difunto rey Adgar había dado por terminadas sin ninguna razón, ahora conociendo las razones reales y viendo sus capacidades excepcionales en las que se ah podido recuperar gran parte económica de los reinos con los cuales a reactivado acuerdos económicos estamos más que dispuestos a ofrecerle una disculpa publica y una ceremonia en su honor para que reconsidere nuevamente su decisión, sin más que decirle… Le pedimos a usted y a su hermana menor que vengan a nuestra nación dentro de tres semanas para llevar a cabo la ceremonia y para ofrecer nuestras mas sinceras excusas por el comportamiento de nuestro ya destituido duque. Rogamos que responda nuestra carta con misericordia y acepte nuestra invitación.  Sin más que decir deseamos pronto verlas en nuestra nación y deseamos prosperidad para su reino”
Elsa al terminar de leer la carta estaba desconcertada…  No sabía que pensar.
-¿Qué dice la carta Elsa?
-Mira. (Le entregó la carta a Anna para que la leyera)
Anna empezó a leer la carta con atención, al terminar de leer solo le pudo hacer una pregunta a su hermana.
-¿Qué vas a hacer?
Elsa se fue sentando despacio en el suelo, tenía la mirada perdida, no decía nada… Se recostó contra el escritorio y cerró los ojos. Anna solo podía observar la cara de desconcierto de su hermana mayor, tal vez en esta ocasión ella no tenía ni idea que hacer… La economía de un reino que no era el de ella, dependía precisamente de ella. Pero debía mostrar firmeza en su decisión que había sido más que acertada, el ex duque de Wesselton la había llamado monstruo más de una vez, ordeno a sus guardias asesinarla y puso a todos en contra de ella, la había de alguna forma herido… Sin embargo no podía juzgar las acciones de toda una nación ni sus intenciones por una sola persona, si había tenido corazón para evitar que Hans muriera, debía tener la misma misericordia y bondad con una nación completa que estaba enfrentando una crisis económica tras su radical decisión.
-No sé… Esta vez no sé que hacer.
Anna se bajó de la silla en la que estaba y se sentó en el suelo con su hermana, la tomó del brazo y puso su cabeza en el hombro de la rubia.
-¿Qué crees que harían mamá y papá?
-No irían… No aceptarían las disculpas de nadie tras haber herido a su hija mayor.
- Puede ser… Pero una vez alguien me dijo que no podemos juzgar los actos de otros por alguien que obró mal. En parte esta en una consecuencia de tener a Hans aquí… Pero eso no va al caso. Debes hacer lo que tu creas que es correcto.
-Uhmm si, pero no tengo ganas de hacer lo correcto esta vez.
Anna la volteo a mirar extrañada… ¿Por que no había tenido ganas de no hacer lo correcto con Hans?
¿Tu que harías en mi lugar?
-Tal vez… Solo tal vez tomaría la palabra de ellos esta vez, sin embargo tus razones tienes y entiendo por completo tu posición… No te puedo decir que hacer pero si que hagas lo que tu sientas que es mejor.
-Creo que tengo mucho en que pensar… Es una situación nueva.
-Bien, puedes pensar después de terminar todo esto. (Dijo la pelirroja mientras se ponía de pie y extendía la mano derecha hacia su hermana mayor) Vamos, volvamos al trabajo.
Elsa se puso de pie, tomo la carta de la mano de Anna y la dejó aparte del resto… No la podía contestar hasta tomar una decisión. Las dos continuaron con su larga tarea hasta por fin terminar la ardua labor, habían terminado un poco más tarde de lo que ya estaban acostumbradas. Almorzaron juntas y al finalizar el almuerzo cada una tomo un rumbo diferente, era más de medio día y Anna se había ido a la villa a buscar a su novio para pasar la tarde con el, mientras Elsa se había ido a su habitación a leer un poco, tenía mucho en que pensar, necesitaba evaluar la situación con Wisselton no sabía muy bien que hacer, tenia que mantener su dignidad y su posición como reina después de decisión tan radical, pero… No podía dejar que una nación completa se fuera a la quiebra por su culpa. Al hartarse de el encierro se dispuso a abandonar el castillo, se dirigió hacia el bosque quería tomar aire puro… Respirar, pensar… Analizar muchas cosas.  El silencio y la quietud le agradaban, el escuchar el viento, respirar y caminar en medio de la naturaleza. Pasó un rato caminando mientras pensaba y recordaba lo mal que la había pasado el día de la coronación debido a las acusaciones del duque de Wisselton, la había acusado de hechicería a ella quien sus padres le habían enseñado el temor a Dios por actos oscuros e impuros. La había llamado monstruo a ella, que por años trató de controlar sus poderes sin éxito para evitar dañar a los que la rodeaban, puso a toda su corte en contra de ella quien había a penas tomado las riendas de su reino y no había tenido la oportunidad de generar una primera buena impresión sin exponer su secreto. Se sintió cansada de caminar y se sentó debajo de un árbol cerca de los fiordos se acomodo en posición fetal y se echó a llorar nunca se había sentido tan presionada y tan estresada por su labor, en parte estaba herida por esas acusaciones y por como habían ocurrido las cosas… Pero no podía dejarse invadir de la ira y la venganza, de hecho si había perdonado a Hans por que no podía perdonar al duque de Wisselton y en realidad no tenía que perdonarlo a él solo debía aceptar las disculpas públicas por parte de esa nación y eso era todo…
Hans se encontraba sentado contra un árbol dando la espalda a los fiordos, pensando en su familia, y en lo mucho que le hacia falta su hogar. Hasta que un sollozo lo trajo de vuelta a Arendelle, escuchaba el llanto ahogado de una mujer sin moverse de su lugar y con la mirada empezó a recorrer el lugar, sin encontrar de donde venía el sonido del llanto. Finalmente se dio la vuelta con cuidado y sin hacer ruido, para darse cuenta que contra el mismo árbol que estaba recostado estaba Elsa sentada en posición fetal con la mirada perdida en los fiordos, con las manos juntas y entrelazadas alrededor de las piernas mientras que por sus mejillas caían lágrimas. Se veía estresada y muy triste, sin que ella se diera cuenta y en mucho silencio se sentó junto a ella y decidió hablar para sacarla del transe en el que estaba.
-No entiendo por que llorar ante la majestuosidad de los fiordos su alteza.
- Aaaaahh (De inmediato puso sus manos en posición de ataque)
-¡Tranquila!
-Aahhh ¡HANS! ¿QUE ESTA HACIENDO AQUÍ? DEBERIA ESTAR EN LAS CABALLERIZAS. (Regañó al ex príncipe)
-Si, pero es mi descanso y me gusta venir al bosque para tener un poco de paz…
-Ah, (Se secó las lagrimas para disimular) Pues… ¡NO DEBERIA! Debería estar cerca al castillo no tan lejos.
-¿Puedo saber por que esta llorando su alteza?
Elsa se seco las lágrimas, pero sin embargo dejo las manos sobre sus mejillas para evitar que Hans la viera.
-No estoy llorando… Estoy cansada, eso es todo.
-¿Le duele algo majestad? ¿Es por lo que ocurrió ayer verdad?
-No estoy llorando, y no me duele nada.
-Uhmm bien…
Elsa soltó un suspiro, los dos se quedaron un momento en silencio.
-Es muy difícil ¿Verdad?
-… ¿Qué? ¿A que se refiere Hans?
-A ser rey o reina… Muchas veces vi a mis padres con la misma cara que usted tiene en estos momentos.
Elsa solo giro la cabeza despacio para escuchar los que Hans le decía.
-Los vi estresados, cansados, agobiados con ganas de salir corriendo y dejar todo atrás. En una ocasión vi a mi madre llorar por que había un inconveniente en mi nación, algo  que se les salía de las manos y no era tan fácil de solucionar. Ella tenía el mismo estrés que usted en este momento, tenía la misma mirada.
-…
-Lo único que ella pudo hacer fue llorar, al igual que usted en estos momentos. Sin embargo después de llorar se sintió mejor y junto a mi padre lograron solucionar lo que estaba ocurriendo. Es difícil tener una nación completa a cargo, es frustrante no poder decidir entre lo correcto y lo ético. ¿Verdad?
Elsa solo pudo asentir con la cabeza.
-Debe ser algo difícil para usted, por que de lo contrario no estaría así de estresada y de preocupada.
Nuevamente la rubia asintió sin decir nada.
-Si quiere contarme que pasa, estoy dispuesto a escucharla.
-…
-Entiendo… No soy la persona indicada para hablar.
-No es eso, solo que… Quiero tratar de alejar esos pensamientos de mí por un momento. No quiero pensar en nada por ahora. Solo puedo decir que tenerlo a usted aquí en mi reino me ah traído muchos problemas, no pensé que todo llegara a ser tan difícil…
-¿Qué quiere decir majestad? ¿Lo que ocurre es por mi culpa?
-Si, y culpa mía también por darle asilo.
-Bueno… Pues no sé que decir, me esta culpando de algo que usted acepto y yo no sé que esta pasando.
-…
-Sería bueno que me dijera… Para poder aceptar mí culpa.
Elsa después de meditarlo un momento decidió contarle a Hans lo que estaba pasando.
-Me llegó una citación de Wiseelton, quieren expresar una disculpa pública por el comportamiento del duque el día de la coronación y quieren hacer una ceremonia en mi honor, supongo yo que es parte de las disculpas que quieren expresar. Esa nación esta en una terrible crisis económica debido a mi decisión de ya no asociarme con ellos económica mente. Arendelle por ser un reino prospero era esencial para ellos, fuimos su mas cercano socio mercantil pero… Debido a lo que pasó en la consigna deje especificado que nos desasociábamos desde la fecha y para siempre. Ahora no se que hacer… No se que camino tomar, seria cruel de mi parte dejar que una nación se valla a la quiebra, pero también sería débil de mi parte cambiar mi consigna y hacer de cuenta que nada pasó.
-Entiendo… Y… ¿Yo que tengo que ver en todo esto?
-Todo… Ellos saben que yo le di asilo aquí, tuve una consideración con usted por una causal de muerte, que podría tomarse igual o similar a que ellos se fueran a la quiebra. Odio que el destino de los demás recaiga en mis manos, primero usted y ahora un reino completo que ni siquiera es mío, ellos esperan que tenga la misma compasión que tuve con usted… Y no se que hacer.
Hans solo se quedo escuchando con atención lo que la rubia le decía… No podía creer que Elsa estuviera literalmente entre la espada y la pared, había mostrado su compasión con el y ahora por ende el mundo esperaba lo mismo de ella.
-No debe hacerlo si no se siente con deseos de hacerlo, no con todo el mundo debe tener el mismo trato.
-No Hans, usted no entiende. Con usted era solo su vida la que estaba en riesgo, pero con ellos… Ellos son una nación completa. No puedo permitir que se vallan a la quiebra muy seguramente por eso mucha gente muera de hambre, de enfermedades por la escases.
-Bueno en eso tiene razón… Seria devastador.
-Si… Pero tampoco puedo mostrar debilidad, se hace y se cumple lo que dije. Punto. ¿Entiende lo que quiero decir? No quiero ser una reina cruel, pero tampoco débil.
-La entiendo majestad.
Se quedaron en silencio un momento, Elsa solo podía pensar en que debía hacer lo correcto pero estaba muy indecisa. Sin mencionar que la idea de viajar a Wisselton no le agradaba del todo, debía viajar con Anna y no había nadie más que quedara a cargo de Arendelle.
-Bueno, y… ¿Cuánto tiempo tiene para responder esa citación?
-Debo responder en el menor tiempo posible, de aceptar tendría que viajar en tres semanas.
-Ya veo…
Elsa se sentía agotada, recostó su cabeza en el árbol y sin notarlo se quedó dormida, Hans al ver que ella no abría los ojos entendió que estaba exhausta la tomó de la mano y la llamo un par de veces.
-Majestad… Majestad.
Sin pensarlo más la recostó en su hombro y dejó que ella descansara, la rubia estaba completamente dormida, pasó un rato y  el tiempo de descanso del joven se acababa… El sol se estaba ocultando así que tomo a la rubia en sus brazos, la cargó y la llevo de vuelta al castillo. Al llegar pidió a uno de los guardias que lo ayudara con la reina, de inmediato el guardia fue en busca de Kai, quien al ver a la reina en los brazos de Hans sintió mucha ira pues pensó que le había hecho algo, sin embargo Hans le comentó que el la había encontrado llorando en el bosque y habían estado hablando hasta dormirse. Kai podía ver en la cara del muchacho que decía la verdad.
-¿En verdad creen que si yo quisiera hacerle algo la traería de vuelta? Solo se quedó dormida.
Gracias al cielo Anna no había llegado al castillo por que lo más seguro es que lo habría enviado a la horca después de ver esa imagen de el cargando a su hermana mayor dormida.
Kaí guió al joven hacia el cuarto de la reina para recostarla en la cama, no se le separó ni un segundo. Cuando finalmente la dejó sobre la cama, el mayordomo la cubrió con una manta para finalmente sacar al ex príncipe del cuarto de la reina. Agradeció por traerla de vuelta y lo envió de nuevo al calabozo.

Hola chicas de nuevo gracias a todas por leer la historia en verdad disfruto mucho escribiendola espero que les este gustando, no olviden votar y comentar esto me motiva demasiado a seguir escribiendo. Hasta una próxima actualizacion byee.
👋😁

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