Después de once años, vuelven a encontrarse. Emily Grey siendo una modelo y ángel para Victoria's Secrets y Justin Bieber siendo el cantante pop más reconocido mundialmente.
¿Será este el nuevo comienzo de una historia de amor entre los dos chicos q...
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—¡Bienvenida de vuelta a Los Ángeles! —Mark exclamó con entusiasmo mientras observaba como la castaña ingresaba al interior del edificio de la agencia. — ¿Qué tal Tokio?
—De locos. — murmuró — Una tal Mizuki quería creerse la dueña de la empresa, por suerte, al dueño de Lowya le encantó mi discurso.
—Uh, con razón — Mark rodó sus ojos y Emily frunció su ceño. — Una tal Mizuki de Tokio me llamó, quería presentar una queja sobre la modelo anorexica Emily Grey... —acomodó sus lentes de adorno y sonrió — También por suerte, llamó el dueño de Lowya a felicitarnos por tú excelente trabajo.
Emily negó y se quedó pensando por unos minutos. En realidad, ¿estaba demasiada delgada? Frunció su ceño y unos chasquidos de dedos retumbaron en frente suyo. Alzó su mirada grisácea y observó a su manager mirarla fijamente.
—No estás delgada. — respondió a su pregunta mental.
Emily asintió y le dedicó una sonrisa bastante sincera. Estaba algo cansada porque hace menos de dos horas que había aterrizado en su ciudad y país natal, suspiró y observó a Mark con intriga.
—¿Por qué me miras de ese modo? Estoy diciéndote toda la verdad como mánager, no estás tan delgada para parecer alguien anorexica pero sí estás en el punto correcto que necesitamos. — sonrió — Y ¡ah! Ahora que lo recuerdo, las fotos de la sesión pasada acaban de llegar. ¡Un resultado de locos, nena!
—¿Puedo verlas? — sonrió.
—¡Claro que sí! También puedes publicarlas en tú red social, puedes hacerle publicidad a tú trabajo. — Mark sonrió — Les gustó tú trabajo, sigue así.
—Me enorgullece. —Emily sonrió y limpió una lágrima falsa provocando que su mánager riera. — Está bien, es mi momento de dejarte. Mi estómago muere por comida y bueno, después de eso tengo algunos asuntos por arreglar.
—¿Hablar con Justin? — preguntó divertido.
—No te interesa, querido Mark.
[👼🏻🦋🖤]
—¡Es genial que pusieras a esa chica en su lugar! — Romee aplaudió mientras almorzaban en el balcón de su lujoso apartamento. — Tengo algo que contarte, Em.
—¿Malo o bueno? — interrogó mientras metía un pedazo de filete asado en su interior.
—No sé como considerarlo, ¿de acuerdo? — Sonrió, Emily asintió. — Estoy considerando ir a vivir a Nueva York, estoy bastante obsesionada con esa ciudad.
Emily sonrió y negó. La misma también estaba considerando irse a Nueva York, sentía que vivir en Manhattan o en Los Hamptons era mucho más agradable que vivir en Beverly Hills. Aquí se sentía demasiada presión por parte de la prensa, en cada momento te perseguían y no se podía negar la idea que en Nueva York no, pero el ambiente era mucho más lujoso y elegante. Algo que necesitaba con urgencia, Emily.
