- Primero se tranquilizan los dos, ni yo estoy así. Segundo llamar a Nadir para avisarle, y tercero ayudarme a caminar a la camioneta porque si es por ustedes nace aquí.

- Oh por Dios.

- Jorsh, ya hable, no me pongas nerviosa.

- Si, si entendido.

- ¡Aaron! La camioneta. —me grita Holly porque me quede petrificado.

- Sí, sí. Jorsh ayúdala, los espero en la entrada.

Doy un último vistazo hacia arriba, pero solo veo la puerta cerrada.

Voy lo más rápido posible hacia el estacionamiento mientras desbloqueo el celular e intento llamar a Nadir, mis manos tiemblan, esta situación me trae malos recuerdos.

Un timbre, dos timbres y contesta.

- ¿Qué hay campeón? Le voy a responder pero tropiezo con alguna caja.

- ¡Maldición!

- ¿Estás bien?

- Sí. Nadir te llamo para informarte que Holly acaba de romper fuente, la llevaremos al hospital, nos vemos allá.

- Aaron hablaste tan rápido que no entendí. ¿Qué Holly me espera en la fuente? ¿Qué fuente? Seguro es otra de sus ideos o antojos locos.

- No, no. Que rompió fuente. —silencio. —¿Alo?

Verifico la llamada por si colgué sin querer, pero no, los segundos siguen corriendo.

- ¿Alo? —repito cuando enciendo la camioneta. —joder Nadir no me pongas más nervioso.

Estaciono al frente de la entrada y veo a Holly caminando como si nada.

- Ya voy en camino.

- ¿Puedes manejar así?

- Sí. ¡Seré papá! —tengo que despegarme el celular del oído por su grito.

- Ay. —Holly se lleva una mano a su pecho y hace un puchero al escuchar lo que dijo Nadir. —no te olvides del bolso amor. —se inclina hacia el teléfono para responder.

- Si mi reina. —responde él. —en unas horas estaremos los tres.

- Si príncipe. —le respondo haciéndolo reír.

De camino una que otra vez Holly arruga su rostro de dolor, pero después hace como si nada y sigue cantando.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquila? —le hablo.

- ¿Por qué no estarlo? —Jorsh responde su pregunta.

- ¿Sera porque en unas horas tu vagina se abrirá del tamaño de la cabeza de tu bebé?

- Hablas como si fuese tu vagina la que se abrirá.

- Yo no tengo vagina.

- ¿Seguro? —lo tiento. —bueno yo la última vez que fui al gimnasio con él, lo vi orinando sentado. —Holly estalla a carcajadas y Jorsh me golpea con el puño en el brazo.

- Deja de hablar mierdas. Y si es asi me debería preocupar más por ti, no tiene sentido que estés viendo hombres orinando.

- Estamos en confianza Jorsh. —digo con los labios apretados.

- Anda. ¿Desde cuándo existe el tabú entre nosotros? Eres como mi hermano Jorsh, yo te he contado lo más íntimo de mí. —lo pica Holly.

- Jodanse todos menos el bebé.

- Hablando de eso. ¿Cómo es que no quisieron saber el sexo?

- Porque no me importa si es hombre, mujer...

Dulce Infierno Where stories live. Discover now