Capítulo 93.

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Ya es jueves y estamos en la realidad. Ayer pasamos todo el día recorriendo las playas, haciendo todas las actividades que se pueden hacer ahí, hasta buceamos con tiburones... ¡tiburones! Claro que no eran de esos inmensos, eras más como bebes, inofensivos. Recorrimos Bora- Bora en un jeep todo terreno, y después en la tarde comimos en la orilla del mar, la mesa y sillas estaban dentro del agua, fue simplemente hermoso todo el viaje.

Quede con mamá en ir a casa para ayudarla con los preparativos de la cena de navidad el sábado. Pero primero tuvimos que ir a la ciudad para empacar mis cosas, el vuelo sale en la noche, Aaron si se tuvo que quedar por el trabajo, me dijo que yo estaba oficialmente de vacaciones, pero nos veríamos el sábado, insistió en que le dejara a Coco porque iba a estar ajetreada.

Estamos en mi cuarto cuando escuchamos el timbre sonar, Aaron se levanta y abre por mí. Escucho las voces de David y Holly, me levanto de prisa y salgo a la sala, al verlos Holly tiene mi laptop y ya creo saber de qué quieren hablar, los abrazo hablamos de lo bien que lo pasaron, me muestran los videos de Marta ebria y Aaron no puede dejar de reírse.

- Toma, con la resaca que tenía antes de irme tome tu laptop en vez de la mía, tuve que decirle al pobre Bob que me la llevara, porque había unos clientes con quien hablar. -me habla Holly y la recibo.

- Que apuesto te ves. -le digo a David.

David en realidad esta como para comérselo con lo que sea, no tiene nada que envidiarle a Aaron, o a Jorsh, solo que cuando habla, se parte de mil maneras.

- Todo gracias a mi bombón. -le guiña el ojo a Aaron -pero ahora al grano, el video que tantas veces se te olvido mostrarnos, lo vimos.

- ¿Y que hay con eso? -pregunto.

- Que conozco al hombre Ada, es modelo, igual que yo. Lo botaron porque se creía la gran cosa, exigía mas dinero de lo que le ofrecían, era alguien mala vibra. En fin, tenemos el mismo nombre, sé que vive aquí en la ciudad pero no sé en donde exactamente, aunque puedo ir a la agencia y averiguarlo.

- ¿Seguro que lo reconoces? -pregunta Aaron.

- Sí, estoy segura de que es el.

- Vamos a la agencia.

- Por supuesto.

- ¿Y qué tengo que ver yo con él? Que ni siquiera lo conozco.

- Lo averiguaremos. -habla Holly después de un tiempo, con un rostro de cabreo igual que la de su hermano.

- Pero tú te quedas, no quiero que de casualidad ande por ahí, y te reconozca. Así nos cocinas mientras estamos afuera.

- Para eso es lo único que me usas David, para cocinarte.

- Es lo único que sabes hacer bien.

- Oh no, no, no. -dice Aaron levantándose. -en eso te equivocas. -palmea su espalda.

- Cochinos. -le responde y salen de la casa, Aaron se queda de pie observándome.

- Ven. -estira su brazo y yo la tomo para que me abrace. -ya yo tenía el nombre del hombre, pero en ningún lado me querían dar su dirección o número de teléfono, ni mucho menos sabía que llego a trabajar con David. Por fin me conseguiré con ese desgraciado -besa mi cabeza.

- Ese es mi hombre. -me besa. -no se tarden, recuerda que mi vuelo sale en la noche.

- Tranquila, no tardaremos. Cocina algo sabroso. -se da la vuelta y palmeo su trasero y el ríe.

Sigo con lo que me falta por empacar y media hora después reviso la cocina para ver que puedo cocinar, pero ese par no me dejaron nada, por lo que decido ir al supermercado más cercano, que está a dos cuadras.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora