Capítulo 89.

114K 6.5K 378
                                    

En el camino ninguno de los dos hablan sobre el tema, hablamos de otras cosas.

Me vestí cómoda, con un vestido largo hasta los pies, negro, con unos zapatos deportivos blancos. Aaron decidió copiarme, con una polera negra, jeans, y zapatos deportivos también blancos, nos vemos hasta tiernos.

Aaron se desvía hacia un conjunto de casas, no sé qué hacemos aquí, yo solo lo sigo. Al estacionarse me abre la puerta, bajamos y caminamos hacia un hombre que está en la puerta de una de las casas.

Son preciosas, grandes, y se puede fijar que desde atrás tiene vista al mar.

El hombre nos hace el recorrido, pero quedo enamorada al llegar a la parte de atrás, es un gran jardín, con tumbonas y piscina, la grama se extiende hasta lo largo de la playa, choca con unas piedras hasta convertirse en arena, pasaría un mes entero aquí.

El hombre nos hace el recorrido, pero quedo enamorada al llegar a la parte de atrás, es un gran jardín, con tumbonas y piscina, la grama se extiende hasta lo largo de la playa, choca con unas piedras hasta convertirse en arena, pasaría un mes ente...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Esta? -pregunta el hombre a Aaron.

- Si, esta, está bien. Llegaran mañana, lo más probable es que temprano, muy temprano diría yo. Sus nombres son London la pequeña y Marta una señora, y dos personas más. Si no se quieren ir, sino pasar otro día, no importa, igual lo pagare. -qué envidia.

- Listo, yo estaré desde aquí temprano esperando.

Aaron maneja su teléfono, termina y habla.

- Ya está listo el pago. -se estrechan las mano.

- Un placer hacer negocios con usted.

- Igualmente. Vamos. -me dice.

Hace el ademan de tomarme la mano, pero después reacciona, y actúa como si nada.

Llegamos a un supermercado, aun he mantenido mi boca cerrada, no he preguntado quienes son las otras dos personas que se quedaran con London y Marta.

- Compremos para dos días o más.

- ¿De todo?

- Sí.

- ¿Seguro? Sabes que concepto tengo de hacer mercado. -rueda los ojos.

- No importa, quiero tener a esas mujeres tranquilas y sin malcriadez.

Creo, creeeeeo, que me pase con este mercado. El carrito esta hasta arriba, pero se lo que come London, además irán dos personas más.

- ¿Algo más?

- No sé, creo que así está bien. -respondo viendo el carro.

- ¿Crees? -muerdo mi pulgar.

- No.

- ¿Qué más crees que hace falta?

¿Qué hace falta? Pues otro carrito, es así como ahora la cajera nos ve con cara de querer asesinarnos cada vez que pasa un producto. Le deja la dirección los encargados de llevar el mercado con la dirección de la casa alquilada.

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora