Capítulo 30.

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¿Es una maldita broma? ¿Está es su casa? La palabra hermosa se queda corta, no es taaaan grande como la de los típicos empresarios, pero sigue siendo grande.

¿Es una maldita broma? ¿Está es su casa? La palabra hermosa se queda corta, no es taaaan grande como la de los típicos empresarios, pero sigue siendo grande

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Antes de entrar a la propiedad hay un inmenso portón por el que tengo que pasar primero, del intercomunicador sale una voz.

- Buenas tardes señorita. ¿Qué desea?

- Emm, soy Ada Woods. Vengo a visitar a London Stone.

- Un momento por favor.

Se corta la voz y luego vuelve a hablar.

- Puede entrar, deje su auto en la entrada con la llave que alguien lo estacionará.

- Gracias.

Sigo manejando a la entrada como me indicaron y London está ahí, tiene una pijama enteriza de algún muñeco que no se cual es, con unas pantunflas.

- ¿Estas son horas para seguir en pijama?

- Cuando te acabas de despertar, si —se abalanza hacia a mi y me da un beso en la mejilla.

- Si es por mi estaría todo el día en pijama, te entiendo.

- Entremos que hace frío. ¿En dónde estabas que esta vestida así de hermosa? ¿O es para que mi hermano te vea? —sube y baja sus cejas rápido.

- Dejémonos de chistes. ¿A qué hora es la cita?

- ¿Cita? No es ninguna cita, simplemente saldremos.

- Aja, y yo soy el hada de los dientes —esa misma fue su respuesta en la fiesta.

- Y respondiendo a tu pregunta es ahorita a las 6 —veo mi reloj y son las 4.

- ¿Dos horas para arreglarte? Que modesta eres Stone.

Pasamos por la cocina y hay una mujer preparando algo, acabo de comer y ya tengo hambre. Pero seamos sinceros, los minúsculos platos de restaurantes lujosos no logran llenarte por completo. Por eso prefiero mil veces la comida chatarra.

- Marta ella es Ada, compañera de Aaron. Ada ella es Marta la mejor chef, nana, amiga, etc, etc...

- Mucho gusto Marta. Espero que no te tengan como en mi casa, que siempre usan la excusa de que cocino bien para que les prepare comida.

- Prefiero cocinar que vivir a base de cornflakes —mira a London.

- Amo cocinar, pero no la energía de Aaron. Por cierto, ¿en dónde está?

- Ya viene llegando, por eso estoy terminando de cocinar.

Me tenso al instante, no saldré del cuarto de London hasta que esté lista, maquillada y perfumada.

«En vez de eso, espéralo en su habitación»

«Y aquí vamos de nuevo contigo»

Dulce Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora