Capítulo 66.

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- Vayamos a surfear. -estamos acostados en mi habitación.

- ¿Surfear?

- ¿No surfeas?

- Sí, yo enseñe a London.

- Entonces vayamos.

*

Perfectamente puedo surfear en Aaron.

Es una maldita tabla de chocolate.

Tengo mi tabla en la mano viendo como saca la suya del forro. Viéndolo, admirándolo, comiéndomelo con los ojos, como le quieran decir. Amo cada y uno de sus tatuajes, me los conozco todos.

- Límpiate la baba. - me pega con su dedo en la barbilla.

- No te estaba mirando a ti.

- Pero yo a ti sí.

- Entonces límpiate la baba tú.

- Yo si me estoy babeando viéndote con ese pedazo de tela.

El traje de baño es de dos piezas de color turquesa.

- Lo sé.

- Engreída.

- Esa es la junta. Entremos antes de que se llene más la playa.

Caminamos hasta la orilla y primero toco el agua con mi pie, no está fría.

- Tenía bastante tiempo sin surfear.

- Otro fin que vengamos, buscamos a London. - le comento.

- Buena idea.

Pasamos más de dos horas surfeando y riendo. A las 2 en punto llegamos a la casa y huele a comida de la abuela.

- ¿En dónde está la mujer que me quiere robar a mi novio?

- Queridita, eso ya es mío.

- ¿Eso? Hiere mis sentimientos. - bromea Aaron, se resignó a la abuela.

- No eres eso, eres ESO. - dice exagerando la palabra.

- Ya se para no traer a otro hombre a la casa.

- ¿Otro hombre? - pregunta Aaron ofendido.

- ¿Ves? Ven con la abuela, ya está pensando en cambiarte. - ruedo los ojos.

- ¿Qué cocinas? -me inclino hacia la gran olla.

- Tu plato preferido.

La abuela hace la mejor pasta con camarones, no sé qué demonios le echa a la salsa.

- ¿Qué le echas a la salsa?

- No te diré.

- Por lo menos déjamelo por escrito en tu testamento. Tampoco te iras a la tumba con el secreto. ¿Y mamá?

- Fue a preparar un evento.

- Entonces iré a ducharme. ¿Necesita que te ayudemos en algo antes de subir?

- No mi amor. - le doy un beso en la mejilla y subimos.

Aaron cierra la puerta detrás de él.

- ¿Te ducharas sola de nuevo?

- Depende.

- ¿Depende de qué?

- De si me consentirás, si me harás masajes, o si me limpiaras con la esponja y gel, si...

- Ya entendí. Y sí. - se acerca y toma el dobladillo de mi camisa, la quita y quedo solo con el short y la parte de arriba del traje de baño. - hare todo lo que me pidas.

Dulce Infierno Where stories live. Discover now